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12 LA REPUBLICA. Jueves 28 de abril de 1977 La historia de la letra del Himno Nacional de que Don José Maria Zeledón cielo vez Por Lic. Carlos Meléndez Ch.
llegaban a la casa amigos y posa de don Jose Maria, Himno. doña Ester, la tocase al Como los niños dormían de un rato de esparcimiento, piano y guiara así al poeta ya a esa hora y era molesto después de las labores ha en la adaptación de la letra el tener que despertarlos, no bituales. Entre los amigos a la obra musical. Este pudieron irlo a ensayar de que con frecuencias les visi hecho se debía, no a que inmediato al piano, pero taban, estaba don Alfonso Billo ignorase como era la entre los dos se pusieron a Jiménez Rojas, hermano de música del Himno, sino tararearlo y se dijeron don Elias, a quien Billo porque al adoptarse la letra entusiasmados que artenía gran aprecio, como de don Juan Fernández monizaban perfectamente.
gracias a él había Ferraz, habia éste logrado Al siguiente domingo conseguido su primer que el maestro Campabadal estaban emocionados con la puesto que desempeñó, o hiciera algunos arreglos letra que se había escrito, sea el de escribiente de la musicales al Himno de pero en espera de don Corte Suprema de Justicia, Gutiérrez, para que se Alfonso se abstuvieron de a la edad de quince años. pudiera adaptar la música a ensayarlo al piano. En Así discurria tranquila la la letra que el había escrito. efecto, cuando don Alfonso vida de Zeledón, viajando a Asi, dona Ester tocó el llegó, se pusieron de in caballo hasta San José los Himno una y otra mediato a ejecutar el dias de trabajo. Salia delante de don José Maria, Himno, y doña Ester al temprano hacia la capital y hasta que éste fue dándose piano y Billo, don Alfonso y después de almorzar en casa cuenta clara del ritmo otros familiares más como de sus tías en San José, y musical y fue captando ya la cantantes, se llevó a cabo el proseguido su trabajo, idea que debería desarrollar primer ensayo de la letra de regresaba ya entrada la en las estrofas que iba a Zeledón. Al concluir, todos noche a su casa.
escribir.
se sintieron regocijados y Un dia de junio de 1903 seguros del éxito que al supo del concurso para do Así fue como un dia sa canzaria en el concurso la tar de nueva letra al Himno bado, ya noche, yendo referida letra.
Nacional, y el recordó que montado en su caballo, siempre le había parecido después de una semana de Asi fué efectivamente. El inadecuada la anterior letra. labores, en el camino de 24 de agosto el jurado caliSin embargo, originalmente Zapote a su casa logró hilar ficador, al dar su fallo, lo no penso en participar en el todas las ideas que ya tenía dió unánime en favor de la concurso, pues temía que en mente, y de un solo tirón composición de Zeledón.
otros de más edad lo harian brotó, cual manantial Ese día regresó feliz a su mejor. Sin embargo, un luminoso, la letra que se casa don José María, y domingo en que don Al. apresuró a recoger en un diciéndole a su mujer: fonso Jiménez Rojas le visitó papel que traía en su Triunfo mi Himno. le a su casa, lo entusiasmo en bolsillo.
contó de todos los detalles la idea del concuro y le dijo: Al llegar a su casa entró relativos al mismo, y cómo ¿Por qué no prueba? no hasta la cocina, en donde le sólo lo entusiasmo en la la letra que el compusiera esperaba su mujer que esta. sólo iba a sufrir un pequeño idea, sino que él se encargó ba preparándole su ponche cambio, más de forma que de obtener una copia de la habitual, y emocionado le de significado música original del maestro En efecto, don Antonio Gutiérrez para que la es. Ya tengo la letra del Zambrano había sugerido Fray tra adecuada al Himno Nacional.
Fue por ello que el Presidente de Costa Rica, don Ascensión Esquivel. haciendo suyas las manifestaciones periodísticas en el mismo sentido publicadas, acordó en junio de 1903 el hacer un concurso entre los poetas COS tarricenses.
Dos meses después hecha la eliminatoria correspondiente, resultó seleccionada como la me.
jor, la que escribiera con el pseudónimo de Labrador. don José María Zeledón Brenes. Billo. como se le conocía ya en el mundo de las letras patrias, era por entonces un joven de veintiséis años, empleado de la Botica Francesa y colaborador en el periódico El Noticiero.
El 24 de diciembre de 1899, en el apacible rincón hogareño de quien iba a ser su esposa, situado entre Zapote y Curridabat, había contraido matrimonio con la señorita Ester Venegas Zeledón. No hubo en esa excepcional ocasión de la vida de don José María, ni siquiera un trago de licor, porque ya desde entonces se manifestaba en el un sentido correcto de la vida, reflejo de su carácter, forjado en medio de limitaciones durezas que la existencia le impuso desde muy joven, al quedar huérfano. Quizás por esta circunstancia fué que en toda su vida trató de luchar con toda su energía y entusiasmo por las causas de la justicia y de la verdad, para que los desheredados de la suerte tuvieran en el una fortaleza irreductible, fortaleza construída con el dolor y las lágrimas de su propia vida anterior. Por ello siempre fué también poco amigo de pompas y vanaglorias: era hurano con la sociedad, pero en el encontraban los amantes de la justicia a su benefactor. Después de matrimonio siguió viviendo en la finca de café en donde contrajo nupcias, dedicado de lleno a la vida hogareña y a su habitual trabajo en San José. La casa de la finca, de dos pisos, estaba a poca distancia de la calle, rodeada de una tapia con verja, cubierta por enredaderas con pudreorejas azules, que en los días de descanso, especialmente el domingo, contribuían a alejar todas las preocupaciones y a ayudar a recobrar las energias perdidas durante la semana de trabajo, al que allí vivia.
El día domingo era a su vez día de visitas, pues que en vez de Costa Rica, tu hermosa bandera. dijese Noble bandera.
patria, tu hermosa pues de lo contrario existiria una no toria semejanza, que en na da perjudicaba por cierto, con la letra del Himno de Guatemala La segunda variante fue la de que dijera, en vez de bajo el manto azul de tu cielo de la letra original. bajo el limpido azul de tu para enmendar asi una variante en el número de silabas, con relación a las estrofas anteriores.
Fue asi como quedó vinculada ya la letra del poeta don José Maria Zele dón, con la música de don Manuel María Gutiérrez Seguros estamos, como lo estuvo en aquél entonces la opinión pública de que ahora sí existe una completa fusión entre el significado por la música insinuado, y la expresión oral que el poe ta extrajo del manantial musical del que Gutiérrez se inspiró.
Es por ello que siempre que un ciudadano COStarricense canta el máximo canto de la patria, concluye siempre dándole un mayor tono y una mayor sonoridad a la frase final que recoge su propio pensar: Bajo el limpido azul de tu cielo, vivan siempre el Trabajo y la Paz El Himno Nacional de Costa Rica, compuesto en 1852 por don Manuel Maria Gutiérrez, tuvo su primera letra conocida, veintisiete años después, escrita por un joven seminarista que más tarde se hizo popular en el mundo de las letras con el pseudónimo de Juan Sin embargo, en ningún momento gozó esta letra del reconocimiento oficial y su uso fué más por costumbre y por necesidad, que por adopción oficial.
Los mismo ocurrió en 1888, cuando vio la luz pública un libro de cantos escolares costarricenses. En él venía, por supuesto, entre los cánticos de escuelas, el Himno Nacional de Costa Rica, con letra escrita propósito por un español, don Juan Fernández Ferraz.
La idea de dotar al Himno de una letra adecuada era aceptable, pero la interpretación que del Himno hiciera el señor Fernández Ferraz, no se acomodaba a la realidad costarricense, no sólo en la forma de redacción de la misma, un poco elevada para que el pueblo la apreciara en su significado, síno porque consideró que un canto de esta naturaleza era más que para la paz, un símbolo para la guerra.
El creciente progreso del país iba haciendo cada vez más necesario el desarrollar en la conciencia ciudadana los deberes que ellos tienen con la Patria: hace florecer ese sentimiento de amor al terruño que los vio nacer; engrendrar y conservar todos aquellos actos que tiendan a darle caracteres singulares al país; el en contrarse a sí mismos, con todos sus defectos y todas sus virtudes; la comprensión amplia de nuestra realidad, a través de todos los campos del conocimiento humano.
En fin, todo aquello que tienda a asegurar en el futuro los sentimientos nobles y progresistas que existen con seguridad en nuestro pueblo de Costa Rica.
La prensa hizo más tarde eco de la necesidad que ya todos veían, de dotat de ledijo: El Himno Nacional Abuelerías Rogelio Sotela Gallardo trovador. Muy buenos días!
y puesto que un periódico indiscreto ha divulgado a voces el secreto que con tanto sigilo mantenias, vengo a darte rendidas cortesias en las catorce curvas de un soneto, porque ya eres un hombre de respeto pese a tus juveniles ufanias Eso de ser abuelo, es don del Cielo y yo, que tantas veces ya lo he sido bien puedo asegurarlo sin recelo.
Es como si en un tronco atardecido, los pájaros erranetes del anhelo tornarán a formar su blando nido. su Cómo sintió la Música el Autor de la Letra Himno Nacional de Costa Rica tiene música de Manuel María Gutiérrez, compuesta en 1852; y letra de José Maria Zeledón Brenes, adoptada en 1903 mediante concurso. Esta bella alegoria fué leída por el poeta el 15 de setiembre de 1938, al clausurarse los festejos del Cincuentenario del Colegio Superior de Señoritas, en el momento de rendir homenaje a los Simbolos Patrios. DONA AMALIA DE SOTELA a vos, dulee señora. qué dijera que digno fuera del divino estado en que una nueva vida ha consagrado la doble dignidad que en Vos impera?
Hay en nuestro jardin que enantes era rincón de amor, florido y perfumado, como un renacimiento del pasado en una desbordante primavera. Madre y Abuela! Madre doblemente, como si la maternidad, toda alegría, no fuera en una vida suficiente.
Señora, en vuestra noble epifania canta el amor magnífico y surgente. Madre y Abuela. y joven todavía. TU PERSONALIDAD ES.
José María Zeledón Puntarenas, Noviembre de 1941 Madre mia En el Día de la Madre mperio No te he llevado flores madre mia!
a la tumba que guarda tu reposo hoy que proclama el vulgo novedoso el nombre de las madres a la porfia ¿Oisteis. Los acentos y hay como recios choques de fuerzas encontradas.
del Canto de la Patria!
de humildes herramientas Primero son susurros convertidas en armas, del viento entre las ramas, de manos laboriosas o murmullos surgentes a los cielos alzadas del corazón del agua; como antorchas crujientes dicen de cielos límpidos cada rato más altas, y de mañanas claras, y retiemblan los valles, de crepúsculos rojos rugen las hondonadas, en sosegadas playas: y sobre el horizonte dicen de aspiraciones enarbolan sus flamas a la paz bien amada los siempre vigilantes que se elevan como humo volcanes de la Patria.
de las toscas cabañas, compañeras amantes Después. van descendiendo de las tierras sembradas; por rítmicas escalas dicen de despertares las notas apacibles en frescas alboradas de esta canción sagrada, tras el rudo trabajo y el tono imprecatorio que acrecienta las parvas. se convierte en plegaria, y la música entonces en plegaria que sube suave, mistica, blanca, otra vez limpia y clara como una dulce nina como el humo que sale se arrodilla ante el ara de las toscas cabanas y exclama. salve oh tierra en los amaneceres, de mis amores, santa de las tierras sembradas, madre cuyo regazo me sustenta y me ampara! porque el Trabajo sea Luego las notas dulces.
nuestra única batalla luego las notas mansas. no el feroz anatema se van tornando toscas.
de la leyenda clásica se van volviendo bravas.
sino la acción alegre y al solo pensamiento de una fuerza que canta.
de que la tierra amada pudiera por extraños y la Paz, que es Justicia, ser tal vez mancillada, no afrenta resignade, se escucha por el ámbito nos cubra con su manto fuerte sacudir de alas.
y nos llene de gracia.
Yo no te conoci; la suerte Impia me privo de tu arrullo jubiloso cuando mi corazón, pájaro ansioso, apenas sus alitas extendía.
DISTRIBUIDORES EXCLUSIVOS: DISTRIBUIDORA SAN JUAN Pero en el discurrir de la existencia, al tomar en la marcha algún camino he sentido la luz de tu presencia; y orillando lo bajo y lo mezquino, te he consagrado un templo: ml Conciencia y en él un monumento: ml Destino.
José Maria Zeledón 15 de agosto de 1948 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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