Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
LA REPUBLICA. Jueves 28 de abril de 1977 Camposantos en la ruta. III Música, teatro, política.
Al fin, llegamos a la tumba de María Bashkirtsef. Un poco apartada, casi una pequeñísima capilla. Se abre una vez al año para hacer rezar una misa, el 31 de octubre, fecha en que murió.
Maria Elena Ramos Lilia Ramos El autor de Las Dos Carátulas! Me es grato pensar en lo mucho que el ilustrísimo Carlos Gagini amaba esa obra; fue él quien me inició en la lectura de sus páginas encantadas.
Azar feliz: después de numerosos giros, los Amorós y yo estábamos ante Saint Victor después de haber visto al poeta de Rolla.
Vespertina otoñal, capricho de ir por los caminos y desvíos. Amplia y discreta la Avenida. extendiendo los brazos en ademán cariñoso porque así conviene a la altura y a la magnitud de la obra, obsequio anónimo de una enamorada de Oscar Wilde. porque asi, el espectador puede mirar desde muchos ángulos en su intento de descifrar los enigmas que formula Epstein, el autor del monumento. Es una figura gigantesca en raudo vuelo. impo nente, majestuosa, augusta. Un ser aligero de mitologia remota. Asiria. Egipcia. que habiendo escapado de las entrañas de la tierra, huyera vigorosa y definitivamente hacia el empireo.
En el verano del 54. Francia estaba de duelo: había muerto Colette. Llegué en esos días en que aún los ojos se encontraban velados por lágrimas del hondón. Era un ídolo y no dejará de serlo porque supo a maravilla artes que brindan perdurabilidad: ser categorica, definida. darse al prójimo y engrandecer la patria. Abundancia de flores en su tumba sencilla, bajita. Jlanto en las almas que van a decirle. Hasta luego, Chérie. Deambular invernal en grises. quería el belvedere del camposanto para la ciudad de los sortilegios con las suavidades de la bruma. Es agradable el sitio para meditaciones y después, suspenderlas para aventurarse.
Antes, la interrogación había sido inútil en muchas oportunidades. Dónde está el sepulcro de Anna de Noailles? Sin el fúlgido lampo de esa tarde, no lo habría descubierto. Su nombre ausente, lo que atrajo mi atención fue el Bibesco familiar, chispa que me dio la esperanza del hallazgo. Mausoleo triste por el abandono y un poco más, al mirar hacia adentro en que apenas se columbran sobre un altar, varios objetos y en que se siente la ausencia de otros.
Genealogía real de antigua cepa moldava, Rumania, cuyo fundador murió poco después de San Luis. Tradición de un vivir en perimundo lujoso con tónica de Las Mil y una Noches. En él, la pareja del muy digno hombre y prodigioso ex monarca, el bizantino extraviado en París. Gregorio Demetrio Bibesco y Zoé Mavrocordato, a su vez descendiente de una familia helena de sabios y creadores en las letras y de bibliotecas. forman una vía láctea en que tres hijos esplenden. El que lleva el nombre del progenitor, contrae matrimonio con la Princesa Ralouka, proveniente de una vieja parentela de humanistas, autores y diplomáticos, originaria de Creta. Su padre, Constantino Musurus Pacha, fue el renombrado traductor de la obra de Dante al griego arcaico. De los cónyuges, brotará la estrella diminuta de más vivo resplandor: Ana Isabel, Princesa de Brancovan y Condesa de Noailles por su boda con un francés, noble de ese apellido. Esa dama.
Mujer vertiginosa y toda fuegos artificiales.
Victoria Ocampo El punto más sensible del universo.
Maurice Barrés que ostentaba sombreros extraños con plumas de colores, volantes, flores. que lucía rosarios de Arabia, joyas de remotidades, pañuelos, ahales, bufandas, trajes exóticos, abrigos con pieles raras, abanicos que movía con manos en guantes blancos, azules. La aristocrática que llevaba anchos cinturones, sandalias rosa con medias negras. Ella en vorágine, fue la precursora egregia de Dali en el manejo de accesorios para convertirse en el núcleo de atención, hasta chez elle donde recibía acostada y con atuendo similar en su multiple variedad.
Todo nos lo dice, con la más legítima devoción, jel bienamado Cocteau! Hondos, bellos y diáfanos sentires que paralelan sus dibujos de la trovadora bizantina, griega, rumana, francesa, cosmopolita. Ella decía. Soy del país que principia en Asia y llega a Sicilia. Jean, buzo genial del alma humana, tocó la pura esencia de su numen y escuchó la voz acendrada, sin atavíos, de su espíritu que cantaba la hermosa embriaguez de vivir. La Condesa de Noailles sentia la urgencia de la inmortalidad de su persona integra: Dètre, être toujours et sans fin, être, étre!
Ahí la génesis de su pavor a la muerte; se horrorizaba al pensar que sus ojos, enormes, brillantísimos, oscuros, se cubrieran de sombra. de irse al continente sin aire, sin verdor.
Que ne visitent pas la lumiere et amour en su desesperación, Anna iteraba: En expirante entrainerai univers dans ma tombe ouverte.
En el atardecer, la senda estrecha se amplia sin mesura.
el ocaso de nieblas irradia: Jean Cocteau me va susurrando. Anna, ma soeur!. Figura de Cristo español, de joven Bonaparte; enigma de Antinco, pájaro del Nilo, sultana bogando en lo sucesivo sobre el río ilustre, en un sarcofago parecido a las góndolas de Venecia. Sacerdotisa del Sol y del sueño Sus palabras se desvanecen imientras la caligine tiende sus velos a la Ciudad de los milagros. El sonido armonioso de un carillon me satura de una paz al dejar la necrópolis de los inmortales.
El Cementerio de Passy tiene la dignidad de un barrio aristocrático.
Los muertos que allí están, han surgido del anónimo por algo y ahora descansan juntos en un romántico rincón de Paris, ellos que tuvieron vías tan diferentes!
Al caminar bajo los árboles, suavemente, como si no quisiéramos despertar a éstos que duermen, vamos leyendo los nombres de las tumbas: Debussy, Fauré, Réjane, Carnot. La vida aqui da, todavía, gritos!
Extraviarme en una urbe, es correr una aventura en plenitud. Las vicisitudes inherentes, ya entranan variedad y confieren un marcado sabor a las etapas que se viven. si todo ocurre en París y el sin brújula goza de un amplio y sólido ramillete de valores, puede afirmarse que cada desorientación lo enriquece mucho.
Al disponer de tiempo libre, yo solía entregarme al azar. dejaba el metropolitano o el autobús en cualquier estación desconocida para mí. Luego, observaba en torno y partía hacia. Qué multitud de hallazgos preciosos en todos los lugares escudriñados! de incentivos para mi alma curiosa! Siempre acopio información y conservo en la retentiva muchas preguntas. después, magnifico una, satisfago las otras y, en los vaivenes. cuánta sabiduria voy adquiriendo para hondar el regocijo!
Un domingo temprano, viajaba en la linea Estrella Nación rumbo al hogar. Bellos panoramas desde el elevado y anticipo desagradable de llegar al subterráneo. Alcancé La Motte Picquet, joh caprichol, para transbordo y retorno al Trocadero e iteración del placer desde la altura y hasta Passy.
Un caserío de leñadores en el siglo XIII. atracción de gentes mucho más tarde al descubrirse aguas ferruginosas.
Durante un período fue residencia campestre de ricos, de granjeros acaudalados y de otros señores que podían darse el lujo de tener folies. frondosas. El vocablo aludía a parques, senderos, arboledas. que rodeaban los refugios de amores furtivos.
Alexpirar el XVI, Catalina de Médicis ordenó la erección de una morada campesina en un saliente de la Colina Chaillot. La obtuvo más tarde el Mariscal Bassompierre, uno de los amigos favoritos del Verde Galante. Hombre inteligentísimo, muy guapo y gentil, eclipsaba a Richelieu: éste, incapaz de soportar la superioridad, con sus ardides logró encarcelarlo en La Bastilla. Antes de partir, el muy reservado cortejador quemó seis mil cartas de amor.
El Trocadero fue una fortaleza en la Bahía de Cádiz. En 1823, los franceses la atacaron con un ejército enorme y los españoles tan sólo disponían de una guarnición, pero resistieron más de una semana. Para conmemorar el hecho.
Davioud y Bourdais recibieron el encargo de construir un edificio en estilo morisco, en la parte más alta de Passy. EI Palacio del Trocadero se inauguró en la Exposición de 1878 y antes de seis décadas, fue demolido para la Internacional y se le bautizó con el nombre de la altura: Chaillot.
Bonaparte, ya Napoleón I, escogió el bellísimo alcor para que allí fuera levantado el Palacio del Rey de Roma. La Torre Eiffel Un signo de exclamación en el cielo de Paris Utrillo Nuestra Señora de la Orilla Izquierda Cocteau a el gran (ALA) Se ha inaugurado en París el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou. Es una inmensa mole de herrería y vidrio, de varios pisos y cien mil metros cuadrados de espacio útil. Ocho años tardó la construcción, concebida por un arquitecto italiano y uno inglés, y requirió la inversión de una suma cercana a los 900 millones de francos. En medio del barrio de Baubourg, en el viejo Paris, cerca del Marais historiado, se alza esqueleto impresionante, rodeado de enormes tripas multicolores de plástico que alojan las escaleras mecánicas.
Los parisienses lo miran con sorpresa y desconcierto. Los cronistas irreverentes hablan de refinería o de paquebot. Tiene, sin duda, de ambos. La impresión que da es la de una gran factoría mecánica, escueta y poderosa, electronizada y sorpresiva, de la que no se sabe exactamente el complicado producto que va a salir.
Se ha calculado una afluencia de ocho a diez mil visitantes, diarios, que se dispersarán en sus distintos niveles y salas y que, simultáneamente, pueden entregarse a todas las actividades conectadas con la cultura. Desde los niños, que disponen de salas especiales donde entregarse a la libre creación de objetos plásticos, hasta los eruditos e investigadores que podrán aprovechar una imensa biblioteca es pecializada de un millón de volúmenes, archivos de información, memorias elec trónicas, periódicos, y documentos, y los músicos que tendrán salas de audición y laboratorios de ensayo sonoro.
No es un museo en el sentido tradicional de la palabra. Está consagrado a las artes del siglo XX, yo diria más bien a la aurora del XXI. y comienza con los fauves para desembocar, como en un océano no explorado, en todas las mil búsquedas del arte actual. Hay auditorio, teatro y sala de audiciones. Es, en realidad, un centro de tender a otra dimensión, tal vez a ser una ciudad de la creación, del cuestionamiento y de la confrontación en todas las artes visuales y auditivas y en el concepto mismo de la cultura.
Cuando el difunto Presidente Pompidou resolvió realizarlo, debió pensar que contribuiría con él a dar un paso gigantesco en el nuevo camino de la creación artística, para acercarse, en una forma im presionante y grandiosa, al nuevo ideal de la colectivilización del arte y de la creación abierta y participativa. Tal vez en estos nueve años el concepto ha envejecido. Así marchan de rápidas y se transforman las cosas y los conceptos en nuestros días. No ha faltado quien diga que el Centro de Beaubourg resulta ya hoy un anacronismo.
Si el propósito era redorar el blasón de París como gran centro mundial de las tareas se puede asegurar desde ahora que se ha logrado un impacto que abarca toda la tierra. De todo el planeta vinieron invitados a la inauguración. Dignatarios, críticos, creadores. En impresionante muchedumbre se apretujaron en la inauguración, y se asomaron a aquellos espacios originales y desconcertantes que son un alarde de tecnologia y de estructuras metálicas.
En la mente de todos debía estar la misma pregunta, Irá funcionar regularmente esta vasta factoría y cuál va ser su producto? Nadie lo sabe. En todas las nuevas concepciones del arte participativo y comunitario está presupuesto algo que todavía no se ha demostrado y que el pasado histórico niega: la idea de que el arte puede ser creado colectivamente y que puede haber una plena participación de los espectadores, que dejarán de serlo, para transformarse, en alguna forma, en creadores de la obra artística.
Hasta ahora el más solitario e individual de los quehaceres ha sido la creación artística. lo sigue siendo en nuestros días.
La participación que las obras avanzadas de nuestro tiempo se proponen dar el espectador nunca ha pasado de ser a posteriori y pasiva. Primero tuvo que hacer una creación individual para que luego se buscara establecer la comunicación. una comunicación que nunca ha podido ser, y nunca será, completa, porque el creador mismo nunca llega a saber todo lo que ha dicho u obtenido.
En todo caso el Centro Pompidou se alza ahora, desafiante y extraño, como un gran monumento de nuestro tiempo. Tal vez lo logre expresar. Tal vez, nuestro tiempo, tan heteroclito y contradictorio, lo haya ya desa pasado (ALA. Arturo Uslar Pietri a información cultural y un palenque de creación en el que se contará con todos los estímulos y facilidades. Si los viejos museos se parecían a los palacios de los reyes es lógico que este descomunal taller se asemeje una factoria de nuestro tiempo.
El costo del mantenimiento va a ser elevado. Se calcula que no será menos de 130 millones de francos al año.
La exposición central, con la que se abre, es una retrospectiva de Duchamp. El fantasma del hombre que desconcerto su tiempo con aquel desnudo descendiendo una escalera podrá pasearse ahora por la más increíble acumulación de espacios, transparencias y volúmenes y subir y bajar sin término por aquellas escaleras translúcidas e irisadas que pasan a través de espacios de invención y de sorpresa.
Es ciertamente, el más ambicioso proyecto que en materia cultural se ha hecho en los tiempos modernos. Va mucho más allá de la noción del museo para preUna factoría para la cultura Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.