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6 LA REPUBLICA, Lunes 16 de junio de 1975 500 plantas analizadas En busca de una cura total para el cáncer Por Gina Valdez Orozco planta puede consumir un año entero, y el aislamiento de las sustancias esenciales hasta años.
Una de sus más arduas experiencias fue con el Guitite.
Mil quinientas especies de plantas costarricenses ha analizado el Dr. Alberto Sáenz Renauld en busca de un principio activo que sea capaz de curar el cáncer.
El Dr. Sáenz es el decano de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Costa Rica.
Su vida entera ha estado dedicada a la cobertura de dos grandes objetivos: la enseñanza y la investigación Es graduado de la Universidad de Winconsin, Estados Unidos, y fue alumno y colaborador del Prof. M. Kupchan, uno de los más eminentes investigadores estadounidenses sobre el cáncer.
En su laborioso estudio sobre las plantas autóctonas de Costa Rica le ha dado preferencia a los árboles.
De cada especie vegetal el estudio es integral. Es decir, raíces, tallos, hojas, flores y frutos entran al análisis de laboratorio.
Cuando se explica el por qué del laborioso estudio integral Sáenz advierte que cualquier parte de una planta puede contener más actividad anticancerosa.
Unas han mostrado contener una actividad del al 10 por ciento y hay familias enteras que se destacan por contener una actividad mayor que otras.
Para determinar si una planta tiene posibilidades de resultar positiva en sus investigaciones, el Dr. Sáenz se guía por las tradiciones que determinan el vegetal como curativo. Me fijo mucho. dice. en las plantas que la gente reputa como buenas para la curación de úlceras.
El proceso de investigar una sola planta es lento.
Analizar una sola parte de la Esta planta común de Costa Rica, que todo el mundo conoce, demostró tener una acción anticancerosa definida, pero a la vez produjo en los ensayos de laboratorio con animales. efectos secundarios indeseables sobre tejidos y órganos vitales.
Eso mismo podría ocurrir en el ser humano.
Con el frailecillo también se experimento, ya que es un arbusto que se adapta más a la teoría de las posibilidades del vegetal con principios activos El investigador explicó que la jatraphona aislada del frailecillo es un inhibidor del crecimiento tumoral que posee El decano de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Costa Rica, Dr. Alberto Sáenz Renauld, sacando sus conclusiones de uno de sus tantos estudios; a los que ha dedicado toda su vida: la enseñanza y la investigación.
una estructura química y una capacidad de reacción únicas.
Pero hay también efectos secundarios peligrosos.
Con el Dr Dr. Sáenz colabora la Lic. Maryssia Nassar de Cortés, una especia de mano derecha en el laboratorio.
Pero lo mejor es que sea el propio Sáenz quien explique sobre el cáncer, la investigación y el público.
Para ello le pedimos el artículo preparado por él que reproducimos en esta misma página.
Sobre el cáncer, la investigación y el público Por el Dr. José Alberto Sáenz Renauld e en en u Indudablemente que el cáncer es hoy por hoy uno de los motivos de mayor preocupación del hombre de ciencia en el campo de la investigación.
La mortalidad por efectos del cáncer, alcanza hoy día un preocupante segundo o tercer lugar, en el índice de mortalidad de la mayoría de los países, superado a veces únicamente por enfermedades del corazón.
Estos números, unidos a la ignorancia del origen de las diversas formas de cáncer, ha despertado una psicosis generalizada en la que el cáncer es sinónimo de muerte inevitable.
La medicina, no obstante los agigantados pasos dados en el campo técnico científico, no ha logrado aún descifrar el enigma que significa el origen del cáncer.
Muchas hipótesis han sido desechadas otras esperan comprobación Cada vez que los medios informativos lanzan al mundo alguna noticia alentadora sobre la investigación, en los diferentes campos de la lucha anticancerosa, miles de corazones angustiados sienten el aliciente de una luz de esperanza en el camino sin regreso que para ellos significa el diagnóstico del cáncer. El que escribe ha trabajado por más de una década, en asocio del Instituto de Salud Pública de los Estados Unidos de América, la determinación de las propiedades anticancerosas de plantas costarricenses. Hace algunos años, motivado por el entusiasmo del aislamiento de varias sustancias anticancerosas, a partir de dichas plantas (Withaferina, Jatrophona, etc. accedi a dar información a periodistas sobre tales hallazgos. Al aparecer las notas periodísticas, me senti bastante molesto por algunos de los titulares que, por ejemplo, indicaban descubierta cura contra el cáncer plantas costarricenses. Al increpar a uno de los redactores, me contestó que entendiera el hecho de que para el gran público era necesario un titulo sugestivo que despertara el interés y la curiosidad del lector.
El resultado de tales publicaciones difundidas por agencias internacionales, trajo como consecuencia llamadas telefónicas del exterior de médicos cuyos pacientes estaban desahuciados. o bien, cartas de individuos afectados por algún tipo de cáncer, acompañadas de narraciones capaces de conmover al más pintado. No faltaron casos de madres, hijos o hermanos que llegaron a mi casa oficina clamando por un poco de la droga curativa. Todo ese cuadro de dolor humano me hizo comprender lo injusto y poco ético de mal informar al público sobre investigaciones, que, si bien llevan una positiva orientación científica, distan mucho de poder catalogarse como curas remedios para algunas de las formas del cáncer humano. Ellas son apenas esperanzas en el campo médico terapéutico. fin de poner las cosas en su verdadera dimensión y contribuir a la educación del público, me permitiré dar algunos detalles sobre lo que es en realidad el cáncer, y sobre la investigación que en ese campo se realiza.
El cáncer es en esencia una alteración de la actividad vital normal a nivel celular. Las células cancerosas comparten dos características singulares: un rápido crecimiento multiplicación y.
una gran facilidad para trasladarse diferentes partes del cuerpo en donde actúan sobre células normales reemplazándolas hasta originar el cáncer, con frecuencia afectando varias partes del cuerpo. Hemos hablado de tipos de cáncer, lo cual nos lleva a definir que el cáncer no es una enfermedad, sino un complejo o conjunto de enfermedades, cuyas formas clínicas diferentes sobrepasan la centena. Esto también nos hace comprender que la obtención de una droga que pudiera ser efectiva contra un tipo de cáncer, podría resultar ineficaz contra otras formas clínicas.
Es conveniente, a estas alturas, aclarar el porqué los resultados de las investigaciones que a menudo se consignan los medios informativos, no tienen una aplicación inmediata en el ser humano. La razón es perturbante por lo sencilla: las experiencias que se hacen para encontrar cura a los diferentes tipos de cáncer se verifican en animales y no en humanos. Todavía no ha sido posible la implantación de un cáncer humano en un animal de laboratorio Por esa razón, los resultados que se obtienen en las investigaciones anticancerosas son indirectos y su posible aplicación al ser humano conlleva una etapa prolongada de minuciosos estudios en diversas áreas del campo médico (Fisiologia, Farmacología, Toxicología, etc.
etc. Eso es precisamente lo que ha acontecido con la investigación de plantas que han demostrado actividad anticancerosa en animales de experimentación.
Cuando se obtiene una sustancia capaz de inhibir el desarrollo de algunos de los tipos de cáncer en los animales, se considera que se está ante un probable agente terapéutico de uso humano. Sin embargo, la mayoría de esas sustancias no alcanzan esa meta, por el simple hecho de que durante los estudios preliminares a su utilización clínica, se demuestra que tienen, además de una acción anticancerosa definida.
efectos secundarios indeseables sobre algún tejido u órgano vital en el ser humano (riñones, corazón, pulmones, etc. En esta etapa la sustancia, en cuya obtención puede haber mediado varios años, pasa a ser desechada en medicina humana, no obstante, sus probadas propiedades anticancerosas en animales.
Desafortunadamente hasta la fecha, no existe ninguna cura contra ningún tipo de cáncer humano, especialmente cuando éste ha alcanzado un desarrollo muy avanzado.
Las posibilidades de éxito en el tratamiento de un cáncer son directamente proporcionales a la precosidad con que se diagnostique su presencia.
Entonces sí, la cirugía, quimioterapia, la radiación formas mixtas de ellas pueden dar excelentes resultados. Por la anterior razón, es imprescindible que la gente se percate y adquiera conciencia de que el examen médico periódico, extemporáneamente cuando se presenten sintomas a normales persistentes, constituye la medida de precaución más inteligente para descubrir las etapas iniciales de un posible cáncer.
Al revisar la literatura científica sobre este campo, se nos ocurre pensar que, por lo menos, algunas formas clínicas del cáncer son en realidad el producto de la contaminación ambiental, concebida ésta en su verdadero significado ecológico. Algunos ejemplos respaldan nuestra posición. Una de las primeras formas de cáncer de que se tiene noticia escrita, se originó en personas que en Europa se dedicaban exclusivamente a la limpieza de las estufas chimeneas en como producto de la combustión del carbón para calefacción casera, se acumulaba hollín en grandes cantidades. Dichos trabajadores estaban expuestos a sustancias carcinogénicas presentes en el hollin del medio ambiente en que laboraban. Posteriormente, se produjo el descubrimiento industrialización de sustancias colorantes denominadas anilinas.
Años después, se comprobó la aparición de cáncer en los empleados de esas fábricas resultante del manipuleo de esas sustancias en el medio ambiente contaminado Caso similar ocurrió los trabajadores dedicados a la industria relojera, quienes desarrollaron cáncer del labio, al utilizar pinceles que llevaban a sus bocas con sustancias radioactivas destinadas a la luminiscencia de las manecillas y números de los relojes.
El último caso de contaminación que citaremos, y su relación con el cáncer, lo constituye el fumado.
Al igual que el hollín de las estufas, de que hablamos antes, el humo del cigarrillo es un producto de combustión que sustancias carcinogénicas que, al acumularse en cantidad apreciable en nuestros alvéolos pulmonaires, pueden inducir primero enfisema pulmonar, y luego el cáncer del pulmón. Esto es respaldado por extensos y serios estudios de investigación. Se nos ocurre ahora insinuarle al amable lector que medite en el hecho de que cada año hacen su aparición en el mercado alrededor de 500 a 600 sustancias químicas nuevas, con las cuales nuestro organismo nunca antes tuvo contacto externo o interno. Cuántas de esas sustancias mostrarán al cabo de los años efectos dañinos o cancerígenos en el ser humano. Como respuesta a este serio problema, el hombre de otras latitudes busca afanosamente soluciones adecuadas. En algunos (Pasa a la pág. 19) lleva en a en las que, LA REPUBLICA un diario Independiente al servicio del pueblo Publicado por Editorial La Razón, Director. Rodrigo Madrigal Nieto Subdirector. Julio Rodriguez Bolaflos Jefe de Redacción. Yehudi Monestel Arce Gerente. Alvaro Cedeno Gómez Publicidad. Johnny Chacón Soto Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa Dirección: Tumon Norte, San Jose Apartado de correos. 2130 Teléfonos: 23 02 66 y 21 04 29 Suscripción a domicilio: 12. 00 al mes.
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