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LA FORA LITERARIA BAYER IRREVERENCIA Arpas y liras, violines, rabeles. jah, y la guitarra de mi corazónl forman el coro que sabe de mieles, de mirra, de incienso, de consagración.
En el aljibe los sapos amainan su bufa, grotesca parodia de lay: no más expelen saliva, ya envainan sus corrosivas lengüetas. Qué hay, Protéjase véspero azul de la tarde violeta. Dime el encanto que cae en la campiñal. Hay, torpe sabio, que todo respeta y se embriaga en la luz de tu niña.
contra la Disenteria con Píldoras de Me avergonzó la palabra estelar y atenacé su bracito al andar, YATRÉN 105 como buscando la intima unión que hubo perdido nuestro corazón.
PIRUETA JOSE MORENO VILLA ¡Las alas de aquel molino te están diciendo constancia y tú no quieres saber más que de locuras, alma!
MISTICA Señorita Angela Coronado Una capilla inmemorial. El día se asoma con cautela a los cristales, y echa sobre los místicos misales una sonrisa llena de alegría. No sé si quiero locuras, pero no quiero ser aspa mecánica de un molino que sin yoluntad trabaja.
Hacia el confesionario, por la umbria celda, con pasos todos desiguales, llorosas las pupilas celestiales cruza la hermana, Sor Melancolía Quiero ser como ese mirlo que se chapuza en el agua, que pía cuando es su gusto, que a placer abre sus alas, que se sublima en los cielos, y que, cuando quiere, baja. siento un hondo desprecio por el chisme de las aspas, que a su tie tae condenado se reduce y amilana!
José MORENO VILLA. En el festival organizado ayer en Heredia en honor del señor Presidente de la República y su distinguida señora es.
posa, tomó parte, entre otras, esta distinguida damita de la sociedad herediana. Ella con su belleza dió esplendor al acto que resultó magnífico LA HORA se complace en saludarla por este medio muy atentamente.
LAS VIEJECITAS (A CARMEN LYRA)
Una mano invisible y sabia, hiere el órgano que empieza un miserere lleno de angustia y de dolor acerbo; Dulces abadesas: santas viejecitas místicas e ingenuas como las ermitas: COPLILLA y oprime en los dedos el rosario, gravemente. para el confesionario va el Padre Confesor: Amado Nervo.
aunque renegridas de surcos y grietas sois como ribazos llenos de violetas: Un amor, romero por los campos ya.
Quien le abra sus puertas como Dios será; RICARDO MIRO vivos ataudes que ambulan la Vida como ironizando la ilusión ya ida: POEMA DOLOROSO quien nunca en su casa cabida le dió iyo no sé, Dios mío.
para qué nació!
José MORENO. VILLA madrecitas albas, que con paso leve vais todas rugosas, hopadas de nieve.
Por RICARDO MIRO LA HOMBRADA Santas viejecitas, dulces abadesas que dáis alegrías y vivis tristezas!
Dolor el de quien ama a uma mujer que ha sido de todos, y no puede bañarse en el olvido.
Esta calleja curva y fresca, estrecha y larga, contra sol, ebria de aromas doncelliles y locuras de ruiseñor.
Frascos agotados, de finas esencias que fuisteis la magia de las existencias; Yo la encontré en la calle como encontramos una moneda, o como hallamos en un charco la luna; y así como la luna se nos hace pedazos al tocarla, se me hizo pedazos en los brazos.
cios en que mueren las irradiaciones mientras que los labios vierten oraciones. De qué remota estrella de amor plugo al destino traerla y colocarla, dócil en mi camino. Acaso fue Dios mismo quien fraguó la ironía de hacerla suave y mansa para que fuera mía?
Esta calleja de los barrios, tan sonorosa y oriental, ilena de tiestos florecidos y niveas faldas de pereal.
dolientes abuelas de sonrisas fútiles: viejas cerraduras de trancas inútiles.
Mia! como la garza; mía cual la gaviota como la nube errante, como la errante nota, de todos y de nadie, que pasan en el viento poniendo la inqiuetud en nuestro pensamiento, Llaves sin objeto, de asperas herrumbres, que entregáis al ruego vuestras pesadumbres!
no es la calleja de otras veces.
Un mozo tórrido, juncal, ha preludiado una amenaza que firmará con su puñal. está el azul dej cielo gris, y los geranios sin color, y como cirios las mejillas, y mudo el loco ruiseñor.
José MORENO YILLA Cómo es triste veros al caer de la tarde junto a la tarea, junto al leño que arde, Fue una bohemia errante y distinguida, que despertó las calles de la ciudad dormida; algo que hube elvidado o algo desconocido que tenía el encanto que tiene lo prohibido.
con el pulso trémulo enhebrar la aguja, mientras en el humo lenta se dibuja Cuando me querías Juntos nos vió el crepúsculo por abierta ventana, juntos nos vió el lucero de oro de la mañana, a un tiempo por las calles sonaron nuestros pasos y el canto de la alondra me sorprendió en sus brazos.
la silueta amable de pasados sueños.
Viejecitas tristes, de labios risueños, Mi vida en ese lapso divino de mi historia, fue un breve y sonrosado crepúsculo de gloria, en donde ella era aroma, celaje, canto, estrella, y bajo el cual vivia por ella y para ella.
Virginia ZELEDON CASTRO Antes, cuando me querías yo era para ti muy bella solo para mi vivías y al brindar decías, por ella!
Todo era a tí muy sonriente cuando estabas a mi lado y contabas a la gente que estabas enamorado.
forradas de lana, temblorosas, mustias, tal como manojos de vivas angustias. Un dia fui a su casa y la encontré vacia!
yo no recuerdo un día más triste que ese dia, y anduve, anduve errante, por las calles perdido en busca de ella, o en busca siquiera del olvido.
Pobres abuelitas, cuyas manos secas. que ya sólo pueden ovillar las ruecas aun sueñan la gloria de vestir muñecas.
Nada te hacía sufrir tú, penas nunca tuviste, todo te hacia revivir hasta el dia que te fuiste.
Rafael CARDONA Voló como la gårza volo cual la gaviota, como la nube errante, como la errante nota que llegan, se detienen y siguen en el viento dejando la inquietud en nuestro pensamiento. dónde fue. Quién sabe! Se fue tal como vino a cumplir la consigna fatal de su destino a rodar por las calles tal como rueda una moneda, o como cae en un charco la luna, Hoy dices que soy muy fea que tú nunca me has amado, el despecho de que sea hoy otro el enamorado.
Después que me abandonaste vuelves de nueve a busearme, lo que tú nurra quisiste por qué tratas de encontrarle?
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PAGINA CUATRO LA HORA LUNES 22 DE JUNIO DE 1936 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Carmen LyraMilitantes del PCCR
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