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8 LA REPUBLICA. Miércoles 12 de octubre de 1977 Do Re Mi EDITORIAL La otra violencia sin televisión.
El tico es especialista en cascarones.
Le agrada la cáscara, no el meollo. Prefiere lo accidental a lo esencial En el fútbol su ideal es hacerle una perra al contrario, en lugar de anotar el gol. Así, el fútbol se convierte en el futbolito. El aplauso se sobrepone al contenido.
SI de hacer obra de gobierno se trata, pone el énfasis en lo es pectacular, visible y electorero, mas no en lo necesario, profundo y prioritario.
En lugar de construir vías urbanas, más firmes y duraderas, rellena huecos.
En vez de defender, con medidas sablas y concretas, los recursos naturales o de impulsar un vasto plan de reforestación, como suelen hacer otros países, se celebra el dia del arbolito.
Para no enzarzarse en la dura y abnegada tarea de reformar el sistema educativo costarricense desde sus propios cimientos, a fin de que la democracia costarricense tenga en realidad sustento, permanencia y excelencia, se ordena que todos los estudiantes usen un mismo uniforme.
Hay dos tipos de violencia: la fisica, que es visible, una de cuyas manifes.
taciones se observa en las películas o en la televisión, y la moral, que es invisible, pero que produce efectos mucho más deletéreos en un pueblo que la primera.
Mucho se ha hablado y escrito en estos días sobre la primera que, por su brutalidad, todos condenamos, pero poco se dice de la otra que, por su invisibilidad, aunque se sufre diariamente, muchos aceptan o no reparan en ella, sin advertir que no sólo inficiona moralmente a una sociedad, sino que es causa al mismo tiempo de la violencia fisica.
Este tipo de violencia, que asusta menos que la violencia física, por ser menos brutal, aunque si más grave y perniciosa, se relaciona directamente con la virtud de la justicia y es la causa de la frustración, de la desconfianza y del odio.
El estado de injusticia en que viven algunos sectores de la población, desde el punto de vista económico y social, es una fuente permanente de violencia que, al no ser eliminada con eficacia y calor humano, produce la violencia fisica, sobre todo cuando estas condiciones son explotadas por los extremistas, cuyo caldo de cultivo es la injusticia. El extremista no tiene interés en resolver los problemas sociales de un pueblo, pero sí en atizarlos y agravarlos, ya que, en la medida en que estos aumentan, el extremista puede aumentar su cotización. la injusticia que brota del estado de abandono de algunos sectores de la población, se agrega la violencia que nace de la impunidad, del incumplimiento en las leyes, del quebranto público y cinico de los principios morales, lo que produce en el pueblo la frustración y la desconfianza en las instituciones públicas, en el régimen de derecho, en la eficacia del sistema democrático.
En estas situaciones, al pueblo se le abren dos caminos: la reacción sana, justa, regida por las leyes, la reacción violenta, que nuestra sociedad ha desechado tradicionalmente como me.
dio para resolver los problemas nacionales o el silencio, que otros llaman. acomodarse a la situación existente por temor o por cálculo.
Con todo, la primera vía resulta, a veces, intransitable cuando, en la cumbre del poder político, en las esferas más altas del Estado, no se da paso a la justicia o cuando los funcionarios se nvierten en los primeros agentes de la llegalidad y de la corrupción, es decir, de la injusticia.
En estas situaciones, el régimen democrático se quiebra en su base, pues se niegan dos principios esenciales de éste: el diálogo y la participación, que no es simple negociación o parloteo, sino unidad en lo esencial, de lo que se sigue la toma de las decisiones más adecuadas y justas.
Nos atemorizamos ante la violencia que parte de algunos programas de televisión y creemos que esta es la causa primaria del incremento de la delincuencia, la razón de la frustración social, el origen de la declinación de nuestra sociedad.
Este planteamiento es una evasión perfecta. Significa sentar en el banquillo de los acusados a uno de los últimos culpables, mientras el primero se mantiene erguido e intocable.
Se trata frecuentemente de extender la corrupción a toda la sociedad y se dice que es preciso luchar contra ella, pero en todos los campos. Es cierto, mas ha de haber un orden de prioridades. La primera lucha ha de entablarse en la cumbre. Lo primero que ha de purificarse es el poder politico. Mientras en este no brille el buen ejemplo y el acatamiento fiel y cotidiano, de palabra y de hecho, de la moral pública, cualquier otro esfuerzo resulta estéril.
La televisión, es, a veces, fuente de violencia fisica. Sin embargo, repetimos, la más grave es la violencia moral, invisible, sutil, cuya causa permanente es un gobierno corrompido o un estilo de politica fincado en el negocio electoral o en una mascarada democrática. De qué sirve asustarse por un programa de televisión, de violencia, de vaqueros o de policías, si hay programas permanentes de violencia moral, directos, personales, en vivo, a todo color y a todas horas, sin ni siquiera el costo de un aparato de televisión. En lugar de realizar la gran tarea reformadora del sistema administrativo y educativo, en forma concreta y a fondo, se proclama la necesidad de cambiar la Constitución Política con fines electorales, sueño de oplo con el que año a año nos adomniecen para rehuir la solución de los problemas específicos.
Para no ver la injusticia social cara a cara se anuncia que la brecha social se ha cerrado. aquí paz y allá gloria.
Si se denuncia el cáncer de la corrupción enraizada en el Gobierno, éste, en vez de desarraigarlo con energia y valor, proclama que toda la sociedad está corrompida.
Si se pide la expulsión de Vesco de Costa Rica, se dice que hay Vescos costarricenses peores aún.
Y, en lugar de tecnificar los cuerpos de seguridad del país, a fin de satisfacer un derecho constitucional básico, se elabora un proyecto de ley ah descomunal descubrimiento para eliminar los grados militares.
Es decir, se pretende quitar el último reducto de disciplina que les queda a nuestros guardias, en medio del perenne vacilón que es Costa Rica quitados los grados militares, la democracia ha triunfado y el del gorilismo se ha alejado para siempre.
PREMIO NOBEL DE LA PAZ Claro que es medio extraño que en nuestro pais, diz que civilista, haya grados militares. Pero, en vez de deva namos los sesos para quitarlos. por qué no vamos a lo esencial?
AL FIN SE HA HECHO JUSTICIA LA MUJER lo esenciales que la delincuencia aumenta dia a dia, que los antisociales se tecnifican y muestran una eficiencia increíble, que la vigilancia es ineficaz o inexistente y que, cuando llegan las ra diopatrullas a Costa Rica, tienen que guardarse durante doce meses porque les faltan luces, sirenas y todos los aditamentos necesarios para que realicen a cabalidad sus funciones.
Naturalmente, cuando se trata de ahondar en el problema de la delincuencia o del relajillo nacional en este país de cultura de rockola y de bailongo, se acusa a la televisión. La televisión es la madre de todos los vicios.
Nuestro sistema educativo y político nos ha creado un cos tarricense epidermico, horrorizado por lo que está debajo de la corteza.
as LA PAZ NUESTRA DE CADA DU Hacer que se hace. he aquí un viejo principio nacional.
laleh Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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