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8LA REPUBLICA, Vlernes 26 de marzo de 1976 o EDITORIAL Do Re Ai El tema político de la semana ha sido la Asamblea del Partido Liberación del sábado pasado.
Intereses políticos y extremismo o.
Numerosos han sido los comentarios al respecto, lo que demuestra que la política nacional sigue teniendo afición. Además, la situación actual del partido Liberación Nacional es rica en suspenso. Nadie sabe, a ciencia cierta, qué va a pasar. 0¿Por qué no se han aclarado los nublados del dia en Liberación Nacional y por qué la trama tejida en estos meses, aún no ha tenido desenlace, ni este se vislumbra? Por la sencilla razón deg e que Liberación Nacional como todo partido con un líder carismático y chérgico no puede escaparse del personalismo. oHa habido, a lo largo de su historia, jornadas de hondo sentido democrático, como democrático fue su origen. Sin embargo, la figura de Figueres pesa mucho sobre Liberación Nacional, al punto que una cosa es la estructura política de este partid ial como aparece en sus documentos constitutivos, y otra don Pepe Figueres. Entre aquellas y don Pepe no ha habido armonía y, en diversas ocasiones, aquellas se han sometido a la voluntad de don Pepe.
Liberación ha discurrido así por dos cauces: el que está estampado en la teoría y el que ha seguido don Pepe en la práctica. exDesde este punto de vista, la situación de 1976, se asemeja bastante a la de 1969, cuando don Daniel intento, por segunda vez, ser eandidato de Liberación Nacional. Don Pepe ni pestañeó ante las pretensiones de don Daniel. Reunió a unos cuantos amigos ordenó inscribir el partido Social demócrata. Todo Liberación temblo. El velo del Templo se rasgó. Las vestales prorrumpieron en llanto y los varones dirigentes de Liberación Nacional se armaron de coraje.
no se Sin embargo, como ocurre con frecuencia en Liberación, nada pasó.
Don Pepe anunció, sin inmutarse, que él era el candidato. el can didato fue él. Adiós convención, adiós bases del partido, adiós estructuras, adiós serenatas a la luna de la democracia. Don Pepe se impuso. No hace muchos años, cuando se formulaba alguna denuncia contra un gobierno o un funcionario público, la respuesta era la investigación, que los gobernantes estimulaban, como señal de decoro y dignidad, de respeto a la opinión pública y de virilidad. Aún más, no era necesario a veces que se revelase un vicio o irregularidad.
Apenas se insinuaba una falta o un delito, de inmediato el gobernante o el afectado exigían una investigación a fondo y, si aparecía algún culpable, la acusación era inmediata.
El estilo actual es diferente. Como a ciertos pagadores, les duelen las prendas, y como se teme la luz sobre ciertas tinieblas, se ha recurrido a dos expedientes para desviar la atención del público: los intereses políticos o el peligro del extremismo.
Indefectiblemente, más denuncia alguna irregularidad en el Gobierno o cuando aparece algún escándalo, los defensores del grupo gobernante y los funcionarios afectados, no defienden su buen nombre, ni siquiera se preocupan por esto. Sólo se exclamar que los denunciantes proceden así porque los mueven los intereses políticos. Y, cuando se cans de repetir este estribillo, sacan a relucir el peligro del extremismo, de la violencia, que se monta, según ellos, sobre las denuncias y las acusaciones y no sobre la corrupción, sobre los denunciantes y no sobre los corruptos.
Extraña lógica y cómoda moral.
En cuanto a los intereses políticos, Dios quisiera que todos los que abrigan ideales de este tipo se constituyesen en vigilantes permanentes de la Administración Pública, de la moral pública, del comportamiento de los funcionarios, de los recursos del pueblo Proceder, desde este punto de vista, guiados por intereses politicos no sería un desdoro, sino una magnifica carta de presentación. Diferente seria el caso, sin embargo, en que los intereses políticos se apoyasen en denuncias sin sustento alguno, en el escándalo por el escándalo, en el deseo de difamar.
Mas, quien innoblemente entendiese así el arte de la política, en estos métodos encontraría su derrota y su fin, pues, al ser desenmascarado, se desprestigiaría y probaría SU inmoralidad. Quien, por el contrario, lograse probar sus acusaciones o redujese al silencio a los corruptos, obra con honra e inteligencia. En este caso, el culpable sería no quien utiliza las oportunidades políticas para sanear el país, sino el que se sirve de la política o del poder para corromper o medrar.
En cuanto al pretexto del tremismo o de la violencia, las lecciones de la historia son claras y elocuentes. Ningún pueblo ha caido en las garras de los extremistas por las denuncias y ni siquiera por la vehemencia verbal, pero sí ha caído en la bancarrota política y en los brazos de la dictadura, cuando la corrupción ha hecho presa de él.
La corrupción del régimen de Batista le preparó el camino al comunismo. La pérdida de vitalidad y la descomposición interna de la democracia cristiana en Italia ha favorecido el avance de los comunistas.
El desorden, la anarquía, y la desorientación promovieron a Hitler.
En ningún país del mundo se ha enfronizado la violencia o ha triunfado el extremismo por las denuncias claras, categóricas, sino por el encubrimiento, la corrupción y el miedo a las investigaciones. El pueblo pone en duda la eficacia del régimen democrático no cuando a la denuncia siguen la investigación y el castigo en cuyo caso el régimen democrático se afianzaria sino cuando a la denuncia suceden el cinismo, la mentira, el encubrimiento, la desvergüenza, la sumisión o el miedo.
Ojalá el supremo interés político de nuestros gobernantes fuese que se haga la luz en toda situación dudosa.
Así, triunfaría nunca el tremismo que el comportamiento de algunos está estimulando en todas formas en nuestro país. Sin embargo, en esta oportunidad don Pepe encuentra frente a si un obstáculo inexistente en 1969: la ley le prohíbe ser candidato, por lo que se requiere una reforma constitucional. La convención interna no es problema, por cuanto don Pepe se traza sus propias normas en esta materia.
les ocurre OPor otra parte, figuran dos factores en esta oportunidad: los amigos de don Pepe de 1976 no son los mismos de 1969. Aquellos no abrigaban ambiciones. Algunos de ahora no se andan por las ramas. Además, la figura de un personaje archimillonario que, en el fondo está dominando la política nacional será factor decisivo. Por primera vez en la historia de un pueblo, se unen la supervivencia o libertad de un hombre. Vesco con la política nacional. Quién duda que Vesco no moverá mares y montes para poner en la Presidencia de la República a un hombre que lo ampare y defienda. OQuien no tenga en cuenta esta penosa realidad se es do.
upando el de oLas variables que intervienen, pues, en las elecciones 1978, así como en la elección interna de Liberación Nacional, son múltiples y dignas de nota. Lo que se ve externamente es, apenas, la fache La procesión marcha por dentro. Las corrientes más sonoras discurren bajo tierra. OPor otra parte, conviene tomar en cuenta, para ler analizar con propiedad el panorama político nacional, que don Pepe ya no tiene a su favor todo el tiempo. No es un joven. Don Pepe sabe que está en esa época de la vida en que un líder escribe sus memorias y dirige, con mano suave y palabras sabias, a sus hijos espirituales, a fin de que preserven su herencia. Con todo, don Pepe no es este tipo de hombre.
no ex0 juzgar por su carácter y por sus últimos escritos, él querrá ser el árbitro y padre de esta jugada política de 1976. Si se atrevió a proponer un gobierno de facto, y se ha atrevido a otras cosas en su vida. qué le impide realizar ahora su jugada? No hay que olvidar que don Pepe es un político de carambolas. Es un maestro en este arte. QUE SE QUEDEN LOS BUENOS!
Este es el gran misterio de Liberación Nacional en estas semanas. La jugada de don Pepe tiene, necesariamente, que estar en relación con el proyecto de reelección presidencial, al que se oponen, por ahora, la mayor parte de los diputados de Liberación y la Unificación Nacional.
Sólo cuenta con el favor de unos pocos liberacionistas, con los votos de los sumisos diputados comunistas y, posiblemente, con el de Brenes Castillo, quien en todo sigue sumisamente a los dirigentes de Liberación Nacional.
QUE SE VAYAN MALOS FUNCIONARIOS.
ODUBER 0¿Qué hará don Pepe? Tiene tres caminos: provocar una crisis de tal modo grave que desaliente a los diputados liberacionistas que se le oponen, a fin de que aprueben el proyecto de reelección; suscitar una honda crisis interna para poner el al candidato, o respetar el or denamiento interno de Liberación Nacional.
ch En síntesis, volvemos a nuestro comentario pasado. Las vías de Ll.
beración Nacional son las siguientes: convención, sumisión o imposición. Olalo 46 ¿Cuál será la jugada de don Pepe. Cuál camino escogerá. Hasta ahora sus armas han sido la imposición y su contrapartida, la sumisión. Respetará ahora la convención? quién dice que, cuando promete respetar al designado por la convención no se refiera a si mismo si el proyecto de reelección se aprueba?
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