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LECTURẢ para el DOMINGO IDELIO y ELEGIA rio. LA PRENSA LIBRE dios de ambas familias y aquéGedeon poeta gozan de las comodidades, des llos, con el logro de sus ardientes pliegan el lujo como si nunca pu.
deseos, vieron colmada con cre. Me das licencia, Gedeon, diera faltarles lo que tienen; asi ces su ventura.
para ir al campo pasear?
que en sus satisfacciones, en sus Todo era paz, todo contento. Cómo me puedo negar, placeres, hay una calma, una setodo supremo bien en el risueño si en el cifras tu ilusión?
renidad imperturbables; se conoII hogar de los recién casados: nili. Tiende, paloma, tus alas ce que pueden gastar, y gastan En el cielo de su amor y cruza el valle escondido, Un lustro aguardo la novia; gera nube empañaba el claro, sesin que la más leve sombra em.
reno y transparente cielo de su donde ya, mayo florido, surge la nube primera; ya está el amante de vuelta, pane su pensamiento, con la con.
dicha; pero los dos canarios se ostenta sus verdes galas.
ciencia segura de que jamás han en pos de próspera suerte ¿qué queda de aquel amor. guían presa de mortales ansias, Vuela al campo sin recelo, causado sus semejantes el me.
el parte lejanas tierras, Tan sólo cenizas queda. cada uno en su jaula, renovando y el dulce arroyo planteado nor perjuicio, con la augusta y ausencia es piedra de toque En vano la pobre llora, con inequívocas y ruidosas seña copie tu rostro agraciado, tranquilidad que infunde al alma en donde el amor se prueba.
de nada el infiel se acuerda, les la firmeza de sus vehementes que es como copiar. el cielo la certidumbre de no haber hecho Mil juramentos se cruzan entre radiantes aureolas, un nuevo amor en su pecho y contrariados amores.
nunca mal a nadie. En una paLa primvaera, ya sonreía en que el sol finge en la espesura y se cruzan mil promesas; el hueco del otro llena labra, ricos de esos por quienes los corazones de Carmen y Anto álcese tu frente pura y recordando la niña y recordando la niña no parece la fortuna ciega, ni nio, comenzaba sacudir el sue coronada de amapolas. este cantar de su abuela: este cantar de su abuela: ño de la Naturaleza, y barrunta Vé y calma tu ansia frenética. La cosa data del verano pasa. Las promesas del amor Las promesas del amor ban la sublime atracción del amor. Tal lenguaje no se explica, do. Nos encontramos en París son como las ojas secas, son como las hojas secas, las delicadas yemas de la humil. me dirás qué significa?
la víspera de venirme. Retrasé que al separarse del árbol que al separarse del árbol de hierbecilla, los henchidos bro. Una licencia. poética.
la vuelta y estuvimos tres días tes del leñoso ramaje del arbol, CASIMIRO PRIETO siempre el aire se las leva. siempre el aire se las lleva.
juntos. Luego se empeñaron en el canto melodioso de las aves, el llevarme pasar dos semanas en murmura con dulce llanto: murmura en triste lamento: monótono balido en el seno de su finca, de Sombrales, donde. Qué cosas tienen las viejas. Que razón tienen las viejas! Jos rediles, el estridente relinchar ESCRUPULOS suelen permanecer hasta fin de PEREZ NIEVA.
del noble bruto que percibía los otoño: yo había dicho que no me recónditos eflubios del aire y el Buenos están contigo los de corría prisa volver, saben lo que Los Canarios do hembra, no sabía arrancar de áspero rugir que se alzabà del Posendo. Qué les has hecho?
me gusta el campo. acepté. Hi.
fondo de las selvas.
su garganta los delicados trinos. Nada repuse mintiendo tí cimos juntos el viaje, llegamos CUENTO con que el primero recreaba sua vida y el ardiente afán de perpecaciones, Por donde quiera despertaba la midamente por esquivar expli Sombrales y tomé posesión del que había de ser mi cuarto.
SARMEN y Antonio vivían pa vemente el oído de cuantos le es tuarla, disputando al tiempo el. Algún motivo tendrán: erais La casa, que es magnífica, tiered por medio, y sus balcones, de cetro de la inmortalidad.
voladas barandillas, por poco es.
Carmen, su vez, comenzó tan amigos, y ahora. hablan de ne la izquierda un bosque, la en medio de las universales un modo. dicen que te has por derecha un huerto, delante un es.
pacio separados, caían a la calle tomar afición al primoroso can manifestaciones del amor, tenues tado indignamente. pacioso trecho limitado por un casi al mismo nivel.
tor que, desde el alba hasta el sutiles rejas se interponían al Mucho asegurar es.
muro de contensión y convertido Ricos, jóvenes y solteros, her caer de la tarde, estremecido de de los enamorados pajaritos. Luego. algo hay? en jardín modo de pensil sobre gozo, abriendo las alas, sin espamosa y discreta ella, él apuesto y Si somos tan felices dijo un cio para tenderlas, agitado in día Carmen su marido ¿por No pude remediarlo.
la carretera, desde la cual se sube. mente se llama un buen partido, quieto, llenaba el aire de melífua qué no han de serlo nuestros ca. menda, pero no dicen en qué ma recodo y luego por una esca Hablan de una grosería tre primero por un caminito que forpero ni la vecindad que engendra deseos en las próximas rejas de su felicidad veremos retratada la narios? Vamos unirlos, y en consistió.
linata. En el jardín hay multifácilmente el trato, ni la semejan. No, de fijo no lo cuentan. tud de recuadros trazados con za de gustos y de posición social su compañera de amor y cautivenuestra Antonio accedió a los deseos de Puede que me falte razón; pero, boj y con mirto, estatuillas, arque lo estrecha y consolida, ni los tiernos años, de suyo propensos Tanta constancia despertó en su esposa, y las dos jaulas fueron ya te lo he dicho, no lo pude re bustos recortados y pequeños esel tierno corazón de Carmen afán sustituidas por otra mayor, promediar.
tanques, unos con surtidores en las expansivas y ruidosas de.
nunca sentido, placer jamás ima vista de nidos y de un burujo de Y, por temor a que la imagina que el agua sube lanzada violenmostraciones del corazón, fueron parte para que Carmen y Anto. ginado, dolor y gozo, impulsos estopa; pero, como suele aconteción de mi amigo volase en per tamente en chorros para caer nio llegaran nunca cambiar se opresión de pena y desborda menzar la cría, de llorar y explosiones de risa, cer, el macho enmudeció al co juicio mío, le referi lo sucedido: deshecha en gotas, y otros de su Nos tratábamos con verda. perficie inmóvil, donde se reflejan ñales, si no de afectuosa benevo mientos de júbilo, anhelo de ha iQué lástima! exclamó Car dera confianza, viéndonos casi a las flores crecidas en sus bordes.
lencia, por lo menos de frívola blar imperiosa fuerza de silen men. Ya no canta tu canario! diario; yo solía comer en su casa; Desde la balaustrada de piedra cortesía: sellaban sus labios o cio; pero sus ojos, claros espejos ¿Por qué será?
Tomás almorzo algunas veces en que se alza sobre el muro de condios implacables de familia. Porque ya se lo ha dicho to. la mía; hasta Laura vino una tensióu se abarca mucho campo; Un anciano que compartía la apartaban a cada instante de lado a su compañera contestó An mañana con el para que le en. se distingue el curso tortuoso del amistad de ambas casas rivales, jaula para clavarse en los de Antonio.
señase mis cuadros y mis porce río, que ciertas horas, herido cuya reconciliación hubo de pro tonio, como atraídos y subyuga. Mira, ahora le impone su vo lanas antiguas. Teníamos jun por el sol, parece una ancha cincurar inútilmente regaló la gen. dos por el poder de imán miste lantad picotazos.
tos las butacas en los conciertos; ta de metal en fusión; y como la til muchacha y al gallardo man rioso irresistible. De alguna manera han de en no me dejaron renovar mi abono llanura está mucho más baja que cebo sendos canarios, en ricas y luchando ambos con el mietenderse los pájaros.
de los toros para llevarme su el jardín, se ve casi vista de pádoradas jaulas cautivos, pero de do de incurrir en el desagrado. Si; pero antes cantaba y aho palco; cuanto dejaba de ir a jaro un dilatado mar de verdura, sexo distinto, los cuales toma paterno, y con el natural rubor ra here murmuró Carmen tris. verles dos días seguidos, venía compuesto por los plantíos y las ron aquellos tan grande afición, y encogimiento de los pocos aque rayaba en cariño.
Tomás me escribía ella; en fin, copas de los árboles, entre los por primera vez, desde su Casi a la misma hora, mañana ban rienda suelta a la ternura ron en llanto.
ños, sin dirigirse la palabra, da matrimonio, sus ojos se anega timidad; porque, eso sí, no los formando recodo, sube desde la vivíamos en la más agradable in cuales se abre el caminito que, y tarde, salían al balcón para a embargaba su corazón hablando Una noche, de vuelta al domicilio hay más cariñosos ni más simpa carretera hasta la escalinata de tender con prolijo esmero y has los canarios.
conyugal, después de celebrar en ticos. No te rías: Laura es en entrada. Pocos sitios tan delita exagerada solicitud al cuidacasa de sus padres el ani se aquel he visto en do de los hermosos pajarillos, frase vulgar de pura cortesía, di cersation de la resrna boda, Cat. pasado por la cabeza eso que mis viajes, no cesaban de saltar dentro de la cha con labio torpe y balbucien men supo con asombro y profun sospechas; quizá sea la única mu Después de almorzar, allí nos angosta cárcel, donde encerrados te y miedo en el corazón, con da pena que el canario de Anto jer con quien he saboreado el pla servían el café; charlábamos un vivían.
testó Carmen, apagada la voz y nio, aprovechando la torpeza de cer de la amistad, verdadera, lim rato; Laura, temerosa del calor, Los clavos, sostén de las dos encendido el rostro, dió fin los un criado, había desaparecido.
pia de toda malicia, fundada en era la primera en meterse en ca.
jaulas, estaban fijos en la pared apartes y fácil entrada al diálo. Pobrecita! exclamó miran cierta identidad de ideas y hasta sa; luego se iba Tomás dormir maestra, pegados a las jambas go. El cual, indiferente y frívolo do con ternura la abandonada de sentimientos. Si buen concep la siesta, y yo me quedaba leyenen el mismo sentido, a mano dere io al principio, fue subiendo de avecilla. Huyó el inconstante. to tenía de él, mejor de ella. do, fumando, soñando despierto, cha de Carmen y Antonio, cuan punto de día en día, hasta con Ingrato, pérfido, alevel. pero Entonces. qué les has he embobado en la contemplación do éstos asomaban al balcón, de vertirse en largos y amorosos co qué importa? Yo te vengaré. cho. de la campiña, sin acertar cuánmodo que el segundo, durante el loquios, siempre brevísimos para Mañana, mañana mismo ten. Ten calma, hombre. La mu do me gustaba más, si bañada tiempo que consagraba su ca los interlocutores y siempre con drás otro compañero. De mí de jer es bonita, elegante, discreta, del sol esas horas en que parece vario, volvía forzosamente lases pena interrumpidos y con cre pende. Mas qué digo. Ay honrada; el marido un caballero que el calor hace palpitar el aire paldas la primera.
ciente anhelo y mayor fuego rea de mí. Para condenarte de nue carta cabal. muy ricos: ya ras de tierra, envuelta entre Así pasaron días, que no fue nudados.
vo, no dulce esclavitud, sino sabes que no hay en Madrid casa la neblina gris que al anochecer ron muchos, hasta que el mozo Mas los pobres pajaritos, me opresora servidumbre, y al doble puesta con más gusto, ni pareja se desprendía del río.
puso en efecto lo que, irresoluto dianeros de tanta felicidad, con dolor del bien fugitivo y de la es que tan bien emplee lo que le ha Una tarde, marido y mujer se y perplejo, venía meditando, fiados manos extrañas y mer peranza perdida. No, no, ja deparado la suerte. Por supues fueron temprano la ciudad fue alcanzar su jaula y variarla cenarias, echaron pronto de me. más. Conserva lo menos la to, nada delata en ellos al pode hacer visitas, y yo me quedé en el de sitio, aprovechando la ausen nos las tiernas caricias y la cui esperanza de que el traidor vol. roso improvisado, al advenedizo; jardín, sentado con un libro juncia de la encantadora vecina.
dadosa solicitud de sus ingratos verá desengañado al apacible ni. hacen con la mayor naturalidad, to la balaustrada, casualmente Al salir ésta al balcón. se sordueños, harto atentos a la pro do de sus primeros amores. sin darles importancia, los ma en un sitio desde donde se domiprendió del cambio: junto a la suya estaba la jaula de Antonio, pia satisfacción para pensar en Sufre, pajarito mío, sufre y mue yores gastos. Están acostum naba la cuestecita que, arrancanla ajena.
re de dolor, como sufro y muero brados manejar el dinero sin do desde la carretera y formando quien tenía puestos los ojos en yo. tomarle cariño, desprenderse recodo, terminaba en la escaliambos canarios, alegres y con.
Antonio había volado también de él sin pena, mirándolo casi nata.
tentos de verse tan cerca.
El consejo cariñoso y la súpli en pos de una hermosa y célebre con desprecio, como quien siem Más de una hora habría transY fuerza de mirar los pája. ca reiterada de la oficiosa amis funámbula.
pre le ha tenido, le tiene y le ten currido desde que se fueron: yo, ros, sus dueños se miraron al fin; tad; el tiempo, que aplaca los drá seguro. Por cierto que esta ratos leía, ratos miraba al ella tímida y ruborosa, él confu rencores, enerva las voluntades y es una de las cosas que les hace campo, cuando noté que por ba.
so y suspenso.
rinde los caracteres más firmes y ¡Oh felicidad, huimos de tí para más simpáticos: no sólo saben jo de mí, en el ingreso de la escaDesde entonces Antonio tuvo enteros, y, sobre todo, la inque buscarte en el aire. Como el canario de mi cuento!
despiegar su riqueza sin herir ni linata, había gente hablando.
en poco a su canario y se apasio brantable constancia de los amortificar al prójimo, sino que Miré y ví un grupo compuesto nó del ajeno, a pesar de que, sien mantes, pudieron más que los oNILO MARÍA FABRA además disfrutan del bienestar, por el jardinero de la casa y una Lands Zobsold DAMOCRACE OFRECE Materiales Selectos sus favorecedores un EMILIO ARTAVIA Importados directamente elegante y económico por por la casa. Especialidad en el precio y duración.
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