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LA REPUBLICA, sábado de diciembre de 19759 Un libro del que Dios nos libre.
se Yehudi Monestel Los batidos me espantan casi desde que naci. Me gustan mucho más las cosas sencillas, las líneas rectas, y dificilmente me divierto con las mezclas.
Admiro lo integral del libro de la Dra.
Maria Bozzolli de Wille Localidades Indígenas Costarricenses y el trabajo minucioso de Doris Stone en Las Tribus Talamanqueñas de Costa Rica. por lo que suponen de investigación, esfuerzo, claridad y disciplina.
Son obras serias de gente seria, donde los pueblos aborígenes del país, en sus diversas etapas de aculturación, consiguen una fotografia de cuerpo entero, sin distorsiones. la admiración es mayor porque las dos antropólogas son estrictas, y jamás se conceden licencias que puedan perturbar la integridad de sus ensayos, con giros de novela.
Estas razones son suficientes para que me indigne la presencia actual. limitada y casi invisible por suerte del librito La Problemática Indígena en el Istmo Centroamericano. que endosa el mexicano Germán Fernández de la Cruz quien dice ser antropólogo trotamundos.
Me ofende este folleto porque el autor, no contento con una generalización muy aérea, se detiene en Costa Rica para desbarrar, en una flagrante confesión de ignorancia, sobre nuestros indios y nuestras instituciones.
Fernández de la Cruz olvida que en esta porción de América que también ha tenido mezclas, transformaciones y cambios, hubo casos que no fueron comunes al resto del Continente. Olvida que se mezclaron los idiomas, las instituciones y las ideas así como se mezclaron las criaturas humanas.
las plantas y los animales, y que de todo ese proceso de transmutación de toda esa suma abigarrada de lo nativo y de lo extraño, surgió una Costa Rica que resulta algo más que un mero concepto geográfico, o una oportunidad para los ensayos superficie.
Ni en la historia del pasado ni en la realidad del presente, cabalga nuestro amigo malabarista sobre caballo de casco firme.
Está desubicado desde cuando trata de hablar de la rebelión de los indios de Talamanca (incluso los niños saben que hubo más de una) hasta el momento en que llega a novelar sobre los capellanes de las huestes conquistadoras y los capitanes blancos (analfabetos y audaces) cuyo látigo hizo que en las bajuras del Atlántico costarricense anocheciera en mitad del día.
El autor dice que el problema ha cobrado en este país (Costa Rica) caracteres de violencia extrema a tal punto que, una comisión del Congreso, ha debido intervenir siendo acusada hace algún tiempo de una sospechosa paralización de sus actividades, en el mismo tanto en que a la Comisión Nacional Indigenista la dejaron con su lirismo y sin presupuesto, y en la misma medida en que se ha hecho un mal intento de legislar sobre la posesión indígena de la tierra.
Cosas tan tiradas de los cabellos como éstas, menudean en el folleto y, referirse de nuevo a que Fernández de la Cruz tira piedras a lo loco, resulta necio.
Supongo que el autor es novelista y que ha querido novelar un cuadro de un problema que es innegable por evidente: el del indio en la porción insular de América Central. Pero lo que ha hecho ni es novela.
ni es obra científica rigurosa.
Desde Huasipungo (Ecuador, 1934 de Jorge Icaza. que a pesar de estar escrita más o menos a la bartola, cumplió un buen papel de denuncia, son muchos los que han querido transitar por ese mismo camino. Lo triste con el actual escritor es que ni siquiera define qué es lo que pretende lograr con lo que ha hecho.
Olvida las acciones de la Comisión Nacional Indigenista de nuestro país y la culpa de lirismo, sin haberla estudiado y mucho menos medido en su justa dimensión de criatura recién nacida y sin papá.
Habla de parálisis en la comisión indígena de la Asamblea Legislativa y la pinta con sospecha, sin conocer los mecanismos bajo los cuales opera, y sin entender que la forman hombres que más que investigadores, son gente de una profunda vocación política El colmo es referirse al proyecto de ley para dar título de propiedad a los aborígenes costarricenses. ignorando que fue el Colegio de Abogados de Costa Rica quien lo redacto, en un afán de servicio público encomiable y que resultó encarnado de estudios serios que plantean rompimientos valerosos con una legislación obsoleta y trasnochada.
En cambio resucita a una serie de personajes fantasiosos. regodea hablando de encomenderos, de clérigos de mala fe, de capitanes con señalamientos de tierras y haciendas y de los nobles zánganos que vinieron detrás de ellos, empezando el imperio brutal y despiadado de las posesiones y de las mitas, respaldado alguna vez por aquella sentencia romana y pontifical que afirmó que los aborígenes carecían de alma. y el coro de los que urdieron aquello otro de que apenas son buenas bestias de labor que deben ser tratadas como tales.
Está bien que se recuerde que desde entonces todas las leyes de los estados americanos, asentados sobre las viejas áreas de los imperios aborígenes, así como sus procedimientos y costumbres, se vaciaron con el sutil veneno de este principio pontificio y se convirtieron en poderosos instrumentos de sujeción.
Bueno recordar que como buenas bestias de labor perduran aún millones de indios en la América del Sur y que en torno a ellos todas las oligarquías de nuestras pequeñas repúblicas se perfilan como una elite rigurosamente cerrada, estéril y cruel, y que los indios siguen siendo ese ser dormido en el tiempo para el cual cada ano, las legislaturas de nuestros países contemplan leyes y cambios que permanecen graciosamente inútiles en el espíritu de la letra.
Pero mal que éste cientifico siga la huella que sobre esta atroz marginación han marcado algunos escritores de América que proyectan, quizás sin saberlo, una última e inexplicable explotación: la literatura indígena.
En todo caso lo que tiene de falso el estudio de Fernández de la Cruz, lo tiene también de hijo disparatado, engendrado de oído, irreal, bastardo y agraviante.
deAlguien que educa a sus hijos Rincón a a del donde han desfilado tantos honestos trabajadores heredianos, que han contribuido a forjar nuestra Patria.
ΕΙ director no duda, a cambio de hipotéticas mejoras fisicas a las instalaciones del Liceo, prestarle honra servil al comprador de la nacionalidad costarricense.
Hoy reverbera mi sangre.
Desciendo de familia de idioma Myriam Bustos Hay cosas que a uno le lastiman en su honra, esa honra propia del costarricense, esa honra de Omar Dengo, Alfredo y Luis Felipe González Fores, Cleto González Viquez, Fadrique Gutiérrez, Luis Dobles Segreda y tantos heredianos que han sido gloria para nuestra Nación.
El director de un liceo de Heredia, dijo: Ojalá vengan muchos Vescos más; lo que pasa es que le tienen envidia, y todo lo ven por el lado político.
Es más, estoy pensando. en la posibilidad de invitarlo a que visite nuestro liceo y solicitarle ayuda. y si me resuelve los problemas le hacemos un homenaje. Si pudiera colocar su foto en el salón de actos lo haría. La Nación, A del de diciembre de 1975. Estas palabras causan disgusto, y desprecio; si las abiera pronunciado alguien sin educación, ignorante, torpe y primitivo, podria pensarse que surgen por impulso animal, más que racional. Pero no, esas palabras ofensivas a la dignidad y moral nacional, emanan de un supuesto mentor de la juventud costarricense.
No sólo este pretendido maestro nos da una lección negra de civismo, de entrega a lo material corrupto, sino que también se atreve a pretender colocar la foto del prófugo internacional Robert Vesco, en la sala gloriosa de un liceo por educadores que contribuyeron que el costarricense aprendiera la virtud, no el vicio; cultivara el espíritu noble, no la bajeza corrupta de la venta de principios; que educaron a sus estudiantes en todo el sentido de la palabra.
para que fueran buenos ciudadanos, cívicos, respetuosos del derecho ajeno, sin dejarse hundir en la podredumbre y la inmoralidad.
Hoy, el director de un centro de enseñanza en Heredia no vacila en ofrecer rendir un homenaje a Vesco benefactor, a cambio de resolver los problemas del Colegio. Así, con el ejemplo, educa a los hijos de Heredia, luz de la educación costarricense.
Esta filosofia del director del Liceo de Heredia enseña una lección evidente a sus alumnos: No importa transar con un señor que tiene cuentas pendientes con la justicia internacional, a cambio de que los estudiantes tengan una escuela física mejor.
Esta lección del director de un Liceo de Heredia pasará a nuestra historia patria: vendan la conciencia 30 piezas de plata a cambio de Jesús. No, Omar Dengo; no, Luis Felipe González Flores; no, Alfredo González Flores; no, Cleto González Viquez; no, Fadrique Gutiérrez; no, Luis Dobles Segreda. Ustedes si son maestros.
Alguien escribió o dijo: DEL AL 11 de octubre celebraremos las festividades. Hubo un seminario en este sitio DEL 15 AL 18 de abril. DEL otoño la primavera llueve en mi país.
Pero debió escribir o decir: DESDE el HASTA EL 11 de octubre celebraremos las festividades. Hubo un seminario en este sitio DESDE el 15 HASTA EL 18 de abril DESDE el otoño HASTA la primavera llueve en mi país.
PORQUE cuando se intenta establecer una OPOSICION TEMPORAL, deben emplearse las preposiciones DESDE y HASTA. y no DE y A, debido a que éstas expresan una OPOSICION DE LUGAR, como en estas oraciones, en que su uso es correcto: DE San José Heredia viajó Ernesto Vino DE Alajuela San José.
Cabe advertir que DE puede emplearse, para expresar LUGAR, con el significado de DESDE, y establecerse, en ese caso, la OPOSICION DE A, como en las siguientes oraciones: DE (DESDE) Madrid Cataluña hay una distancia considerable. Vino DE (DESDE) América del Sur este país en una humilde citroneta.
Jorge Corrales Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Omar DengoViolence
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