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LA REPUBLICA. Martes 20 de junio de 1978 13 APRENDAMOS Número 73 con LOS CAIMANES TIENEN MALAS PULGAS La Republica ASESORIA TECNICA UC JORGE MORAL Per Joaquín Gutierrez La selva se abrió de pronto y apareció ante ellos el agua barrosa de la laguna del Caimán, orillada de mangles. Las raíces de los mangles se abrían como dedos que se hundían en el agua, tormando múltiples canales bajo el follaje.
Don Torcuato no se divisaba. Seguro estaria tomando su baño matinal.
El Titi caminó por la orilla haciendo una inspección general. Trepó por un tronco caído, verdoso de lluvia, y caminó por encima haciendo equilibrio. Cuando llegó a la punta, contento de haber puesto término a su expedición, se paró de cumplía su amigo a la perfección. Don Torcuato, iqué magnifica denta.
dura! No tiene ni una carie. Se ve que está usted en plena juventud comenzó a decirle el Pájaro, dispuesto a adularlo un poco. Quengo ſolo quejientos años contestó el Lagarto hablando con la boca abierta.
Cocori, desde su escondite, sintió otra vez el fuego de la rebeldía. Que ese animalote maligno tuviera trescientos años y su Rosa sólo un día. Por qué. Pues a pesar de su juventud prosiguió el avecita, toda empalagosa la SU manos.
El tronco se remeció. junto al ojo del Titi se descorrió una costra rugosa. En el fondo había un ojo inyectado en sangre que lo miraba echando fuego.
El mono, con un chillido de terror, se suspendió de un mangle con la cola y se perdió entre las hojas.
Don Torcuato se desperezó, borracho de sol, arqueó el lomo, y, furioso de que le hubieran interrumpido su siesta de sobre.
mesa, dió un tarascón al aire. Allí está, allí está. gritó el Pájaro al divisar a su amigo. Pero ni Cocori, escondido entre unas yerbas, temblando, ni doña Modorra, convertido en un pedrón dentro de su caparacho, le prestaron atención alguna.
El Pájaro voló alrededor de la bocaza. pi, pi, pi. Al verlo se dulcificó la expresión de don Torcuato, abrió la enorme tarasca y se quedó esperando. El Pájaro entró en la boca como Pedro por su casa y fué a posarse sobre la doble hilera de dientes que relumbraban aguzados.
Luego comenzó a picotear, escarbando la comida entre los intersticios de los molares.
Ese dia don Lagarto se había almorzado una gruesa de ranas y agradeció intinitamente el papel de palillo de dientes que fama de su saber y buen criterio ha trascendido ya por toda la selva. Ga jera hora se esponjó halando el Lagarto. Hoy mismo he tenido noticia de unos peregrinos que esperan que usted les resuelva algunos problemas y que luego lo elogiarán por todos los confines del bosque.
Don Lagarto pensó pora sus adentros lo bien que le vendría un poco de propaganda para convencer a algunos escépticos que no le reconocían sus méritos. Quiere que los introduzca presencia. terminó el ave, mientras le escarbaba un colmillo.
Don Torcuato, digno y distante, bajó los párpados en señal de asentimiento y se revistió de solemnidad. una señal del Pajarito, Cocorí, todo medroso, apartó las ramas, y, lentamente, se adelantó por la arenisca caliente hasta quedar a sólo pocos metros del tres veces centenario don Torcuato. La Tortuga, más prudente, se conformó con estirar media pulgada de pescuezo para escuchar mejor.
El Lagarto miró interrogante. Quién será este Negrito temerario. pensó. Cocori tragó el nudo que tenía en la garganta y se decidió por fin a hablar: lustre don Torcuato comenzó, recordando el tratamiento que le había recomendado doña Modorra. Ejem, ejem dijo el Cocodrilo muy de acuerdo con lo de ilustres. Quería dirigirme a usted, porque sé que, siendo tan viejo, sabrá todas las respuestas El Pájaro, que sabía que don Torcuato le gustaba pensar que estaba en la flor de la juventud, comenzó a aletear furiosamente para crear una alharaca que no lo dejara oir aquella imprudencia de Cocori. Por Dios, llamarlo Viejo de buenas a primeras! al mismo tiempo le habló zalamero. Ah! poderoso don Torcuato, qué espléndido festin tuvo usted hoy le dijo, a pesar de que ya estaba harto de fibras de rana. Pasa a la página 14)
Pequeñas series Nuestros escritores Joaquín Gutierrez Mangel Joaquin Gutiérrez Mangel es uno de los grandes valores de nuestra literatura.
Nació en el año 1918; pertenece a la misma generación de Fabián Dobles.
Ha sido un trotamundos. Sus años en Estados Unidos, en Europa, la especialmente en Chile, le proporcionaron múltiples experiencias, pero nunca lo hicieron olvidarse de su país.
En su labor de escritor, ha alternado con otros trabajos como crítico, periodista, traductor, etc. Ha sido y es un magnitico ajedrecista.
Por radicar en Chile durante muchos años, la mayoría de sus libros fueron publicados primeramente en ese país y luego reeditados en el nuestro.
En 1937 y en 1938, respectivamente, publica dos libros de versos: POESIA y JICARAL.
Luego siguen sus novelas: MANGLAR (1947. COCORI (1948. PUERTO LIMON (1950. LA HOJA DEL AIRE (1968. En 1973 gana el premio de novela de ia Editorial Costa Rica con su obra MURA.
MONOS FEDERICO, publicada de inmedia.
to por dicha casa editora, y que constituyó un verdadero éxito de librería. principios de 1976, Gutiérrez Mangel es galardonado, justamente, con el Premio MAGON DE CULTURA, correspondiente a 1975. principios del presente año, se le dió uno de los premios literarios más prestigiosos de América: el Premio Casa de las Américas, de Cuba, por su novela. TE ACORDARAS, HERMANO?
Gutiérrez Mangel, después de la caída del Presidente Allende, en Chile, regresó a su patria. Aquí se ha dedicado, entre otras cosas, a impartir sus amplios conocimientos de literatura, en la Universidad de Costa Rica.
En nuestro Suplemento de hoy ofrecemos un fragmentos de su deliciosa novela para niños, COCORI, Premio Rapa Nui 1947. Estamos seguros que la muestra que publicamos, provocará en nuestros lectores el deseo de leer o releer esta maravillosa obra, reeditada por la Editorial Costa Rica y traducida a varios idiomas.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Joaquín Gutiérrez
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