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LA REPUBLICA, martes 10 de febrero de 1976 Miserere dale con la pobre Avenida Naciones, de abate y te conmueve desde la más ironda raíz de tu ser, haciendo añicos tu columna vertebral, antes erguida hacia el azul inmenso de tus cielos.
Me llego a ti, Señora con el alma contrita y el corazón dolido, en este instante del crujir de huesos y de ayes lastimeros.
Porque he deambulado por tus calles; porque sé de la nitidez de tu paisaje: porque he visto tu Antigua, mostrando sus antiguas ruinas desde las columnas levantadas de su Palacio de los Capitanes Generales.
Me inclino reverente en una oración de mutismo ante la majestad de tus catedrales, y el bullicio alegre de tus mercados en flor.
Salve Cara Patria, de dulce corazón de cinamomo y alma de sándalo. Me llego callado a los pies de vuestra Señora de la Asunción y le hablo al oido al más pobre de todos los Santos. El Hermano Pedro de Betancourt, que hoy hace tintinear sus sonoras campanas de plata en rogación perenne por tu salvación.
Cito los nombres sagrados, desde Landivar hasta Miguel Angel, el Maestro Mayor de tus poetas que hoy debe de estar con. Salarrué y con Claudia pues todos son centroamericanos, rogando por la Patria adolorida.
Recorro ensimismado tus caminos y tus veredas olorosas a tierra mojada; paseo mi mirada viajera por tus lagos de vidrio claro, tu Amatitlán sonoro y tu Atitlán de aguas por siempre cantarinas. hoy que tiembla la tierra, que los edificios caen como cáscaras de nuez elevo mis preces más sentidas porque luego tus antiguos manes te devuelvan llena de fe y de esplendor a todas nuestras hermanas centroamericanas.
Que el Dios Bueno, deje su divina cólera pasajera!
Que el Dios Santo, Señor de los Ejércitos Celestiales, apiade su mano misericordiosa y que luego te nos devuelva uno de los cinco dedos de la mano. sana, serena, tranquila en la dura labor de tu restauración.
Salve Cara Parens. Salve Cara Patria! doliente, llorosa y conmovida. Salve que sobre el dolor y de la angustia resurjas plena, vertical y noble en el concierto de los pueblos del mundo.
Primero, quiero dejar bien claro que estas líneas no se refieren a la opinión de nadie en particular. Lo digo, para evitar posteriores dimes y diretes que a nada conducen, ya que cada quien es libre de opinar según su gusto y yo de acuerdo al mlo. Me refiero, pues a actitudes generales. dentro de éstas hay dos en relación con el cierre definitivo de la Avenida Central: los que apoyan la permanencia del bulevar y los que abogan por su reapertura al tránsito de vehículos. esta última actitud es a la que voy a referirme, porque encierra motivos para mi inadmisibles, y de ellos el principal es el problema del tránsito.
Manuel Alonso Rodríguez Herrera Al pueblo de Guatemala, hermano nuestro, y especialmente dedicado al Excmo. señor embajador Dr.
Jaime Barrios Peña, y a mi buen amigo don Guillermo Rosales Juárez, secretario de la embajada de Guatemala en Costa Rica.
Ricardo Blanco Segura SALVE CARA PARENS, DULCIS GUATEMALA, SALVE Rusticatio Mejicana Rafael Landivar Me llego a ti Señora, dulce Señora de mi cariño y de mi entraña, en esta hora en que un viento macabro de terremotos, hace desintegrarse tus casas y tus edificios. En esta hora, en que el Dios Supremo de las ¿Quiénes integran nuestro congreso?
conformación política, económica y también social de una colectividad. no hay por qué presumir incompatibilidad entre la representatividad que debe haber en una cámara legislativa y la excelencia que deben exhibir sus componentes. Bien se podría llamar a lo mejor de cada grupo para dejar esta delicada misión, en manos de un núcleo bien representiativo y bien escogido.
Estos pensamientos blemente sean un tanto quiméricos. Los partidos politicos, con el paso de los años, han llegado a convertir la función legislativa en un oficio de alcance de los dóciles que no de los mejores.
posiQuienes andan desde hace varias semanas en artículos periodísticos, gacetillas, declaraciones explícitas, etc. detrás de la reapertura de la Avenida Central, apoyan su manera de pensar en el problema del tránsito, y otros en la defensa del comercio situado a lo largo de esa via. No es de extrañar esa manera de ver las cosas, en una época en que los valores individuales han quedado reducidos a su mínima expresión.
El hombre de nuestro tiempo de todo tiene menos de hombre, como especie de animal racional con derechos y atribuciones inalienables. Conforme avanza la humanidad elaborando su historia más se diluyen la libertad, la dignidad, la individualidad y otros atributos del ser humano en un montón de convencionalismos producto del avance material.
Hace algunas semanas me referí a algunos de estos aspectos, cuando hablé de la pérdida del don como signo de individualidad; el hombre de hoy más concretamente el ciudadano, ha dejado de ser esta persona para convertirse en un cartón, en una ficha, en la que cuentan más sus apellidos que el nombre, determinación y diferenciación social de todo individuo. Los seres humanos se cuentan hoy por docenas o por miles, en un concepto pavoroso de masa, que vale menos que todo cuanto la técnica ha creado. Por eso, dentro de la mentalidad de muchos, es más importante lo mecánico que lo humano.
De allí que ante el cierre de una avenida para el uso de los peatones, clamen y pongan el grito en el cielo, reclamando tristes cuatrocientos o quinientos metros que la expansión humana (ésta sobre todas las cosas) les ha quitado, para entregarlo de nuevo a la asfixiante, ensordecedora y contaminadora prepotencia de la máquina. Los dueños de automóviles, principalmente, son los más indignados. No conciben que, pese a tener su vehículo y poder movilizarse con mayor rapidez, un ser humano, valido apenas de sus piernas, les quite el espacio de unas cuantas cuadras para caminar tranquilo. Es que acaso el hombre nació andando en cuatro ruedas. Qué tiene más importancia: un par de piernas o un cuarteto de llantas. Ah, pero pobrecitos los automovilistas! Ellos son los dueños de la ciudad, es un crimen eso de que tengan que dar una vuelta mayor a la acostumbrada para movilizarse. Hay que devolverles la avenida central para que se den gusto. no sólo manejando, sino gritándole al pobre peatón, como decía César Valverde, cuando aquel se confunde en el cruce de una calle. Descobijese, animal! y otras y lindezas que uno tiene que aguantar de los que, apenas tienen un chunche de segunda mano comprado a pagos, se creen los dueños de las calles. Aniquilar todo lo que haga la vida un poco plácida en nuestro tiempo de congojas, parece ser la consigna de los que claman hoy por la reapertura de la avenida central. Pero yo estoy feliz con verla cerrada. Me importa un comino que se produzcan embotellamientos (perdón, lector, por usar estas palabrejas. o que no se agilice el tránsito, como dicen los pedantes de ahora. Si alquien tiene automóvil, que se las arregle como pueda; yo tengo mis pies, y éstos fueron primero que el automóvil. Además, me encanta ver la cara plácida de los transeúntes, cuando uno ve a medio mundo por la calle, con un aire de desenfado poco común en nuestro medio.
Digo todo esto, aunque no sea más que la expansión del berreo, porque San José, esa vieja fea de la que hablé recientemente, es ya una ciudad insoportable en que una errada idea de progreso y el imperio de la técnica están desplazando cada día más todo lo que hace grata la existencia del ser humano. Un ejemplo clásico de ello es la eliminación progresiva de zonas verdes, al punto de que este es un país en que algunos prefieren sacrificar unos inofensivos árboles en aras del tránsito, como sucedió en un barrio de la capital.
Nuestros parques cada día están más abandonados, destruidos por la indiferencia. Los pocos que quedan, son muestras de polvazales en verano y barreales en invierno, con trozos desperdigados de césped y unas cuantas flores que por milagro se mantienen alli. los jardines, esos jardines bien cuidados que de vez en cuando nos alegran la vista, parece que estorban: ya vf en los diarios la noticia de que la Caja del Seguro Social piensa construir un edificio en el lugar donde tiene actualmente un jardin aledaño. Ya me lo imaginaba! Era mucho desperdicio destinar ese terreno a sembrar flores y árboles. Era necesario edificar alli otro cúmulo de cajones horripilantes, para sacarles toda la plata posible. las flores. los árboles. la vista refrescante de un jardin que es como un remanso entre tanto cemento y humo de autobuses. Al diablo con ellos! Un jardín es imperdonable en este país.
Yo se que, con toda seguridad, los partidarios de la reapertura de la avenida central se saldrán con la suya. Lo veo venir, porque ahora alegan también motivos de seguridad y de protección a los comerciantes. Tarde o temprano volveremos a ver a los destructores de toda iniciativa sana muy echados para atrás en sus coches diciendo: iganamos la partida. Mas no por eso ocultamos nuestro modo de pensar, que es (de eso estamos seguros) el de la mayoría de los josefinos.
Alvaro Madrigal La reacción habida en la Asamblea Legislativa en dias pasados, cuando un periódico reveló los quilates culturales de un parlamentario, debiera servir de llamada de atención al país sobre un problema que exige ventilarse cuanto antes Nos referimos al de la composición del Parlamento, cuya misión, por delicada, trascendental y eminente, reclama el concurso de lo mejor de una sociedad, guardando el pluralismo que, como la nuestra, la caracteriza.
En una reacción totalmente gratuita, los diputados se dieron a la pobre tarea de atacar a La Prensa Libre por haber dado a conocer aquel monumento literario que, expresado en una moción, se permitió concebir el legislador del cuento.
La reacción por una parte, pisoteó el derecho de todo órgano informativo dar a conocer cuanto crea su discreción que debe divulgar por ser de interés para sus lectores. Por otra.
beradamente pasa por alto que los hechos de que se ocupó el periódico, ocurrieron, existieron, son una realidad.
Así como es propio de un medio de comunicación social informar de cuanto sucede en ese infiero que es la Penitenciaría Central, por mucha vergåerza que nos produzca después de tanto llenarnos la boca con los indices culturales de nuestro pueblo, de igual manera resulta inherente a las tareas periodísticas dar a conocer que el país si tal fuera el caso está en manos de una mayoría de diputados que ostenta una cultura ni siquiera de sexto grado, por esto nos llene de estupor Pero estas incidencias, con ser marginales. sólo deberían conducirnos a examinar el fondo del problema. Esto es, lo que está sucediendo en nuestra Asamblea Legislativa en cuanto representación popular.
Las tareas parlamentarias son de excelencias. De ellas parte la a deliuna y las Bien decía en estos días un comentarista, el Lic. Alberto Cañas creo que lo que está sucediendo en la Asamblea Legislativa costarricense no es culpa ni del pueblo ni de quienes la integran.
Es culpa de los partidos políticos.
Allá por 1965, cuando el Lic.
Daniel Oduber aspiraba por primera vez a la Presidencia de la República, presentó un programa de gobierno en el que aparecía una revisión a fondo de la composición de la Asamblea Legislativa que remozaba los procedimientos de elección al variar la estructura geográfica que la sustenta.
Hace poco el diputado Lic. José Miguel Corrales formuló una inquietud parecida, con la incorporación del sistema bicameral y la creación de los distritos electorales que revolucionarían la conformación parlamentaria.
Es una lástima que el presidente Daniel Oduber no aproveche su paso por el Poder para revivir sus ideas en punto a esta cuestión tan importante. Si no para volver sobre su mismo proyecto, si al menos para provocar un debate amplio sobre el tema en el que se ventilarían propuestas como la del sistema bicameral y la de los distritos electorales que, en principio, nos inclinamos a tener como iniciativa meritoria.
Algo debe hacerse. La composición que luce la Asamblea Legislativa, el comportamiento que al respecto muestran los partidos políticos, no es para sentirse halagados. Ahí se está exhibiendo quiebra institucional de contornos inquietantes. Cierto es que en nuestro Poder Legislativo siempre la influencia decisiones han sido privilegio de una minoría de diputados. Pero lo que está ocurriendo hoy es que esa minoría se ha tornado minima. algo que nos debe llamar a meditar y que también estamos presenciando como una verdad irrebatible: la escasa formación cultural suele ir pareja con la docilidad. así como en política internacional se ha formado eso que se llama la mayoría mecánica (un tercer mundo que responde determinados intereses. en política interna, en nuestro Parlamento más concretamente, también se está formando mayoría mecánica incapaz de SObreponerse a la voz del amo, que no siempre es sinónimo de la voz de la razón.
mucho que a una Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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