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Página LA REPUBLICA Sábado de agosto VENERABLES HERMANOS AMADOS HIJOS dora pertenezca al conjunto de la vida conyugal más bien que a cada uno de los actos? Se pregunta también si, dado el creciente sentido de responsabilidad del hombre moderno, no haya llegado el momento de someter a su razón y a su voluntad, más que a los ritmos biológicos de su organismo, la tarea de regular la natalidad.
La transmisión de la vida El gravisimo deber de transmitir la vida humana ha sido siempre para los esposos, colaboradores libres y responsables de Dios Creador, fuente de grandes alegrías aunque algunas veces acompañadas de no pocas dificultades y angustias.
En todos los tiempos ha planteado el cumplimiento de este deber serios problemas en la conciencia de los cónyuges, pero con la actual transformación de la sociedad se han verificado unos cambios tales que han hecho surgir nuevas cuestiones que la Iglesia no podía ignorar por tratarse de una materia relacionada tan de cerca con la vida y la felicidad de los hombres.
como NUEVOS ASPECTOS DEL PROBLEMA COMPETENCIA DEL MAGISTERIO Competencia del Magisterio Estas cuestiones exigían del Magisterio de la Iglesia una nueva y profunda reflexión acerca de los principios de la doctrina moral del matrimonio, doctrina fundado sobre la ley natural, iluminada y enriquecida por la Revelación divina.
Ningún fiel querrá negar que corresponda al Magisterio de la Iglesia el interpretar también la ley moral natural. Es, en efecto, incontrovertible como tantas veces han declarado Nuestros Predecesores que Jesucristo, al comunicar a Pedro y a los Apóstoles su autoridad divina y al enviarlos a enseñar a todas las gentes sus mandamientos, los constituía en custodios y en intérpretes auténticos de toda ley moral, es decir, no sólo de la ley evangélica, sino también de la natural, expresión de la voluntad de Dios, cuyo cumplimiento fiel es igualmente necesario para salvarse.
En conformidad con esta su misión, la Iglesia dio siempre, y con más amplitud en los tiempos recientes, una doctrina coherente tanto sobre la naturaleza del matrimonio como sobre el recto uso de los erechos conyugales y sobre las obligaciones de los esposos.
Sábado de agosto LA REPUBLICA Página A los esposos cristianos apostolado, una de las que hoy aparecen más oportunas. 25. Nuestra palabra se dirige ahora más directamente a Nuestros hijos, en particular a los llama los médicos y al personal sanitario dos por Dios a servirlo en el matrimonio. La Iglesia, al mismo tiempo que enseña las exigencias impres 27. Estimamos altamente a los médicos y a los criptibles de la ley divina, anuncia la salvación y miembros del personal de sanidad, quienes en el ejerabre con los sacramentos los caminos de la gracia, cicio de su profesión sienten entrañablemente las sula cual hace del hombre una nueva criatura, capaz periores exigencias de su vocación cristiana, por ende corresponder en el amor y en la verdadera li cima de todo interés humano. Perseveren, pues, en bertad al designio de su Creador y Salvador, y de promover constantemente las soluciones inspiradas encontrar suave el yugo de Cristo.
en la fe y en la recta razón, y se esfuercen en fomenLos esposos cristianos, pues, dóciles a su voz, tar la convicción y el respeto de las mismas en su deben recordar que su vocación cristiana, iniciada ambiente. Consideren también como propio deber en el bautismo, se ha especificado y fortalecido ul profesional el procurarse toda la ciencia necesaria teriormente con el Sacramento del Matrimonio. Por en este aspecto delicado, con el fin de poder dar a lo mismo los cónyuges son corroborados y los esposos que los consultan sabios consejos y diconsagrados para cumplir fielmente los propios de rectrices sanas que de ellos esperan con todo dereberes, para realizar su vocación hasta la perfección cho.
y para dar un testimonio, propio de ellos, delante del mundo. ellos ha confiado el Señor la misión los sacerdotes de hacer visible ante los hombres la santidad y la suavidad de la ley que une el amor mutuo de los 28. Amados hijos sacerdotes, que sois por vocaesposos con su cooperación al amor de Dios, autor ción los consejeros y los directores espirituales de de la vida humana.
las personas y de las familias, a vosotros queremos No es Nuestra intención ocultar las dificultadirigirnos ahora con toda confianza. Vuestra prides, a veces graves, inherentes a la vida de los cónmera incumbencia en especial la de aquellos que yuges cristianos; para ellos como para todos la enseñan la teologia moral es exponer sin ambipuerta es entrecha y angosta la senda que lleve a güedades la doctrina de la Iglesia sobre el matrila vida. La esperanza de esta vida debe iluminar monio. Sed los primeros en dar ejemplo de obsequio, su camino, mientras se esfuerzan animosamente por leal, interna y externamente, al Magisterio de la vivir con prudencia, justicia y piedad en el tiempo Iglesia, en el ejercicio de vuestro ministerio. Tal obpresente, conscientes de que la forma de este munsequio, bien lo sabéis, es obligatorio no sólo por las do es pasajera.
razones aducidas, sino sobre todo por razón de la luz Afronten, pues, los esposos los necesarios es del Epíritu Santo, de la cual están particularmente fuerzos, apoyados por la fe y por la esperanza que asistidos los Pastores de la Iglesia para ilustrar la no engaña porque el amor de Dios ha sido difunverdad. Conocéis también la suma importancia que dido en nuestros corazones junto con el Espíritu tiene para la paz de las conciencias y para la uniSanto que nos ha sido dado. invoquen con oración dad del pueblo cristiano, que en el campo de la moperseverante la ayuda divina; acudan sobre todo a ral y del dogma se atengan todos al Magisterio de la fuente de gracia y de caridad en la Eucaristía.
la Iglesia y hablen del mismo modo. Por eso renoY si el pecado les sorprendiese todavia, no se desvamos con todo Nuestro ánimo el angustioso laanimen, sino que recurran con humilde perseveran mamiento del Apóstol Pablo: Os ruego, hermanos, cia a la misericordia de Dios, que se concede en el por el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, que toSacramento de la Penitencia. Podrán realizar así la dos habléis igualmente, y no haya entre vosotros plenitud de la vida conyugal, descrita por el Apóstol: cismas, antes seáis concordes en el mismo pensar y Maridos, amad a vuestras mujeres Cristo en el mismo sentir.
amó a su Iglesia. Los maridos deben amar 29. No menoscabar en nada la saludable doca sus esposas como a su propio cuerpo. Amar a la trina de Cristo es una forma de caridad eminente esposa ¿no es acaso amarse a si mismo? Nadie ha hacia las almas. Pero esto debe ir acompañado siemodiado jamás su propia carne, sino que la nutre y la pre de la paciencia y de la bondad de que el mismo cuida, como Cristo a su Iglesia. Este misterio Señor dio ejemplo en su trato con los hombres. Vees grande, pero entendido de Cristo y la Iglesia. Por nido no para juzgar sino para salvar. El fue ciertalo que se refiere a vosotros, cada uno en particular mente intransigente con el mal, pero misericordioame a su esposa como a sí mismo y la mujer respete so con las personas.
a su propio marido.
Que en medio de sus dificultades encuentren siempre los cónyuges en las palabras y en el coraApostolado entre los hogares zón del sacerdote el eco de la voz y del amor del Redentor.
26. Entre los frutos logrados con un generoso Hablad además, con confianza, amados hijos, esfuerzo de fidelidad a la ley divina, uno de los seguros de que el Espiritu de Dios que asiste al Mamás preciosos es que los cónyuges no rara vez sien gisterio en el proponer la doctrina, ilumina internaten el deseo de comunicar a los demás su experien mente los corazones de los fieles, invitándolos a prescia Una nueva e importantísima forma de aposto tar su asentimiento. Enseñad a los esposos el calado entre semejantes se inserta de este modo en el mino necesario de la oración, preparadlos a que amplio cuadro de la vocación de los laicos: los mis acudan con frecuencia y con fe a los sacramentos mos esposos se convierten en guia de otros esposos. de la Eucaristía y de la Penitencia, sin que se dejen Esta es sin duda, entre las numerosas formas de nunca desalentar por su debilidad.
Nuevo enfoque del problema Los cambios que se han producido son, en efecto, notables y de diversa indole. Se trata, ante todo, del rápido desarrollo demográfico. Muchos manifiestan el temor de que la población mundial aumente más rápidamente que las reservas de que dispone, con creciente angustia para tantas familias y pueblos en via de desarrollo, siendo grande la tentación de las Autoridades de oponer a este peligro medidas radicales. Además, las condiciones de trabajo y de habitación y las múltiples exigencias que van aumentando en el campo económico y en el de la educación, con frecuencia hacen hoy difícil el mantenimiento adecuado de un número elevado de hijos.
Se asiste también a un cambio, tanto en el modo de considerar la personalidad de la mujer y su puesto en la sociedad, como en el valor que hay que atribuir al amor conyugal dentro del matrimonio y en el aprecio que se debe dar al significado de los actos conyugales en relación con este amor.
Finalmente y sobre todo, el hombre ha llevado a cabo progresos estupendos en el dominio y en la organización racional de las fuerzas de la naturaleza, de modo que tiende a extender ese dominio a su mismo ser global: al cuerpo, a la vida psíquica, a la vida social y hasta las leyes que regulan la transmisión de la vida. El nuevo estado de cosas hace plantear nue.
vas preguntas. Consideradas las condiciones de la vida actual y dado el significado que las relaciones conyugales tienen en orden a la armonía entre los esposos y a su mutua fidelidad. no sería indicado revisionar las normas éticas hasta ahora vigentes, sobre todo si se considera que las mismas no pueden observarse sin sacrificios, algunas veces heroicos?
Más aún: extendiendo a este campo la aplicación del llamado principio de totalidad ¿no se po dría admitir que la intención de una fecundidad menos exuberante, pero más racional, transformase la intervención materialmente estilizadora en un control licito y prudente de los nacimientos? Es de.
ch. no se podria admitir que la finalidad procreaEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Estudios especiales La conciencia de esa misma misión nos indujo a confirmar y a ampliar la Comisión de Estudio que nuestro Predecesor Juan XXIII de había instituído en el mes de marzo del año 1963. Esta Comisión de la que formaban parte bastante estudiosos de las diversas disciplinas relacionadas con la materia y parejas de esposos, tenía la finalidad de recoger opiniones acerca de las nuevas cuestiones referentes a la vida conyugal, en particular la regulación de la natalidad, y de suministrar elementos de información oportunos, para que el Magisterio pudiese dar una respuesta adecuada a la espera de los fieles y de la opinión pública mundial.
Los trabajos de estos peritos, así como los sucesivos pareceres y los consejos de buen número de Nuestros Hermanos en el Episcopado quienes los enviaron espontáneamente o respondiendo a una petición expresa, Nos han permitido ponderar mejor los diversos aspectos del complejo argumento. Por ello les expresamos de corazón a todos Nuestra viva gratitud.
como La respuesta del Magisterio No podíamos, sin embargo, considerar como definitivas las conclusiones a que había llegado la Comisión, ni dispensarnos de examinar personalmente la grave cuestión; entre otros motivos, porque en seno a la Comisión no se había alcanzado una plena concordancia e juicios acerca de las normas morales a proponer y, sobre todo, porque habían aflorado algunos criterios de soluciones que se

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