Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
LA REPUBLICA, jueves 22 de julio de 1976 El intocable Marín Cañas Ricardo Blanco Segura Ya sabia yo no sólo que vendría la res.
lesta, sino qué clase de respuesta se me iba dar: Zeus, el intocable dios del olimpo lisario costarricense, no toleraria que un isero mortal osara quebrar uno de sus nitos. Porque cuando los hombres llegan a acerse mitos, no toleran que una sola de sus he labras sea contradicha. Pero resulta que o la pravés de mi vida, no tan larga como la de José, que bien podría ser mi abuelo.
y más he rendido pleitesía a ningún ídolo.
mo lo hacen algunos que, ya en edad otoI. continúan postrados ante idolos en aso.
No me ofende en absoluto la reiterada sistencia del mediocre ironista en apuntar sola existencia de dos obras funmentales en mi quehacer literario: La storia Eclesiástica de Costa Rica y la ografia de Monseñor Sanabria. no me applesta, porque me conformo con sólo dos vros, de los cuales el primero me ocupó os de mi vida en su elaboración y el otro s, porque prefiero esas dos obras funpe mentales la historiografia cosrricense, a tener a mi haber un cúmulo de ke sura literaria que hoy es y mañana no es.
rque si vamos a expurgar su fondo todo se en palabrería vana y rimbombante.
Conozco una persona que alardea de zinta o más publicaciones. y cinco a lo limo son propias; lo demás, simples copilaciones. Tampoco soy hombre lletos y articulitos para formar una biiografia. Estos últimos, los dejo para mis lumnas en la prensa, porque es lo que se puhtibe brindar a un público ya cansado de El originas enteras que nadie lee por lo aburriEs sms y complicadas, como suelen hacerlas uellos que creen que por tener un nombre que consagrado, son los idolos del pueentero. Me quedopues, con mis que historia Eclesiástica y mi Monseñor Sanadezbaia, que ya se desearan muchos haber Relateerito si hubiesen sabido lo que es pasarse lampeis horas en un archivo interpretando leografia y analizando documentos, en vez de andar escribiendo novelones cursis de un tal Tu la imposible y otras tantas zarandajas. Porque si novelas excelentes se han escrito en Costa Rica, ellas son y serán Mamita Yunai. Gentes y Gentecillas.
de Fallas. El sitio de las Abras. de Fabián Dobles y Puerto Limón. de Joaquín Gutiérrez; no otras que, por mucho cacareo que produzcan en circulos de dioses en el ocaso, ni siquiera se estudian en los colegios ni andan en las manos de un público que bosteza con sólo verlas.
En cuanto a lo de ilustre historiador.
debo decirle a Júpiter tonante, que ni me considero historiador ni soy ilustre. Una cosa es escribir libros de historia, y otra es pretender ser un Arnold Toynbee; otra cosa es ser respetable como todo ciudadano.
y otra creerse ilustre como muchos lo pretenden en el campo de las letras. no crea que me impresiona esa seudo ironía de alta calidad de mi crítica porque no la pretendo. Alta o no alta, es crítica: lo malo es que existen muchos seres que piensan que todo lo que escriben debe ser alabado, porque el humo del incienso les rodea hace años y no toleran que de repente salte una chispa de las brasas y les queme la cara. Desde el momento en que un hombre escribe algo, sea libro, prólogo, o artículo debe suponer que todos sus lectores tienen derecho a la crítica. Si no es así, haganios entonces ediciones de diez ejemplares para regalarlos a los cortesanos que estarán prestos a cumplir muy bien su oficio de turiferarios. mí jamás me ha importado que me digan si uno de mis escritos es bueno o es malo. De los lectores lo espero todo.
Por lo que hace al intrépido oficio de comentarista literario debo decirle al señor Marin Cañas: No lo son ni pretendo serlo; lei un libro y con todo el derecho que me da mi condición de ciudadano y de hombre libre me permití comentarlo. No le gustó mi opinión acerca del prólogo. Pues entonces la próxima vez escriba uno exclusivamente para sus aduladores. Res.
pecto a que soy totalmente ignorante de lo que significa periodismo, no sólo estoy de acuerdo con el señor Marín. sino que me siento feliz de serlo. Pese a que a los veintidos años fui redactor parlamentario del Diario Nacional y de La Prensa Libre y alli dejé muchas páginas y comentarios, no me gusta para nada esa profesión por motivos que no viene al caso especificar.
Una cosa es que yo escriba para un periódico, y otra es que me crea periodista. Libreme Dios de semejante entuerto!
Por lo demás, no pierda su tiempo don José Marín en guardar recortes míos junto a trozos de autores cuya compania no me gusta para nada, aunque entre ellos esté San Isidoro que mucho respeto pero que, como teólogo, no me convence. le garantizo que estudié cinco anos teologia para saber lo que le estoy afirmando.
Una cosa si me agrada: su idea de la rifadel Datsun. Hace tiempo tengo la idea de hacerme de un carrito, aunque sea modesto.
Créame que si la rifa se hiciese soy el primero en adquirir diez números a ver si acaso se me realiza el deseo. Lástima que no haya escogido un Cadillac o un Lincoln.
porque yo soy muy exigente, De todo esto concluyo que lo único que logré con mi comentario fue lastimar la suprema vanidad de don José Marín Canas, tan acostumbrado a los halagos, a las lisonjas, a los panegiricos. Lo siento mucho.
Pero cuando algo no me gusta lo digo sinceramente aunque quien fuese responsable de ese algo se llamara Shakespeare o Miguel de Cervantes. la prueba más grande del acierto de mi opinión respecto a los escritos del señor Marín, está en que todas las personas que me comentaron su artículo de marras me dijeron solo una cosa: No entendemos que quiere decirte ese señor. no es que sean brutas; es que el señor Marin ni aún queriendo ironizar se da a entender por ningún lado. La próxima vez que se meta con alguien, medite mejor don en José lo que va a decir: pero quitese de la mente eso de que sólo porque se llama Marin Cañas es el amo y señor intocable de nuestro mundo literario.
Finalmente le agradezco a usted y a sus amigos que se hayan divertido con lo que escribi. Recientemente decía Cortázar durante un café de las cuatro en La República que el humor es algo muy respetable. En realidad. prefiero mil veces divertir (aunque la diversión encierre la amargura del despecho para los divertidos)
que causar lástima ante la vanidad y la pequenez. heridas. hasta aqui mi respuesta. En vano pretenderá nadie que vaya a continuar una polémica ni mucho menos, porque tengo mucho que hacer y no estoy para veleidades. si le gusta bueno; y si no también. Se dice el prólogo que escribió el que firma y no que escribiera. este último es y un horrorosamente mal empleado pasado subjuntivo. Ya veo que nuestros académicos andan más desorientados que en la tierra de conejos.
dhe sper Rincón del idioma Alguien escribió o dijo. El año 1972 logró aprobar una ley contra la Internacional Socialista.
Pero debió escribir o decir: En el año 1972, logró aprobar una ley contra la Internacional Socialista.
entre año y logró en número y persona, y por analogia con otras oraciones como El año 1972 fue un periodo importante en la historia de las luchas políticas en Francia. en la que el verbo fue tiene como sujeto la frase el año 1972.
Recomendamos, en consecuencia, para evitar ambiguedad, anteponer preposición EN cada vez que en una oración aparezca la frase el año seguida del número correspondiente con significación de tiempo. cuándo) con función de complemento circunstancial.
PORQUE la aprobación de la ley se logró EN un año determinado, por lo que debe anteponerse la preposición en a este complemento circunstancial. Si no se hace, resulta una oración ambigua, porque el primer pensamiento del que lee es que el año 1972 fue quien logró aprobar una ley, dada la concordancia existente Son, pues, correctas, Jas siguientes oraciones: EN el año 1947 salió de su pais (no El año 1947 salió de su Myriam Bustos Arratia país. Murió En el año 1898 (no Murió el año 1898) el artículo 88 del Código Electoral. qué?
Un Roberto Cambronero Nadie va a ser tan ingenuo como para pensar que en la perkasa Presidencial no se habla de política electoral, o que del Presidente y sus ministros y los altos jerarcas del anido en el poder, cualquiera que este sea, van a evitar is referencias a su partido y a las posibilidades de iunfo o de derrota en los próximos comicios, sólo ar los orque el artículo 88 del Código Electoral así lo mande.
met Pero de ahí a que con desparpajo jamás visto, se ananicen y se lleven a cabo reuniones de la alta ende irigencia del partido Liberación Nacional en la Casa residencial, con gran despliegue publicitario, por lo renos dando oportunidad para que éste se produzcaay una diferencia como del dia a la noche.
Desgraciadamente, pareciera que esto no es más que el iltimo eslabón de una cadena de violaciones al articulo del Código Electoral y a la Constitución.
En la administración pasada, el Tribunal Supremo de lecciones tuvo que llamar varias veces la atención al ntonces Presidente de la República por sus constantes tromisiones en la política electoral del país. En la resente administración, las giras presidenciales y de Aos funcionarios de gobierno, en las que se reparten heques de Asignaciones Familiares y de partidas specíficas, más parecieran propias de una campaña olítica que de una obra de gobierno. En ellas, el objetivo dejar la impresión de que aquellos cheques son adivas del partido en el poder o de los funcionarios que JP entregan todo con la mira puesta en las próximas Sin embargo, la desfachatez nunca había llegado hasta el punto de convertir a la Casa Presidencial en Club Politico ni a ministros de Estado en precandidatos a la Presidencia de la República.
El domingo pasado un ciudadano en carta pública al Presidente Oduber: le concreta lo que desde el principio de la administración es vox populi. Los cargos que formula contra uno de los miembros de su gabinete son sumamente graves y sitúan otra vez al Presidente ante la posibilidad de hacer efectivo su ya famoso alto a la corrupción. Porque la carta de este ciudadano plantea la respuesta dentro de una única alternativa: o se lleva al mencionado ciudadano ante los Tribunales por lanzar públicamente graves cargos que son falsos, o se destituye al ministro aludido por abuso de poder y violación al artículo 88 del Código Electoral. La callada por respuesta significaría la aceptación de los cargos y una prueba más de que aquel esperanzador enunciado pasará a la historia precisamente como eso.
Esta deplorable actitud de los actuales gobernantes tiene una contraparte que ha venido siendo forjada poco a poco por efecto del mismo proceso, o sea, que forma parte de un círculo vicioso, envolvente y pernicioso; la indiferencia ciudadana. Muy pocas personas y muy pocos medios informativos han protestado por lo que está ocurriendo.
La idea dominante es que han sucedido cosas peores.
Si en el pasado el Presidente violó la Constitución un.
otra vez; si altos funcionarios se vieron involucrados en negocios oscuros y en escándalos como el de SAOPIN: si desde el más alto poder de la República se ha protegido a un fugitivo internacional; etc, lo de ahora no tiene importancia. esto es lo más peligroso que puede ocurrir en cualquier parte. Porque las conciencias adormecidas, el enceguecimiento y la indolencia, la falta de capacidad para reaccionar ante lo que ocurre alrededor, es la expresión más acabada de la corrupción.
Cuando se cree que todo está perdido, que no hay nada que hacer, se ha llegado a un punto que exige meditación, y, sobre todo, acción de los ciudadanos capaces que aún conservan algo de conciencia y espíritu de lucha por la reivindicación de los valores perdidos.
Cuando una sociedad contempla los hechos más increíbles por graves o audaces y aparentemente nada pasa, es cuando se le asestan las heridas más profundas a la conciencia ciudadana, porque en adelante nada sacudirá o conmoverá a nadie si no es más grave, más espectacular o más audaz.
Llegados a ese punto, si algún resabio de dignidad nos queda, debemos protestar por el irrespeto de nuestros actuales gobernantes al estatuto jurídico vigente y confiar en que el Tribunal Supremo de Elecciones por la salud de la Patria y de la moral ciudadana, condene a los transgresores del artículo 88 del Código Electoral.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.