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LAIORA LITERARIA His Pas p: vele men toda real ra de alge ra a los Cuando ap Litle risitar antige ¡S ANTITA. cogió arrojó terror pero to sariei miedo tes me repti VERANO dia que ora, por gana de ones Er mi icar con ci ur po que es We en amar 106, o3 co colata pical blus. éxi PADRECITO DORADO Padrecito adorado desde que tú te fuiste, en el jardín de mi alma, cuanto rosal sin flor; cuánto dia de invierno tan desolado y triste; cuántas aves camoras que enmudeció el dolor.
MARIA LOU GET Pero mira, está intacto el altarcito de oro María Loucel, exquisita poetisa salvadoreña, es poetisa que con idolatría te consagró mi fé de auténtico cuño sentimental y sensible. Burila con nobleza lo alumbran muchos cirios en sollozante coro sus sentimientos y los vacía con sencillez, como un orfebre lo adornan pensamientos que en lágrimas regué.
grande, en los moldes de la palabra escrita. cuando la tormenta me ruge enfurecida Sus producciones, bortadas al correr de la pluma, son hi: jos espontáneos de su corazón. Nada hay allí del engorroso y mi espiritu, a veces, se cansa de luchar, rebuscamiento de palabras, de formas, de sentidos o de giros me postro reverente ¡Oh vida de mi vida!
artificiales, a que, desgraciadamente, se han entregado más ante la imagen tuya que guardo en ese altar.
de uno de nuestros poetas del continente. El oro que sincela María Loucel, es puro, reluciente y legítimo. ON engaña, ni se allí te encuentro siempre con tu mirar sereno, engaña con las fastuosidad de las vestimentas recamadas de con tu frente nimbada de grandeza ideal; pedrerías muy halagadoras a la vista y al oído, pero sin niny bendigo al Eterno porque te hizo tan bueno, gún valor trascendente.
porque te hizo tan noble, porque te hizo tan leal.
Creemos a pesar de todo, que María Loucel no necesita comentarios. Basta leerla. He aquí algunas de sus magníficas En tus manos coloco mi corazón abierto, producciones que arrancamos de ILAPSO volumen recienpara ti nada sabe, nada quiere ocultar: temente editado en la ciudad de Nueva York.
tú le infundes aliento si está débil y yerto, tú le das nuevas alas cuando intenta volar.
Siempre, siempre me acoges como el día inclemente, en que loca de pena vi a mi hijito morir.
refugiada en tus brazos me senti más creyente, Para mi hija Matilde de Lourdes.
MARIA LOUCEL murmurando hija mía! me enseñaste a sufrir.
Santita!
Princesa!
Si mi nene viviera. ton amor santo y pleno, pliega un rato tus alas de armiño con esas ansias locas que una ilusión expande. ven junto, muy junto, a tu vieja.
lo haría idolatrarte para que fuese bueno, Fue tan plena mi dicha a tu lado y lo haria imitarte para que fuese grande.
como es cruel mi martirio en tu ausencial a mi amor mi martirio BiñCPNOht9 oHi shrd nu No es verdad que haya muerto, hoy te siento con vida a mi amor le hace falta su madre?
y de tu alma, mi alma, tiene suave matiz; Ha llorado, mi reina, por verla?
hoy escuchas sonriente; mi plegaria sentida. Quién te dá a las tres horas tu pacha. Por Manuel de GONGORA. hoy me llamas tu hija, satisfecho y feliz. Quién te baña, perfuma y polvea?
Ay, cómo huelen las eras. Quién teviste, como un bebé regio, al mirar en tus ojos esa chispa de orgullo Ay, cómo el terrón es brasa. y al llamarte tesoro! te besa?
que es mi gloria suprema, que es mi dicha mayor. Ay, qué pereza en el cuerpo ¿Quién se siente la dueña del mundo y qué sed er, la garganta. desconozco imposibles, me transformo y argullo: al tenerte en sus brazos opresa Patalea de las yeguas que yo todo lo puedo por amor a tu amor.
contemplando tu cara de gloria sobre el oro de las parvas y tu cuerpo gentil de muñeca?
donde bordan ssu relámpagos Por MARIA LOUCEL Para quién son las risas divinas las herraduras de plata.
de tu bocg minúscula y bella?
En la vega, los menguantes Para quien las miradas radiantes de las heces afiladas; RUEGO que me hicieron tan dulces promesas?
y a la sombra de un olivo junto al mastin de carlanae, Santital el cántaro andujareño Princesa!
que afira y refresca el agua.
Por MARIA LOUCEI.
cifré en tí mi creyente ventura hoy arrastro, sin fe, la existencia.
Terca y encendida, tane ¡Que no sufran los niños, que no sufran los niños!
su guitarrón la chicharra, Serior: el llanto lava mi ruego justiciero. Cómo pienso en la noche de Pascua Desde el columpio de un álamo ora sus cuerpos, sólo suavidad de cariños, tendió su red una araña; que fue aún, para mí, Noche Buena!
para sus cics, sólo brillantez de lucero.
que fue aún, para mí, shrdl cmfwyp cmfwy cmfwyp ppuy dan, sobre el regatillo, sv salto mortal las ranas.
Repicó la campana del templo; Descarga en el ateo tu rayo que fulmina tu dormías, muy linda y muy quieta. Ay, cómo pesan las horas. y, deforma ci blasfemo por su malicia ingrata; te besé por decirte: mi nena. Ay, cómo asfixia esta calma. ué letna viere la noche. pero que el niño sea como un bebé de china vá tu madre corriendo a la Iglesia la luna. cuánto tarda que esconde en la garganta campanitas de plata.
a traerte al buen Dios hecho Niño en enjuagarme la frente que hoy se dá en Eucarística Cena.
Mialdice la ramera de lasciva insolente Al regreso reías despierta.
con su pañuelo de nácar. y castiga ol soberbio con lacras asquerosas; De rodillas me puse a tu lado Veleta de un ciprés negro, pero que el niño ofrezca en su boca sonriente, exclamando. Salud, dulce reinal; rebrinea ura estrella blanca.
la perfumada grama de tus divinas rosas.
si papá te adorara conmigo ¡Vamos a querernos niña, no cabría mi gozo en la tierra.
que está la noche muy clara Acrecienta en el padre el dolor de la herida Alumbré tu arbolito precioso y está tu padre muy lejos ya la madre fldgela con lazos de amargura; y entre mimos: muñeca hechicera, y huele a gloria la parva!
pero que el rio venga siempre hermoso a la vida esta noche, es la fiesta de nenes, porque de Dios fue el niño la encarnación más pura.
pide al Niño Jesús lo que quieras En tus ojos de azul tan profundo.
Si de los padres toda expiación no sería cada luz reflejaba una estrella; bastante, en la balanza que justicia reclama, y al mirar tu sorpresa radiante arroja en ella mi alma, carente de alegría sentí el dardo de angustia suprema: y mi cuerpo prendido, del dolor, en la llama. Mi Matilde, no pidas el cielo que eres mi única dicha en la tierra.
Pero cuando mi carne se revele al martirio Poco tiempo después tu dormías y la angustia dilate mis ojos entornados, y a tu lado dormia tu vieja.
mostradme sólo niños alegres; y iOh delirio. Qué te dijo Jesús en el sueño?
les tenderé, dichosa mis brazos torturados.
Qué pidió tu divina inocencia. Por Salvador Guzmán Torres. No lo oí, pero al día siguiente me abrumaba la pena msá negra; Plombagina en el paisaje se cerraron tus ojos profundos, que ayer fue vivo color; sonreía tu boca de fresa, acústica que no expande mucha gente lloraba conmigo las rimas del corazón.
y tú estabas. muy fría. y muy quieta.
Ama el sol la belleza de la noche Alta marea del Océano en que mi amor naufragó, por su aspecto de viuda tentadora; Santita!
hojas que arrebató el viento y en contactos de luz, le hace derroche Princesa!
y que la escarcha agostó.
para que nazca de su amor, la aurora.
con razón elegiste el cielo: tan dura y tan baja la tierra!
Cicuta de los recuerdos Ama el rayo la nube vaporosa Por MARIA LOUCEL que ro he podido olvidar; por su frialdad de prometida rubia; luna en su cuarto menguante y la posee, con pasión furiosa, que no alumbra mi orfandad.
para que nazca de su amor. la lluvia.
Amor que fue lesionado Ama el mar a la tierra lujuriante a mansalva y a traición, Por FRANCISCO de ICAZA sangre que brotó a raudales.
por esa fiebre que su playa asola; Tú no fuiste una flor, porque tu cuerpo era y lúbrico, la besa a cada instante Granada del corazón.
todas las flores juntas en una primavera.
para que nazca de su amor, la ola.
Rojo y fresco juntas fueron tus labos rojos, Noche negra sin luceros azules nomeolvides aquellos claros ojos, para mi peregrinar.
Ama el hombre; y su amor regio supera y con venas y tez de lirio y de azucena Voces que no se escucharon todo milagro hermoso del cariño aquelal frente pura, aquella frente buena, en el fondo de la mar.
si en sus dominios de pasión impera y, como respondías otodo ruborosa, una mujer, para que nazca, el niño.
tomaror. tus mejillas el color de la rosa.
Suma de muchas palabras con que etji mi Oración, Por MARIA LOUCEL Hoy, que bajo el ciprés cercado de laureles, lenitivo de mis peras y de mi acerbo dolor.
rosas y nomeolvides, y lirios y claveles brotando de la tierra confunden sus colores. Ay, amor! Cuando vendrás parece que tu cuerpo nos lo devuelve en flores.
a alegrar mi corazón AGINA CUATRO LA HORA Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Berpie que ts.
due o sace charla ando erta trope apre panta No tie Asi se Paser save de mare Zom trad: Jeden Is def DES AMOR LEJANO NO FINALIDAD sta que obst vinc en la orid: cu an nach Ra to fre ate Mos la MADRIGAL DE LA MUERTE Boy y cific plo el mi dis sac De este de la LOT cars ka ejer ente ersor hente ONS LEA ESTE DIARIO LUNES 28 DE SETIEMBRE 1936. LL

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