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LA REPUBLICA. Vlerna 26 de enero de 1979 PENTAGRAMA EDITORIAL Los grandes ausentes El Gobierno tiene encima una ventisca.
La monilia. los trabajadores, según el diputado Mario Devandas, las cocineras de Asignaciones y Liberación, quieren armarle una semana santa al presidente Carazo.
La idea es que no duerma, que viva con los ojos pelados, temblor en el pulso, Indigestión y mal humor.
Con la monilia la cosa va en serio, porque ya agarró del pescuezo a 500 hectáreas de cacao en el Atlántico.
con Si se la deja correr, nos quedamos sin chocolate.
Lo demás está por ver, salvo el parto en que Liberación acusa al Gobierno de la comisión de todos los pecados.
Que en las alturas comen chiquitos crudos es lo único que le falto decir al PLN.
El aguacero que se le vino encima al Sistema Nacional de Radio y Televisión Cultural es para montar carpa con doble techo.
Con el propósito de dar impulso a la idea de hacer de la educación vial una asignatura obligatoria y permanente en las escuelas, el doctor Roberto Ortiz Brenes convocó a los maestros a una conferencia que se celebró en el Hospital de Niños, lugar escogido para el acto para ilustrar, con casos patéticos de niños prácti.
camente desechos, la impostergable solución, a través de la enseñanza, del problema del creciente número de los accidentes de tránsito.
Sólo cuatro educadores se presentaron a la cita mostrando el interés que en ellos despertó la importancia del tema.
No basta para explicar la ausen.
cia de un mayor número de maestros el hecho de que se esté ahora en el período de vacaciones escolares. Más bien, por el contrario, la circunstancia de que los educadores no están por estos días sujetos a la obligación de cumplir con horarios fijos de clases, permitía presumir una nutrida asistenun acto que les permitiría profundizar en una situación que anualmente corta la vida de centena.
res de los alumnos que se confian a su cuidado.
El desinterés demostrado por los maestros y por el Ministerio que los dirige, del que no estuvo presente ningún funcionario, no quita un ápice a la importancia del tema que el doctor Ortiz expuso ilustrándolo con casos de un conmovedor dramatismo.
La educación vial es de la mayor importancia para los niños escolares, y su establecimiento como asignatura obligada en todo el primer ciclo de enseñanza, debe ser exigida por los padres de familia, porque de ella puede depender la vida de sus hijos.
Hace ya muchos años venimos El Dr. Oscar Agullar Bulgarelll tendrá que sudar para explicarle al país que no se está dando nacimiento a un monstruo.
envolviendo en montañas de palabras el gravisimo problema nacional de los accidentes de tránsito, y, lamenta.
blemente, nos hemos conformado con tan poca cosa.
Es urgente pasar ya de los propósitos a las realizaciones, y, entre ellas, debe estar una buena educación vial en las escuelas, como magnifico tino el doctor Ortiz lo propone, sin descuidar otras medidas de aplicación paralela, como son una mejor vigilancia en las carreteras y mayor rigurosidad en el castigo de los conductores imprudentes.
Irresponsablemente estamos despilfarrando recursos humanos que el país debe cuidar con el mejor de sus celos, no sólo en las vías públicas, sino también en los centros de trabajo, do los que salen, como consecuencia de accidentes, verdaderas legiones de minusválidos.
Las políticas de educación, de promoción humana, y de seguridad y de trabajo, deben combinarse resueltamente para rescatar de los accidentes al porcentaje de la población que hoy, al perderse inútilmente, cubre de dolor a los hogares afectados, porque la mayoría de esos accidentes no tienen su origen en la fatalidad, sino en la falta de educación y de previsión.
No deben cejar en sus propósitos ni el doctor Ortiz Brenes ni quienes lo acompañan en él. La ausencia de los educadores que no acudieron a la convocatoria que se les hizo fue, estamos seguros, meramente circunstancial. Ellos alentarán el intento, porque no hay sobre la redondez del mundo un maestro que no se conmueva frente al peligro potencialmente permanente en que están sus alumnos. los costarricenses los espantan los monstruos.
cia a les gusta que las cosas estén claras, translúcidas, diáfanas.
San José es una ciudad solamente apta para quelonios.
El tortugulsmo es la tónica.
La gente se mueve quemando poca energia.
Los automovilistas irrespetan la velocidad mínima ordenada por la ley, o sobrepasan la máxima como poseidos por el demonio.
Las oficinas públicas bailan la conga en cámara lenta. lo peor de todo a mirar a las radiopatrullas, y los radiopatrulleros que las conducen, congestionando calles y avenidas, causando problemas en las carretera y Armando los con esa manera de manejar a minima velocidad, con placidez de carro funebre, que ellos suponen es la que les viene mejor.
FALLECIÓ LA NIÑA.
MODA Si la Ley de Tránsito manda velocidades minimas bajo las cuales es prohibido circular, pues entonces las radiopatrullas deben ser las primeras en acatar la ley.
Los viejos verdes motortrados, que van a las cinco de la tarde a la Avenida Central a mirar muchachitas desde sus carros, son también de los que hay que meter en einturn.
En dos platos, que se agilice todo el mundo.
Que los dormidos se despleten.
Que los que roncan cierren la boca.
78 que venga el movimiento, la rapidez racional, la energia, la vitalidad.
lolo Como dice dona Conchita Oconitrillo: que se demuestre que en este pals la gente tiene vitaminas.
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