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EL ORDEN SOCIAL Notas teatrales uno de los entreactos, y que captaron la Sra. de (Función del domingo 2)
Leal y el Sr Salazar, fué recibido con mues La Carcajada es ciertamente una pieza dra un tenor de fama y muy justo es que el Supremo tras de aprobación. Salazar está llamado ser mática tan vieja casi como el apdar pie, pero Gobierno haya resuelto dispensarle su apoyo de escenas conmovedoras y de un fondo tan enviando Italia ese joven tan entusiasta y honrado y moral, que bien vale la pena de gastar amante del divino arte.
no un colón veinticinco céntimos, sino el doble y mucho más para ir a verla, siempre que haya La Sra. García de Leal es mujer de porte esperanza de que se la represente con la debida agraciado en la escena y voz agradable, pero propiedad. Si todas las obras francesas que se muy poco extensa.
han traladado al espafiol fuesen como ésta, meA la orquesta prodigamos nuestros más ritoria faena seria la de los señores, traductores. ción. Solamente tenemos que hacer una súpli sinceros elogios por su buena y armoniosa ejeco Sin embargo, sobrado conocemos que desgracia ca su director y ésta es que por Dios nos damente no ocurre así Pero vamos a hacer crónica ligera y nada cambie para en otra ocasión la obertura aquella más que por centésima vez creemos se ha tocado en Aunque nos resulte algo cursi la frase, di nuestro Salón Teatro.
remos parodiando un célebre escritor, que to Mucho nos agradó el ver que en esta fun do elogio que al Sr. Leal en su papel de An ción reino mayor orden que en las anteriores.
drés se le prodigue, es un pleonasmo.
Al fin parece que los jóvenes bullangueros La interpretación de ese personaje de sise convencen de que hay que hacer un distingo tuaciones tan escabrosas durante toda la obra, es de lo es Teatro y Plaza de Toros. Cuánto dos tá reservado indudablemente artistas de gran alegraremos de en lo sucesivo se continúe así!
capacidad y el Sr. Leal, en la noche del dominEn cambio hemos de consignar dos notas go, nos probó que lo es y de un sentimiento psi sobre cosas que nos chocarou y a las que la auto cológico muy profundo, conmoviendo desde el ridad puede poner remedio.
primer acto tan poderosamente al público que La uda es se infiere grave ofensa la so éste se sintió completamente subyagado hasta ciedad honrada tolerando la asistencia de muje el fin del drama.
res perdidas al lunetario, como ocurrió en esta función.
En la careajada histérica y la triste esce na en que ya recluido Andrés, fija su extraviada Es la otra que convendría ordenarse que el razón en la cifra fatal, discurra que mil francos telón sea levantado la hora fijada en el progra. son más que un millóa; finalmente en la prueba ma y no hacer esperar tanto al público, se abu suprema que el Dr. Lecrére le somete, nos rre oyendo elavar y alistar decoraciones cuando hizo Leal nn Andrés como dificilmente se vol debiera estarse ya en la representación.
vera ver durante muchos años en nuestro Tea Para finalizar diremos que mucho nos due.
tro Municipal. Todos los asistentes lo proclar le que el éxito pecuniario haya resultado tan po maron así.
co satisfactorio para la empresa.
Los demás artistas esforzáronse en dejarnos. La concurrencia no era escasa, pero aquí un buen recuerdo de esa representación, armoni ocurre siempre que muchos entran gratis por zando dignamente con el Sr. Leal en el desem ciertos lugares.
peño de sus papeles.
Sensible es en verdad que así se defraude Picio, Adán y Compania es un sainetillo a los que a costa de tantos sacrificios vienen bien conocido de nuestro público. Tiene escenas proporcionarnos agradables ratos de esparcimien may chistosas que fueron muy bien desempeña to en esta monótona Heredia.
das, así como el vals de Edelmira que con muEl abuso ése, si no se corrige por quien co.
cha gracia cantó la Sra. de Leal, pero las coplas, rresponda. porque entendemos que no está en aquellas malditas coplas de Picio, por lo iomora manos de las Empresas el impedirlo. será una les todo lo echan perder.
valla para que nos visite la Compañía Leal otra.
El duo del Anillo de Hierro intercalado en CRONIQUERO Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.