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LA REPUBLICA. Miércoles de enero de 1979 Premio Nóbel argentino Dr. Salvador Leguiza Ginebra, como un homenaje a mi Patria, más que a mi persona. Asi respondió Carlos Saavedra Lamas, entonces Ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina cuando fue honrado, el 24 de noviembre de 1936 con el Premio Nobel de la Paz. Caracterizaba a Saavedra Lamas su espíritu universal, su inteligencia siempre ávida y alerta su excepcional formación humanista y su capacidad de negociador. La lista de cargos y honores que jalonan so vasta trayectoria haria tediosa este que pretende ser un escueto recuerdo de tan ilustres personalidades, de allí que omitiré muchas de ellas y tan solo destacaré entre otras funciones desempenadas, la de Diputado Nacional por dos periodos. Ministro de Justicia e Instrucción Pública, etc. esta trascendente actuación pública cabe agregar su no menos importante labor docente universitaria y además literaria. Atraido por las cuestiones de indole social, produce en el campo de la ciencia del derecho diversos y profundos trabajos sobre el Derecho del Trabajo y la Legislación Social. Su vasta obra no es el resultado de la aislación y la calma del hombre que medita en retiro sino todo lo contrario. En 1933 preside la Delegación Argentina a la VII Conferencia Panamericana de Montevideo, época febril en la que dirime el sangriento conflicto de la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia. Se dá tiempo para presidir la Conferencia Comercial Panamericana de 1935; preside también la última Asamblea de la Sociedad de las Naciones (antecedente de la actual y preside también la conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz Señalé anteriormente de la vocación humanista de Saavedra Lamas y puede afirmarse que fue esa virtud prodigiosa la que volcó totalmente en lograr el fin de la fratricida Guerra del Chaco, y de ese modo, ahí donde habían fracasado los esfuerzos de la diplomacia formal, triunfó Saavedra Lamas con su tesón, racionalidad e inteligencia. El 12 de junio de 1935 se firmaba el protocolo de paz Boliviano Paraguayo y un año después se otorga a Saavedra Lamas el Premio Nobel de la Paz por su magnífica gestión conciliadora. Otra de las razones que justificaron el Premio Nóbel conferido a Saavedra Lamas también estuvo estrechamente ligado al de la Guerra del Chaco y fue precisamente la doctrina por él establecida, de enorme repercusión mundial conocida como Pacto Antibélico o Doctrina del de agosto, doctrina consagrada en el tratado firmado entre Argentina y Brasil que consagraba la conciliación obligatoria y el arreglo pacifico de todo conflicto. Puede señalarse que por aquellos azares de la vida o tal vez por una tradición familiar de la que el distinguido fue consecuente. Saavedra Lamas revitalizaba de esa manera uno de los pilares básicos de la doctrina revolucionaria de Mayo, alentada por su bisabuelo Don Cornelio Saavedra, Presidente de la Primera Junta de Gobierno de las Provincias Unidas del Rio de la Plata que también en su momento proclamó la abolición del derecho de conquista y sentó las bases de un nuevo derecho de gentes.
CARLOS SAAVEDRA LAMAS: 1936. Me complazeo en interpretar la distinción de que he sido objeto, asi como lo hice con mi designación para presidir la Asamblea de Las opiniones que contienen los artículos que se publican en esta página, son las personales de qulenes los firmany no coinciden, necesariamente, con las del periódico.
Recuerdos de Washington, y de la mancomunidad filipina Manuel Antonio Bonilla Quirós.
Cuando en el año de 1939, en Washington, Distrito de Columbia) capital de Norte América, florecían los cerezos ja poneses, era porque había cambiado la estación. era entonces, cuando, a las márgenes del rio Potomac y muy especialmente a la vera de Heins Point acudían en tropel y presurosos, los melómanos: quienes venían a mirar casi extasiados a los cerezos florecidos y a los sauces llorones; ignorando algunos sobre todo los más jóvenes que esos cerezos eran un regalo anterior a la guerra del 40, que estaba por venir. y que habían sido un regalo del Japón. era en esa noches claras, de clima moderado y agradable, en qué con la luna al fondo reflejada bellamente sobre las quietas aguas del río, cuando como azuzados por la idea de una conjura nos reuníamos todos; cada quién con su pareja, a escuchar, tendidos sobre el pasto, la voz maravillosa de Marion Anderson: la negra impresionante y famosa, quién, con su voz inimitable y su silueta de azabache, nos cantaba desde una tarima móvil y flotante, que oscilaba y se agitaba, impulsada por la mansa corriente del rio, y por una que otra ola saltarina y espumante que se deslizaba, en burbujas, hacia la gris arena de la playa. mientras el río reverberaba y el aire fresco que venia del mar y la ribera silbaba suavemente a través del jardín y del bosque tenuemente iluminado, para hacerlo más atractivo y placentero a los amantes; nosotros escuchabamos: en silencio profundo y azorados, la voz maravillosa de la gran cantante; sus sonatas y gorjeos; su cálido timbre: incomparable y prodigioso. los dulces tonos de la orquesta, que la brisa fresca nos traía como un murmullo misterioso y lejano nos hacia pensar, muy seriamente, en todo aquello qué, la vida tiene, de bello y agradable. fue ahi, en aquel coloquio musical y chispeante, donde, por primera vez en nuestras vidas, conocimos y nos relacionamos con gente de las Filipinas: de Manila, de Luzón y Mindanao. Relaciones qué, con el trato diario y más frecuente, nos abrieron las puertas de un mundo nuevo e ignorado: el mundo fascinante y misterioso del Oriente. conocimos a esta gente en una de sus tres épocas de transición más importante. Porque después de su alejamiento e independencia de España, habian caido en la órbita norteamericana; de la cual ahora (anio de 1939) y con el consentimiento tácito de sus nuevos amos se estaban preparando, en Massachussetts Avenue, para convertir, a la hasta en ese instante Mancomunidad Filipina. en la rutura e independiente República de las Filipinas, o de Las Islas. término casero con el que ellos se refieren a la totalidad del Archipiélago. es que la historia de la lucha por su independencia. cosa que nosotros no sabemor habia sido cruenta y dura, para no decir heróica.
Descubiertas estas 000 y tantas islas por los españoles, hicieronse sorpresivamente populares y famosas por un hecho insólito y malvado: la muerte cruel y absurda de Magallanes: pasando de subito, de su independencia nativa y querida: de su religión amada y primitiva, y de su lengua natural, el tagálo. a ser posesión de España; a practicar un catolicismo impuesto; y a cambiar su monosilábico tagálo. por el español como idioma oficial y permanente: aún cuando conservando ellos, en familia como suelen hacerlo los pueblos sometidos su religión, su lengua y sus ansias de libertad e independencia. cuando allá por el año de 1896 comenzaron las nuevas generaciones filipinas a rebelarse y a consolidar su cada vez más creciente movimiento separatista, vino la guerra de España y Norte América. cuando España obligada por la guerra contra los norteamericanos en Cuba vióse obligada a ceder a éstos la totalidad del Archipiélago, hacía ya mucho tiempo que José Rizál, el héroe de la independencia filipina, había sido ahorcado por los españoles y, que, su sucesor, Amarildo, habia seles rendido, combatiendo, a los norteamericanos Es por tal motivo que inclusive en el momento actual el ciudadano filipino es, hasta cierto punto, un hombre confundido y a la expectativa. Pues en el breve plazo de más o menos 60 aflos, ha tenido que cambiar violentamente tres veces de religión; tres veces de idioma, y tres veces de nacionalidad. podríamos hasta decir imitando a Darío que hoy le reza a Roma; piensa en tagálo. y habla en mal inglés. Para colmo de males, y para agravar aún más las cosas: la derrota norteamericana en Vietnam les tiene inquietos. si Vietnam del Norte o la China Comunista se apoderaran de la totalidad de la Península de Indochina. Qué pasaría con Filipinas. Bajo la órbita de quién estarian. Tendrían que aprender las futuras generaciones un cuarto idioma. Tendrían que aceptar, forzosamente una nueva religión: la del Estado. cuál seria de las dos si hay disyuntiva su más próxima y futura nacionalidad. Futuro miserable. para un pueblo tan sufrido y tan digno.
Es por ello que al pensar en estas cosas desagradables y tristes debemos recordar, para suavizar el drama y la tragedia, en la anécdota sutil de Sebastián Ugarte: nacido en España, criado y educado en Filipinas, pero cuyo idioma y nacionalidad oficiales eran, necesariamente, dictadas y ordenadas desde Washington, aunque su religió venia de Roma.
hablaba Muidamente cuatro idiomas. y autor de una maravillosa novela inédita: Vida e historia de una mujer cualquiera. cuyo original, curiosamente, tengo a buen recaudo, y muerto trágicamente en un accidente de aviación, vióse obligado, en ausencia de su jefe, a preparar y a convertir, a breve plazo, lo que habían sido las oficinas de la Mancomunidad Filipina. en Massachussetts Avenue la famosa Avenida de las Embajadas. en lo que habria de ser la sede de la nueva y tantas veces anhelada Embajada de la República de las Filipinas. cuentan que, para ello, instó Ugarte a un electricista norteamericano que ahí trabajaba, para que le colgara varios cuadros de motivos y paisajes filipinos, y uno muy especial y de mayor tamaño el de José Rizál, el héroe por derecho propio y por consenso unánime del pueblo filipino; el conductor de mil batallas en la cruenta fucha contra España y el poder español: el héroe de los primeros alzamientos y revueltas: la figura adorada y sefera de la independencia de Las Islas. Pero el electricista se negó. se negó rotundamente, aduciendo, qué, por ser el miembro del Sindicato de Electricistas. y no del Sindicato de Cuelga Cuadros. no podría jamás hacerlo. que no queria lios! Convencióle pacientemente Ugarte; pero, al estipularse el precio. que el electricista puso por las nubes discreparon de nuevo. fue entonces según cuentan los presentes, cuando Ugarte estalló y ya fuera de control, volvióse rápidamente hacia Barreto, secretario de la Mancomunidad y que hablaba un ingles impecable, diciéndole en tagálo. oye, tu, Barreto, dimele a este hijo de perra, que jamás pagaré. lo quiera Dios o no lo quiera 100 dólares por colgar a Rizál. die también para que no se le olvide nunca que mis abuelos españoles y los tuyos, lo colgaron por nada. si hoy relatamos estas cosas, intrascendentes y triviales para muchos, pero quizás apenas para otros. es por el hecho simple de, que, en mi reciente viaje a Europa y en Madrid, precisamente conoci de nuevo a muchos filipinos que record abam por haberselas oido mencionar a sus mayores, estas viejas historias de Washington, de la Mancomunidad Filipina y de su independencia; a la cual. por sus actuaciones brillantes, el nombre de Sebastián Ugarte estaba muy ligado y muy unido.
Por otra parte, uneme a su memoria grata, el hecho de ser el depositario de su novela inédita; y más que nada, por el afecto y simpatia que Ugarte guardaba y tenía por Costa Rica; de la cual fue Consul General en Manila, cuando a raiz de nuestra revolución del 48 un grupo selecto de amigos, le hicimos esa tan pequena, pero tan merecida distinción. Distinción, qué, allá, desde tan lejos, en su querido Archipiélago, el jamás olvido.
Cuentan que Ugarte, Dr. en Leyes de la Universidad de Manila: diplomático distinguido; hombre clave en las negociaciones de la independencia de su patria; que Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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