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LA REPUBLICA. Marte 13 de noviembre de 1978 ¿Habla que el tiempo se lleva?
Joaquín Garro es un individuo que, siendo abogado, y a pesar de ello, camina por las sendas más disímiles del quehacer humano, y de ellas extrae el conocimiento que su estudio traslada al libro, para ofrecernos, de vez en cuando, ya un ensayo sobre política, ya una critica literaria, ora un estudio histórico, o, como en el caso presente, un interesante trabajo sobre linguistica. Dueño de una vena humoristica muy personal, Joaquín pertenece a la generación que le dio un vuelco a la historia política de Costa Rica, pero que también ha ido dejando entre periódicos ocasionales y letras sueltas, algunas de las más sabrosas páginas del humor criollo, tan perdido en los últimos años aparte de algunos artículos de Alberto Cañas, y que esperamos vuelva a florecer, si nos atenemos a la posibilidad de que La Piapia salga a ver la luz. hacemos mención del humor, porque entre palabra y palabra, cita y erudición, Joaquín deja caer deliciosas gotas de malicia, picardia y jocosidad, que definitivamente hacen de la obra un placer de lectura, y de algunos aspectos, dignos ejemplos del Diccionario Secreto de Cela.
pero, tal vez algún día decida ampliar el libro, y entonces valdria la pena que abarcara por lo menos el Valle Central, rico en coincidencias con el material que en la obra nos presenta. para que el autor vea el interés que ha despertado, le citaremos algunos términos muy usados en los campos de aquende el Ochomogo: Chingolo. sustantivo o adjetivo por vagabundo, dio el verbo chingolear y el sustantivo chingoleadera; dunda. tiene el sentido de abundante desde los tiempos de Aquileo: y que anda dunda la leña. encohetado (por qué no encuetado. también se empleó como embriagado. espanto. aún hoy forma la frase adverbial de espanto, cuyo significado en nuestro pueblo se puede aplicar a una moza muy guapa; gato se le dijo al hombre o mujer de ojos grises y hasta azules, por extensión al rubio o canelo. jícara fue rostro (darle por toda la jicara. julepe produjo la derivación julepeada, gastada, vieja, desvencijada, tal vez de tanto volar julepe como dice Joaquín; langaro fue mamalón, viejo relativamente. como lo empleo Aquileo en la respuesta de Domitila a Pedro Vindas en Modelo Epistolar. leva produjo un caer de leva, que era caer de tonto, no sé por qué analogía; meco eran los hoyos que un trompo hacía en el otro con su punta de clavo; moletas nos produjo el adjetivo desmoletado, sin dientes; orillero nuestros campos era el mejor peón, que paleaba la calle de la orilla, y a quien seguían los peones de menor calidad: pepa se le dijo a la semilla del chayote, que aunque el dicionario da pepita, entre nosotros debe tener una analogia non sancta; troteada también es vieja (una vieja muy trote ada. alcis se usó como robo, Marco Retana pero entre niños: alcis. decia el mamulón, y se robaba las canicas o chumicos; chocola. que será el título de mi libro de poemas para niños (anuncio gratis. era un juego de hoyos, pero los pobres lo hacíamos con guapiles de café, biscocho tiene el aumentativo biscochazo, golpe; bajera tiene un curioso infinitivo: DESBAJERAR con la desbajeradora, que consistia en cortar las hojas del banano con una cuchilla de asta larga: hubo un brete que era trabajo, tal vez por lo del cepo español o el aprieto en que se metia el que hallaba brete; hubo un cachazas que se aplicaba a cierta broza que producía el caldo de la cara al hervirse para hacer el dulce o melaza; otro cachazas o cachazudo fue el pacienzudo: candil era un chiquillo sucio (andás hecho un candil. concho fue primero campesino (posiblemente de Concepción, si nos atenemos a Aquileo)
rústico y grosero llegaron después; el cuchite de Cartago fue el cuchitas de la Meseta, cuitas, llorón, melindres.
en Sabemos que la intención del autor fue la de hacer una recopilación de los regionalismos o modismos del ambiente en que creció, sin ningún rigor cientifico que de ninguna manera deteriora el valor intrinseco del trabajo, pero que justifica el encierto que se siente al limitarnos al valle de Cartago. Decimos que se siente, pues hemos comentado con dos amigos la obra, y los dos coinciden en que pudo haberse ampliado el trabajo a escala nacional. Repitamos que no hay demérito en la investigación o en la exploración que se propuso el autor; por ahi podriamos seguir, pero se nos ha ido la mano. Digamos una vez más, que este libro es de gran utilidad, especialmente para los alumnos de lingüística; sin embargo, como muy bien lo dice la presentación que la Editorial hace del autor, es para todos, porque constituye una valiosa contribución al conocimiento de cómo hablamos y, por allí, de lo que somos. HABLA QUE EL TIEMPO SE LLEVA. GARRO, JOAQUIN Editorial Costa Rica. 1978. MI EPOCA Lucila Palacios (S. Mi época. Es frecuente el oírlo decir. Pero el individuo sitúa ese momento, el que le pertenece por derecho propio como ser humano, en los años mozos. De resto, parece que todas las demás edades flotan en el vacio. es un error. Mi época es todo el período vital que abarca el individuo, desde el nacer hasta el morir. la época hay que generalizarla además en lo que representa en la evolución del mundo. Por qué somos mjustos con la muerte? Las máquinas, los amplios medios de comunicación, incluso ciertos avances de la ciencia, cuánto constituye un adelanto en la actualidad, son denigrados. Se dice que desplazan al hombre, casi nunca se reconoce que lo ayudan. No pensamos en que hemos sido afortunados en llegar a esta etapa de progreso de la humanidad. Con frecuencia se piensa en el ayer y se establecen comparaciones. El pasado tiene sus encantos pero también sus grandes deficiencias. Con el hoy sucede lo mismo, es una inevitable Ley de la Naturaleza.
Cada vez que se oprime un botón eléctrico y se hace la luz o un torrente de armonia inunda nuestra casa, en el fondo del tiempo se proyecta la imagen del antepasado lejano en sus tinieblas rotas por el relámpago, a más cerca el abuelo y a la cerilla y el cirio conque alumbraba sus noches de placer o de pena. Ellos no pudieron disfrutar de estas cosas: lograr un alumbrado instantáneo, captar un concierto a millares de kilómetros de distancia, contemplar en la pantalla del televisor el acto público positivo o la hora dramática de la guerra, el conflicto o el triunfo nacional e internacional. Las noticias llegaban con tardanza, en cambio ahora se obtienen al minuto. Quizás la rapidez de la información agita el alma, produce angustia, pero sitúa a los grupos humanos al nivel de la realidad universal.
Lo que sucede es que el avance de los últimos tiempos ha sido tan vertiginoso que no ha habido hora ni espacio para una coordinación entre los hombres y los nuevos medios de que disponen. lo mismo acontece con la formación moral de las masas. No se ha logrado el equilibrio entre el mejoramiento espiritual de los pueblos y el desarrollo que han adquirido las cosas materiales.
Pero todos vivimos dentro de la órbita de la civilización contemporánea, compartimos los mismos beneficios y las deficiencias de sus normas de vida. Por qué entonces ha de circunscribirse el término Mi época a la juventud? Es que la fuerza del prejuicio se impone? Es que aquellos que ya llevan una carga de años se sienten al margen de la actualidad? Es cierto que la juventud es la edad más hermosa, por sus ilusiones, por su fuerza vital, por el empuje que proporciona a quienes la disfrutan, pero mientras el ser humano esté rodeado de todas las circunstancias y de todos los problemas, sacrificios y satisfacciones de la vida, mientras él exista y tenga que asumir responsabilidades y actuar como un cordaje de goce y de dolor, estará viviendo en su época y en ese lapso lo señalará el porvenir.
Cuando se acude a la historia puede observarse que el hombre del XVII, ya haya actuado a comienzos o a fines del siglo, es el personaje de aquella época. lo mismo sucede con todos los tiempos. Los regimenes tiránicos y los pueblos de vocación libre han ido desempeñando su papel y marcado con su sello los años en que actuaron asi sean largos o breves.
Nuestro Miranda en la corte de Catalina la Grande, en la revolución francesa o en la Carraca estaba aún cumpliendo con su destino. Nuestro Bolivar no podia reducir a Carabobo y a otros grandes triunfos su rol de hombre de pensamiento y de acción que se prolongó hasta el momento final de Santa Marta. Lo mismo sucede con todas las grandes figuras del mundo, pero los hombres comunes no escapan de este sino.
Es pues absurdo que se considere desligado del ambiente social porque su vida es prolongada y solo llama a sus años juveniles mi época.
Estar siempre en vela de este mundo, olvidando el verdadero destino del hombre.
Fray Nelson Castillo Valle, Deber y riesgo de hablar.
Nuestra vida, a semejanza de la de Cristo, adquiere una dimensión totalmente nueva y por lo tanto una visión distinta de las personas y de los acontecimientos Muchas veces hemos insistido, ha insistido la Iglesia en su predicación, que ya, por la muerte y resurrección de Jesus, no somos de este mundo. Nuestros pensamientos y nuestra actuación tiene que ser totalmente otra, nuestra dimensión abarca la intima unión con Dios nuestro Señ or. Lo que sucede adquiere un matiz distinto, nuestras miras están orientadas por la esperanza en las promesas de Jesus de Nazaret, hechas a la Comunidad creyente.
Hay unos cielos nuevos y una tierra nueva, que debe ser hecha por el hombre nuevo redimido por Cristo. Participamos de la sabiduría de Dios, de su propia vida, gracias a la entrega generosa del Hijo en favor nuestro. Asistimos a una serie de acontecimientos en la sociedad, que muestran una falta de sabiduria total, la ausencia de la dimensión de la justicia y del amor de Dios al hombre. Vive nuestra sociedad en la preocupación de las cosas El Evangelio nos habla de estar siempre preparados, ya que no sabemos ni el dia ni la hora. Tenemos que estar dispuestos a dar respuesta, razón de nuestra fe y nuestra esperanza, que es Cristo Jesus. La Iglesia no puede ser ajena a: Las alegrias y las esperanzas, el dolor y la angustia de los hombres. de los pobres y de los que sufren son las alegrías, esperanzas, dolores y angustias de los seguidores de Cristo. Dos Obispos de la Iglesia de El Salvador, ante la angustia y persecución que sufren, hablan, con la sabiduria del creyente: También es nuestra intención esclarecer una vez más la posición de la Iglesia ante situaciones humanas que, por su naturaleza, implican problemas económicos, sociales y politicos. Se repite que la Iglesia se mete en politica. como si eso fuese ya prueba irrefutable de que se ha desviado de su misión.
Pero aún más, se la tergiversa y calumnia con el fin de desprestigiarla y enmudecerla porque los intereses de algunos son contrarios a las consecuencias lógicas que de la misión religiosa y evangélica de la Iglesia se derivan a los campos humanos, economicos, sociales y políticos. esta misión profética de la Iglesia en el mundo alude también nuestra fiesta patronal cuando Pedro, testigo de la Transfiguración la compara con la lámpara que luce en la noche y a la que deben atender los cristianos para no ser seducidos por Tábulas artificiosas y opiniones del mundo (2 Pedro 1, 19. Sabemos, pues, que lo que tenemos que decir, como toda siembra del Evangelio, correrá la suerte de la semilla de la parábola del Sembrador: habrá quienes, auri con buena voluntad, no comprendan, por qué la miseria de los pobres y sobre todo de los campesinos les está lejana y tragicamente forma parte de una historia de su propio país a la que se han acostumbrado. Habrá también quienes oyendo no entiendan y mirando no vean (Mt. 13, 14. Habrá también quienes prefieran las tinieblas a la luz porque sus obras eran malas (Jn. 3, 19. Pero, gracias a Dios, estamos seguros también de contar con quienes honesta y valientemente acepten acercarse a la luz, no adaptarse a este mundo (Romanos 122. y quieran cooperar a los dolores del parto de una nueva creación (Romanos 22. Lo cierto, sobre lo que no tenemos duda, es que la Iglesia si quiere ser fiel a Cristo, tiene que dar testimonio y afrontar con sabiduria de Dios los problemas que afectan al hombre, al creyente, mi Reino no es de este mundo. pero es en el aquí y ahora de la historia del hombre donde lo continuamos construyendo, ya que el Maestro lo inauguro y nos marcó el camino a seguir Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.