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2 EL ORDION SOCIAL CATECISMO que al que no crea lo que ella enseña, ni obre lo que ella RELAMPAGOS manda, aunque el mundo lo llame un santo bendito, se lo llevaQueridisimo lector: rán los demonios.
Cerca de veinte siglos bace Más claro no canta un gallo, que apareció la Iglesia Católica aunque tenga pico de oro.
sobre la tierra.
Con que así, ya sabes, mi Esto fue para la humanidad buen lector, déjate de cuatro algo así como un trueno gordo cosas y obedece la Iglesia caque la dejó asombrada.
llardito.
Se levantaron contra la recién EL CHICO TILLO nacida Iglesia, perseguidores po.
derosísimos implacables.
Desgarraron su seno las be Amanecer campestre rejías.
Cuadros de costumbres de Costa Rica Pretendieron convertirla en auxiliar de inicuos planes, reyes Al Ilmo, y Romo. Sr. Obispo de Costa Rica pueblos, emperadores triD. JUAN STORCK buinos.
Desde el regalado nido, hace un siglo que sus nueó saltando por las ramas, vos enemigos andan publicando los clarines de la aurora su papeleta de defunción, y ella rompen en alegres dianas firme como la roca, sin querer y saludan con sus trinos morirse, y erre que erre, lo mis el albor de la mañana.
mo ayer que hoy, repitiendo sin De muy lejos, de la aldea, cesar que ha venido del cielo, y el eco de las campanas, que es inmortal.
por la distancia esfumado, Un cambio repentino en el débil llega y breve pasa mundo, una constancia indoma.
sin detenerse escuchar ble de veinte siglos, una perse la orquesta regocijada cución no interrumpida, mansa de las aves, que a la vez fiera, pero tenaz vigorosa, vuelan, oran, rien, cantan.
prueban que quien tal hace y De la encumbrada techumbre quien tal sofre, es algo muy el hunio en columnas se alza, grande, de importancia suma, en sueltos copos navega y cuya causa conviene investipor la atmósfera azulada.
gar.
La mujer frente al fogón Tú muy probablemente no mantiene vivas las llamas serás filósofo, querido lector, y soplando carrillo lleno me dirás, tal vez, que tí nada las robustas bocanadas.
te va pi te viene de buscar las En el patio su marido causas de las cosas; que harto las herramientas prepara: tienes que hacer con buscar al el machete y el cuchillo, gunas monedas para ir tirando el za papico y la pala.
de la vida, y aquí paz y después Por encima del pretil gloria.
estira el cuello la vaca Pero es el caso que echas la en vuelta en nubes de vaho cuenta sin la huéspeda.
que piel y nariz exhalan; Porque si no se te da un ar busca impaciente su cría, dite por la Iglesia Católica, me con sus mugidos la llama, parece que no vas a tener aquí mientras el tierno becerro mucha paz, y ya puedes inte en el corralón se ufana despidiendo de la gloria.
por abrir algún portillo Amigo mio, ello será cosa para correr encontrarla.
fuerte, pero la Iglesia Católica En el pa nzudo caldero, ha dicho siempre, y en voz muy el agua que hierve canta.
alta, que fuera de ella no hay Lista la bolsa, repleta salvación.
de café molido, aguarda sa beso, para brindarle sus aromosas sustancias.
Sobre el cuadrado de cedro la mayor el dulce raspa en tanto que las menores el jarro y tacitas lavan.
En la cuna llora el niño; la soledad no le agrada y además tiene sabido que el que no llora, no mama. que es la primera lección que nos da Natura sabia.
Con el valde de la leche entra el jefe de la casa, se descubre, se persigna; todos en pie le acompañan; y con la mirada en lo alto y las manos eolazadas ilenos de fervor dirigen una sencilla plegaria en que imploran protección de quien cielo y tierra guarda, y por los mil beneficios de El recibidos dan gracias.
Ya el mantel está cubriendo la limpia mesa cuadrada; en breve sobre sus nieves, humeante el jarro descansa rodeado por un cortejo de platillos y de tazas: en amplio platón expuestas, y por clases agrupadas, dan seguro testimonio de la habilidad del ama: la rosquilla de bizcocho fuego lento dorada el ojaldre de pan dulce que una paloma remata, dominando dos coronas de hojas y flores tan raras, que recuerdan los artistas de las épocas primarias.
Las sabrosas quesadillas: los rosquetes y empanadas, el pan blanco, delicioso, y las quebradizas tartaras.
Ocupan todos su puesto, el niño afanoso mama mientras la madre, sorbitos, el café con leche traga, mezclando con él las glorias suavísimas de las tártaras.
Leal, un perrazo lanudo que es el guardián de la casa, sentado espera impaciente; con los ojos hechos ascuas sigue fijo el movimiento de la mano cuando baja, para coger una rosca, para levantar la taza, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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