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LA REPUBLICA. Jueves de octubre de 1977 JUICIOS El lapicero delator Lic. JOAQUIN VARGAS GENE LA INVESTIGACION La Policia Técnica Judicial inició las investigaciones.
Desde el primer momento sospechó de Macho Navarro. pero ni éste aparecía, ni había pruebas directas que lo incrimin aran.
María de los Angeles a quien en el mundo nocturno conocen como Catalina, y María Antonieta a quien en ese mismo ambiente conocen como Maritza, se pusieron de acuerdo para tomar unos tragos en el establecimiento comercial denominado Queen situado en la avenida cuatro entre calles dos y cuatro. Esperaban a que algún parroquiano, entusiasmado por sus zalamerías y coqueteos, se decidiera a recompensar sus favores con alguna suma de dinero Basados en las sospechas, los de la PTJ hicieron un registro en la casa de Macho Navarro. situada en Copey de entendimiento humano, brindan un panorama exacto e inequívoco del porqué y cómo ocurrió la muerte de González Cacho a manos de Jiménez Navarro. La intención de este!
último fue muy clara, pues era manifiesto su interés en despojar a Julio César de las pertenencias que consigo llevaba, para lo cual incluso pretendió, en principio, que una mujer lo llevara hasta un cuarto y que le dejara la puerta del mismo aiberta para así poder ingresar a él y consumar su propósito, haciendo la advertencia de que, si fuera necesario, estaba en disposición de propinar a la víctima dos cuetazos con el arma que portaba, y que mostró en ese acto. Como esto no fue aceptado, Jiménez llevó a cabo su cometido sin la ayuda de nadie y en el interior del Bar Atlas. En definitiva ultimó de dos balazos a González Cacho, después de golpearlo con los pies y puños.
Cinco Esquinas de Tibás y en ella encontraron un bolígrafo marca BIC. pero de un estilo desconocido en el país.
El bolígrafo es de color blanco, con tapa azul y gancho de bolsillo metálico. La PTJ comprobó con los representantes de la marca BIC que ese tipo de lapiceros no se hace venir al país. Los investigadores del Organismo de Investigación Judicial se pusieron a seguir el rastro del bolígrafo, hasta Ambas vieron, con entusiasmo cómo Julio César González Cacho, después de ingerir un wisky, sacaba un buen fajo de billetes y, tomando de él cien colones, pagaba con él, el importe de su consumo.
que descubrieron que la señora doña Ana María Guendel Calderón, trajo de los Estados Unidos, en un viaje que allí hizo, tres o cuatro lapiceros de ese tipo, uno de los cuales, doña Ana María lo regaló a su hijo.
Después de recibir el vuelto, Julio César abandonó la barra del bar y se dirigió a la calle en la queya lo esperaban, en provocativa pose, Catalina y Maritza, quienes de inmediato lo abordaron haciéndole conocer lo guapo que lo encontraban y el entusiasmo que en ellas producía el negro color de su pelo.
El niño, hijo de la señora Guendel, recordó que había obsequiado, a su vez, ese lapicero a un compañero suyo, que resultó ser el hijo de Julio César González, y éste afirmó que se lo había regalado a su padre. pesar de que no ha podido tenerse por cierto que de esa.
acción Alcides Hugo lograra obtener un beneficio patrimonial que fuera más allá del lapicero propiedad de aquél, que se encontró en su poder, no hay duda, en cuanto a que su interés en realizar todo lo narrado, fue el de despojar de sus haberes a Julio César, lo que bien pudo haber logrado sin necesidad de quitarle la vida, ya que este último se hallaba en un claro estado de ebriedad, estado que le impedia incluso reaccionar oportunamente ante un peligro inminente. Por eso, al ultimarlo, fue evidente su interés en garantizarse la impunidad por el hecho que en definitiva ejecuto, aunque fuera infimo el provecho obtenido.
Las dos mujeres se habían puesto ya de acuerdo acerca de la posibilidad de enamorar a González y conducirlo, así engatuzado, a algún lugar en el que pudieran sustraerle el dinero que portaba, según lo presumían las dos damiselas, en cantidad abundante.
En esa forma se tuvo la certeza, al encontrarse ese lapicero en la casa de Macho Navarro. que había sido éste quien sustrajo las pertenencias de Julio César el dia de su muerte.
Con la prueba del bolígrafo en la mano, los miembros de la PTJ tendieron una red de vigilancia alrededor de la casa de Macho Navarro al que capturaron después de unas siete horas de espera.
Pero no sólo las dos damas del Queen habían notado que Julio César tenia una cantidad de dinero importante.
También había percibido esa circunstancia Alcides Hugo Jiménez Navarro, a quien en los bajos medios capitalinos apodan Macho Navarro.
Ahora bien, no obstante que Alcides Hugo niega enfáticamente ser el autor de lo que se persigue, es lo cierto que su posición está desdicha por el abundante material de constantación que fue escuchado de viva voz durante la audiencia del debate, dentro del cual se destaca, entre otro y aparte de la prueba directa procurada en esencia por los relatos que hicieron María de los Angeles y María Antonieta el de tipo o naturaleza indiciaria que corrobora plenamente los relatos hechos por aquéllas y que pueden resumirse así: a) en poder del procesado se encontró un bolígrafo propiedad del ofendido; b) el arma con que se hicieron los disparos que causaron la muerte de González Cacho, se le decomiso con posterioridad a Jiménez Navarro y este último tiene alojado en el cuerpo un proyectil disparado con arma de fuego, presumiblemente de calibre vei ntidos, y hecho con la misma arma a que este asunto se refiere, que no ha autorizado le sea extraído.
Conducido que fue al lugar de detención, Macho Navarro logró fugarse a principios de este año, pero los Comandos del Sur lo reconocieron en Ciudad Neily y alli lo capturaron nuevamente, sorprendiéndolo mientras dormía en un matorral. Al ser capturado, los Comandos del Sur encontraron, bajo su cuerpo, el revólver con que ultimó a Julio César, según se demostró por medio de las pruebas de balistica que realizó el Organismo de Investigación Judicial.
EL JUICIO Con el mismo propósito de despojar a Julio César de su dinero, Macho Navarro abandonó el establecimiento casi.
simultáneamente que Catalina y Maritza, por eso, al verlas en la acera cuchicheando mientras acomodaban sus ropas de tal manera que las hicieran aparecer lo más provocativas posible, comprendió que aquellas dos damiselas tenían el mismo propósito que a él lo llevó fuera del establecimiento, por lo que optó por acercarse a ellas y proponerles que requirieran ellas de amores a Julio César, y así lo llevaran hasta determinado cuarto en donde él aparecería para asa Itarlo. Como para dar mayor seguridad a las dos muchachas, Macho Navarro extrajo de su cintura un revólver y mostrándolo a las mujeres, les dijo que no tuvieran miedo, pues si el asaltado se resista, le pegaría dos cuetazos para resolver el problema.
El Agente Segundo Fiscal de San José acusó a Alcides Jiménez Navarro, alias Macho Navarro. por el delito de homicidio calificado. Correspondió realizar el juicio a la Sección Primera del Tribunal Superior Primero Penal, que integran los licenciados José Alberto Gamboa Salazar, Guillermo Rodríguez Solis y Gilber Bonilla Meléndez. Fue el primero de los citados Jueces Superiores el que presidió el debate que se celebró En esta forma, compendiados parte de los elementos de juicio esenciales que sirven de base al Tribunal para arribar a las conclusiones expuestas, es lógico, por ser bastante e incuestionable, que con sujeción a ello se tenga por desvirtuada la posición de no culpabilidad que a lo largo de la audiencia puso de manifiesto Alcides Hugo, con el solo intento de eludir la responsabilidad que su ilícita acción necesariamente debe aparejarle, ésto no obstante también la brillante disertación que escucháramos en boca del abogado defensor, pero que tuvo, antes que el valor necesario para infundir en el ánimo de los infrascritos la idea acerca de la inocencia de su patrocinado, la virtud de enseñar una altura filosófica que sin cuestión de ninguna especie pone muy en alto el innegable bagaje intelectual del expositor.
Como Fiscal de Juicio actuó en el caso la Licda. Gloria Navas Montero y como Defensor Público, el Lic. José Francisco Hernández Retana.
Las bellas del Queen no aceptaron la proposición de Macho Navarro por lo que, decididas a actuar por su cuenta, abordaron a González Cacho coqueteándole en la forma ya dicha, pero Julio César, que sólo tenía el propósito de tomarse algunos tragos y no de andar por allí de picos pardos, ya que tenía esposa e hijos, rechazo a las damiselas y siguió su camino, observado de lejos por Macho Navarro.
EL DEBATE Al debate oral y público que se celebró se presentó el Macho Navarro con una fea herida en la zona extra articular de la rodilla pues tiene allí alojado un proyectil que no le ha sido extraído por negarse el a someterse a la intervención quirúrgica correspondiente. Ese proyectiles, en apariencia, calibre. 22.
Desilusionadas por el fracaso sufrido, Catalina y Maritza volvieron al Queen en espera de algún otro señor que tuviera ganas de divertirse y que no fuera casado.
EL CASO Durante el debate se leyó la certificación que sobre su historial en el campo de la delincuencia envió el Registro Judicial de Delincuentes. Según ese documento, Macho Navarro había sido condenado, con anterioridad, por evasión, por robo agravado, por robo y por tenencia de marihuana.
Demostrada por lo visto la existencia del antijurídico que se persigue y la autoría culpable de Alcides Hugo Jiménez Navarro, a éste se le impone el tanto de veinticuatro años de prisión que deberá descontar, previo el abono de la preventiva que ya hubiere sufrido en el lugar y forma que determinen los respectivos reglamentos penitenciarios.
Asimismo se le condena a pagar las costas personales y procesales del jucio y a que este fallo sea inscrito en el Registro Judicial de Delincuentes. En la determinación del monto de la pena a que se hizo merecedor Jiménez Navarro, influyeron todos los extremos objetivos y subjetivos que para ese fin deben de tomarse en cuenta, pero cobrando especial, relevancia los relativos al concepto que sobre la personalidad del convicto se formaron los infrascritos durante la audiencia del debate, personalidad que unida al modo y manera en que perpetró el delito a que este asunto se contrae, lo ponen de manifiesto como un sujeto altamente peligroso, pues no tiene ni por asomo una concepción acerca de los valores humanos, lo que lo llevó a actuar con un absoluto desprecio por la vida del ofendido, supuesto que de previo a ultimarlo con frialdad inusitada, anunció a terceras personas que si en su propósito de despojarlo de los bienes que portaba se interponía algún obstáculo, estaba preparado para hacerle fuego con el arma que llevaba consigo, arma que irónicamente mostró en esa ocasión Macho Navarro siguió a González Cacho al que dio alcance en las inmediaciones del Bar Atlas. De inmediato lo agredió a puntapiés y puñetazos con el ánimo de robarle.
Julio César se defendió de la agresión que sufría y los dos hombres, trenzados en fiera pelea, penetraron al interior del Bar Atlas, en donde Macho Navarro extrajo el revólver que llevaba y lo disparó dos veces sobre Julio César, hiriéndolo en el cuello y en el tórax.
LA SENTENCIA Los Jueces Superiores, después de ponderar las pruebas que se presentaron al debate, llegaron a la conclusión de que, sin ninguna duda, Macho Navarro fue el autor del delito de homicidio calificado, cometido el homicidio con ocasión del robo que realizó.
Ninguno de los dos proyectibles que hicieron a González dejó orificio de salida. Como resultado de esas dos heridas, González Cacho falleció poco tiempo después de recibirlas.
Sobre el particular, entre otros aspectos, los Jueces Superiores razonaron así. Macho Navarro se apoderó de algunas cosas que Devaba Julio César, corrió a donde estaba Catalina y quiso llevársela con él en un taxi, lo que no logró porque la asustada muchacha no quiso acompañarlo, y así, solo, en un vehículo, desapareció en la noche.
Además, pesó mucho con ese propósito, la circunstancia de que es ya un multirreincidente. Se ordena el decomiso del arma sobre la cual se viene hablando, la que quedará definitivamente en poder del Museo Criminológico de la Corte Suprema de Justicia.
En realidad, los medios de justificación que se hicieron llegar al debate y que, según se dijo fueron analizados con gran ponderación a la luz de las reglas del correcto La sentencia es la número 232 y se dictó a las 17 horas del 12 de setiembre pasado.
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