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LA REPUBLICA, lunes 12 de diciembre de 1977 DO RE MI Pobre aguinaldo.
EDITORIAL La verdad contra la mentira 000 Todos quieren convertirse en sus padres y en sus madres, o en su nodrizas.
000 En la lucha de tendencias dentro de Liberación Nacional, don Hernán Garrón se levantó como el abanderado y padre del aguinaldo por cuanto él redactó dicha ley.
000 SUS Ahora, en el hervor y fervor de la campaña política, que coincide con la distribución del aguinaldo, han aparecido dos nuevos padres: don Guillermo Villalobos Arce y don Luis Alberto Monge.
000 El caso es interesante.
000 Lo más curioso es que quienes, ahora, se dicen padres del aguinaldo, nunca en su vida han distribuido un cinco de aguinaldo.
Esta es la verdad.
en 000 Villalobos Arce no sabe lo que es una empresa y nunca se ha visto en apuros para pagar una planilla. Nunca ha tenido bajo su mando a un grupo de empleados e ignora las congojas de un cmpresario 000 Villalobos Arce es un político profesional y, además, un abogado. Como abogado, su fuerte está en los servicios que le brinda a varias instituciones públicas, sobre todo en el actual Gobierno.
000 Las denuncias formuladas por el Presidente de México, José López Portillo, sobre el predominio de la corrupción y de la burocracia, asi como severos comentarios en torno al mito de la revolución mexicana, con la que se han abanicado tantos demagogos en América Latina, son una fuente permanente de enseñanzas.
México y con él el resto de los países latinoamericanos le han echado siempre la culpa de sus males económicos y sociales a los ricos o a los imperialistas yanquis, a la inflación mundial, a las recesión internacional o a cualquier espectro que asome en el horizonte, mas casi nunca han tenido el coraje de ahondar en sus propios problemas y de reconocer la causa principal de sus males: su subdesarrollo mental y la corrupción de no pocos gobiernos.
Los mexicanos han sido víctimas en estos años de la demagogia, de la corrupción del desmesurado aumento en el gasto gubernamental que, al agotar la capacidad contributiva del trabajador, del empresario y de la economía nacional, produjo crecien.
tes déficits presupuestarios, cubiertos por el endeudamiento externo y las emisiones inorgánicas.
Pero, como los gobiernos querían hacer obra a toda costa, sin ninguna previsión y responsabilidad realizaron numerosos trabajos sin medir sus efectos sobre la economía nacional.
Por otra parte, el gobierno mexicano se convirtió en el mayor propie.
tario, comerciante y banquero y, como dice Luis Pazos, en un estudio sobre la devaluación en México, adquirió centenares de empresas y creó centena.
de organismos coordinadores, fideicomisos e instituciones que suman millares entre todas, la inversión pública sacrificó a la privada, y.
aunque las medidas económicas y sociales se justificaban con el mito de la justa distribución de la riqueza o de la incorporación de las clases desvalidas al progreso, lo cierto es que la brecha social aumentó en México en forma escandalosa en el gobierno de Luis Echeverria.
Otro de los males de la revolución mexicana fue la explosión burocrática, conforme a la más eficaz aplicación de la Ley de Parkinson, así como el imperio del delito económico las empresas estatales, cuyos únicos beneficiarios han sido los funcionarios que trabajan en ellas. México dijo López Portillo en los albores de su gobierno, no es un país subdesarrollado, sino subadministrado y, peor aún, sus instituciones han sido presa de la improvisación y la demagogia, por lo que sus pérdidas han sido cuantiosas.
Pese a la magnificencia propagandística de los discursos de los jerarcas del PRI y del gobierno anterior, la producción agrícola ha fracasado en México. Los ejidos no han dado resul tado. En 1976 se privó de dos millones de hectáreas a los ejidatarios por el abandono de parcelas por más de dos años, y en nombre de una justa repartición de la riqueza, los politicos agraristas mexicanos están destru.
yendo la poca riqueza agrícola de México, no por ignorancia, sino por negocio.
México, además, siguió en años pasados el camino de los préstamos y el ahorro se ha encauzado hacia el Estado y no hacia la producción.
Esta es la lucha que ha emprendido el presidente López Portillo que ha comenzado su tarea con la única receta eficaz: la verdad contra la demagogia y la corrupción. Esperamos que tenga éxito en esta tarea casi heroica.
Es decir, ha unido en un solo haz su condición de abogado y de político, pues ambas credenciales le han abierto de par en par las instituciones públicas. Su mejor aliado ha sido el Partido Liberación Nacional 000 En síntesis, ha recibido el aguinaldo y disfrutado de él, mas nunca lo ha pagado.
000 El caso de don Luis Alberto Monge es más serio aún, por cuanto se ha dedicado a tiempo completo a la politica, tanto en el partido Liberación Nacional como en La Catalina.
000 Allá que se maten estos dos candidatos adjudicándose aguinaldo, mas lo cierto es que ninguno de ellos sabe de una empresa de la misa la media. Ambos han gozado del aguinaldo, mas ninguno de ellos ha creado una empresa ni establecido un negocio para pagar el aguinaldo.
000 Es bien extrafla la política.
res 000 Don Daniel Oduber y don Luis Alberto Monge tienen un lenguaje parecido. Ambos atacan de lo lindo a los ricos. sin tomar en cuenta oh monumento de sinceridad, que ambos han disfrutado de una vida tan placentera como no la ha tenido para si ningún rice de Costa Rica.
Deterioro nacional 000 Ambos también alaban el progreso, pero no quieren advertir que el desarrollo económico y social de Costa Rica es obra de dos factores: el empresario y el trabajador, es decir, de la conjunción de los malditos ricos que tanto les quitan el sueño a ciertos políticos costarricenses y de los trabajadores.
000 Hay dos clases de ricos en Costa Rica: los que se han labrado una fortuna trabajando y los que se han convertido en los grandes oligareas del país sin trabajar.
000 Los primeros pagan el aguinaldo y los segunos no están obligados a pagar el aguinaldo, pues su riqueza es un misterio de los cielos.
Los costarricenses abrimos todas las mañanas el periódico con temor.
Hay dos causas de muerte constantes en la sociedad costarricense: la violencia de los delincuentes y la violencia establecida en las carreteras.
Sorprende, en realidad, como un pueblo alabado en el mundo entero por su tranquilidad y espíritu pacifico, capaz de suporar toda marca, dado el escaso número de habitantes, en los accidentes de tránsito y en los actos de violencia producidos por los delincuentes.
Mas, esta tragedia nacional, que el Gobierno no quiere resolver y ante la cual se muestra impávido, como si no fuera una de sus obligaciones esenciales, tiene una explicación: el objetivo electoral.
Mientras no nos convenzamos los costarricenses de est. verdad, comenzarán a resolver con responsabilidad y seriedad estos graves problemas. Mientras algún gobierno no cambie de actitud y deje a un lado el interés politico momentáneo o electoral para consagrarse, con abnegación y disciplina, a analizar estos males sociales y a buscarles una solución adecuada, nuestras vias públicas seguirán siendo el escenario de la muerte y el hampa seguirá reinando en Costa Rica.
Se ha denunciado en estos años con insistencia el deterioro de la vida nacional, no sólo del ser costarricense, lo que se comprueba en el descenso de la enseñanza, en el lenguaje, en el comportamiento en público, sino también del sistema en sí. el problema se torna más grave aún cuando el gobernante, apresado en sus propias redes, pretende pintarnos cuadros paradisiacos inexistentes o que contradicen la realidad cotidiana.
000 Lo cierto es que la oligarquia tica, que ha acumulado la mis grande fortuna en la historia de Costa Rica en sólo cuatro años, no paga el aguinaldo.
000 no hay cosa peor en la historia de un país que el poder politico financiero en las manos de una oligarquia que se ha hecho a base de comisiones, a la sombra del poder estatal, a punta de venta de inIluencias o al amparo de un estafador internacional.
000 de toda obligación Esta no paga el aguinaldo. Están exent aun de la de dar cuenta al pueblo de sus actos.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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