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Sacerdote guerrillero Por Tomás Castañeda González Las sombras eran impenetrables. La noche habla corrido hasta las veintiuna horas. En los abismos de la inmensidad, brillaban pocas rutilancias. La monotonia del silencio expectante, era rota unicamente por los graznidos y aletros de algunas aves nocturnas y la aguda barrena de los grillos.
Emprendimas lu marcha desde Querétaro, a las cuatro de la tarde. Nuestro guia era un indio chapaneco y regordete, de cara rellena protegida por el ala amplia de un sombrero copudo de palma. Sus ojos intensamente negros nos conducian con seguridad felina en la oscurana envolvente. Su cuerpo nutrido con la fuerza del maiz, iba cubierto, con ropas de fibras de Henequén y sus pies, calzados con caites de cuero de tapir. las seis nos detuvimos en la finca de unos simpatizantes del movimiento, objeto de nuestra curiosidad.
Eramos cronistas de El Amigo de la Patria, de Guatemala.
La dueña de la estancia nos recibió afablemente. Su color mestizo de bronce, daba a su hermosura femenina un toque de acabado perfecto. Las enaguas le caian hasta los tobillos, realzando su estatura elegante. Su largo delantal nitidamente blanco, era delicado gracias a los dibujos europeos de su bordado. Dos hermosas trenzas negras, al moverse ella, retozaban sobre sus pechos aún no exprimidos por la maternidad.
Cenamos en el comedor de la familia. Luego proseguimos a pie. Nos internamos por veredas que se deslizaban entre tupidos bosques. las nueve arribamos a la hacienda de don Pedro Aguirre. Sumergidos en la oscuridad, se movian algunos bultos. Eran soldados bien pertrechados, que resguardaban los contomos de la casona de adobe y tejas con amplios corredores y portales de la colonia. Ceferino, nuestro baquiano, se acercó al guardia de la puerta principal, quien nos anunció. Salió a recibirnos un hombre amable, que caminaba cerca de los cincuenta años.
Su ascendencia curopea era evidente, por la barba entreca na que poblaba su tez. En la penumbrosa sala, unos hombres trataban asuntos trascendentales, sentados en sillas de cuero labrado y respaldares altos, alrededor de una mesa grande de cedro ovalado. Nos invitaron y los tres cronistas nos sentamos a su lado.
La asamblea se alumbraba con candelas de ocote puestas en candeleros de guayacán empotrados en el adobe de las paredes. Escuchamos la parte última del discurso de uno de los concurrentes. Yo dejé a mis seres queridos: mis padres, hermanos, esposa e hijos, sumidos en un mar de lágrimas inconsolables, porque deseo para ellos una suerte mejor que la nuestra. Adelante compañeros: primero muertos que esclavos. Viva la Independencia!
En el salón resonaron cálidos los aplausos de los presentes. Del extremo izquierdo de la mesa, se paró serena y firme la figura de un hombre de cincuenta y siete años, cuya escasa cabellera blanca daba a su rostro adusto, la seriedad de un individuo acostumbrado a tomar decisiones, sólo después de profundos pensamientos. Comenzó pausadamente. Mi conciencia sacerdotal desmenuzb la paz que podria tener, si cerrara mis ojos ante las injusticias que destrozan hombres y haciendas, cometidas por extranjeros y criollos en nombre de Fernando Sétimo y de Dios. Cristo se inmolo por la libertad de los hermanos. en los atropellos cometidos contra los indios y otros nativos, se involucran sacerdotes seculares y frailes de Ordenes religiosas que predican evangelios que acrecientan su bienestar y sus dominios. No pudiendo permanecer indiferente, tomé la bandera que hoy empuño con ustedes. Si en la lucha me corresponde morir, muero por la libertad de mis hermanos y mi tierra. Vivan mi pueblo y la Independencial Vibraron los ritores emocionados del auditorio. Las sombras de los patriotas flotaban al vaivén de la lumbre de ocote. la una de la madrugada concluyó el Padre Miguel Hidalgo y Costilla. Unas mujeres nos sirvieron una bebida humeante extraida de la pulpa de mamey, la cual nos dio energias para permanecer atentos hasta el acuerdo final de aquella madrugada de agosto de 1810.
Padre Hidalgo inició su lucha en Guanajuato, en el Municipio de Dolores. marchó triunfante hasta el Monte de las Cruces. Obtuvo el grado de Capitán General. Por la misma época, al frente de un ejército de indios y mestizos se batió contra la explotación y la esclavitud, el Presbítero José María Morelos y Pavón. El éxito de sus combates llegó hasta 1813. Ambos sacerdotes guerrilleros fueron fusilados por las hordas de la tirania. El primero en Chihuahua. El segundo, que partió de Chilpancingo, en Tesmalaca. La cabeza del Padre Morelos estuvo colgando durante tres dias en la plaza del pueblo, con el fin de amedrentar a las tropas de los insurrectos, que no detuvieron su actividad.
La opción del sacerdote guerrillero, arranca de las entrañas mismas del Evangelio de Jesús. La caridad evangélica es una acción dinámica en favor de los hombres sin voz ni historia. Cristo, sentado también alrededor de una mesa grande, bajo la lumbre de lámparas de aceite enseñó a sus seguidores. Nadie tiene más amor, que el que da la vida por sus amigos. paso del Hijo de Dios por el tiempo, encarnó un compromiso histórico. Su misión profética lo llevó a ser testigo de la verdad, hasta el extremo de su martirio.
Autorizado por su pasión formuló la respuesta que dio al cónsul romano, la noche que inició su camino al Calvario. Para esto nací y para esto vine al mundo; para declarar como testigo en favor de la verdad.
Su doctrina es un testimonio palpitante, que compromeLA REPUBLICA. Martes de abril de 19799 te cada vez más, al sacerdote latinoamericano. El clamor de Cristo fue denuncia constante y anuncio permanente contra el latrocinio, la explotación, la violación de los derechos humanos cometidos por los ostentadores del poder económico y politico religioso de su pueblo.
Ustedes los fariseos y doctores de la Ley, son una caterva de hipócritas. Por fuera aparentan estar limpios.
pero en su interior están llenos de rapacidad y malicia.
Ponen sobre los demás, cargas que ustedes mismos no pueden llevar. Pagan el diezmo, pero pecan contra la justicia y el amor de Dios. Roban los bienes de los huérfanos y las viudas; y apedrean y matan a los Profetas. Ninguno de ustedes escapará al juicio del infierno.
Enfurecido Herodes por esta predicación, le envio agentes de la seguridad nacional. Sal de aquí y vete lo conminaron. porque si no.
Herodes te matara. Díganle a ese zorro. les replicó sin intimidarse que continuaré mi camino, hasta el término de mi bra Los verdaderos discipulos del Señor, toman posiciones en el momento preciso, mentalizados y capacitados para no temer. ustedes los aborrecerán igual que a mi. los perseguirán porque el discipulo jamás está sobre el maestro.
Se los digo, para que cuando llegue el momento, su fe no sucumba.
sacerdote tiene que ser Profeta. Te destiné a ser Profeta de las naciones. Arrancarás derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás.
Vé y diles a los terratenientes, a los patronos, a los abogados, a los médicos, a los gobernantes. que mejoren su proceder y sus obras y hagan justicia a todos. Que no opriman a los extranjeros, al huérfano y a la viuda. Que no manchen la tierra con sangre de gente asesinada.
El contexto de América Latina obliga en conciencia, como a los de ayer, a los Sacerdotes de hoy, a correr cualquier riesgo por participar en la transformación de la realidad de injusticia y crimen institucionalizado. La carta del Padre Gaspar García Laviana, caido er combate recientemente en Nicaragua, manifiesta la tribulación existencial de una conciencia sacerdotal y humana, semejante a la sentida por el profeta Jeremias. Me duele el corazón. Me palpita fuertemente. No puedo callar al oír el toque del clarin y el estruendo de la guerra.
Los poderosos gritarán manifestándose como cristianos devotos, igual que los que gritaban ante Pilatos creyendose bue nos hijos de Dios. Que muera. Que muera. Que muera! Es un agitador y sublevador del pueblo.
Pero no saben que Cristo los preparó para la eventualidad.
No teman que los maten por la justicia. Los sustentadores del sistema, al asesinarlos pensarán que están haciendo un bien a Dios. Mas se equivocan, porque matando su cuerpo, nada podrán contra su espíritu, el cual quedará escrito para siempre en los cielos.
El Sacerdote comprometido sabe que después de su Viernes Santo, tendrá como Cristo, su domingo de Resurrección.
Las opiniones que contienen los artículos que se publican en esta página, son las personales de quienes los firman y no coinciden, necesarlamente, con las del periódico.
Notas y más notas Mi querido mentiroso Alejandro Bermúdez Mora.
Querido mentiroso de Jerome Kilty lleva ya casi seis semanas en el Teatro Arlequín, cosa más que halagadora para los que han trabajado en el montaje de esta obra.
La figura de Gerge Bernard Shaw. figura legendaria, nos parece, en la historia del teatro. y su correspondencia con la genial Estela Campbell sirvieron de base a Kilty para entretejer una trama sumamente interesante, de la cual se desprenden aspectos muy conspicuos. primer problema que se le presenta a quien pretenda construir un drama con los datos y rasgos emergentes de una relación epistolar, es pasar formalmente hablando el grafos, y su carga emotiva, a nivel literario sin que por esto pierda, o vea disminuido su carácter dramático, o en sentido más amplio, su carácter teatral; y Jerome Kilty lo logra en forma plausible. Sin lugar a dudas no es cosa sencilla seleccionar los puntos que han de conformar la estructura de la obra, puntos extraidos de simples cartas e imprimirles congruencia y armonía, fuerza y empuje, unidad El asunto se toma más complejo si reparamos en que el autor no sólo debe seleccionar elementos sino también interpretarlos de manera objetiva, cuestiones estas que en otra laya de dramas se presentan sin tanta complejidad y en grado menos superlativo.
Es curioso notar cómo el drama arranca desde posiciones antropocéntricas, en el sentido de que Shaw y Estela Campbell son presentados aquí en su total dimensión y no únicamente en facetas aisladas; la obra no presenta un hecho determinado, lo que presenta es la historia misma de dos vidas por lo que el hecho gravita en tomo a la existencia de estos dos personajes. usamos convencionalmente el áltimo término Las angustias experimentadas por dos artistas como lo fueron Shaw y la Campbell, en ningún momento discrepa con el sufrimiento que pudiese sentir alguno de nosotros, las únicas discrepancias son dadas por la circunstancia y por el grado de afectación, en lo demás el dolor, bien se sabe, es común denominador.
No son seres míticos y legendarios recubiertos por el lustre de la fama y la celebridad los que presenta Kilty: es la vida cotidiana de dos personas cuyo ámbito de trabajo era el teatro, y como personas las vemos en Querido Mentiroso, cuántas veces el espectador olvida que el actor de teatro es alguien más con ambiciones, sueños y desengaños.
Este enfoque tan singular acerca, en forma inconsciente, al espectador hasta los bordes de la emoción por la que atraviesan los personajes, lo identifican incorporándolo al movimiento de la obra teatral; lo convierten en espectador activo relegando toda pasividad.
La mecánica del drama, parte activa de la obra dramática y por tanto transformada luego en obra teatral por efecto y acción de esta mecánica, exige gran habilidad de parte del director, que en este caso resolvió, con mérito los embrollos propios de este aspecto, y no menos dedicación de los actores.
Como laboratorio. o experimento. para poner a prueba la capacidad del artista, la obra no puede ser más optima: mantener diferentes actitudes en regulares interva.
los de tiempo y durante casi una hora y media frente al público, demanda una capacidad rayana en el histrionismo puro y verdadero; no podia quedar más demostrada la indiscutible calidad artistica de Marcelo Gaete. quien interpreta al vegetariano Shaw. y Sara Astica. quién le da vida a la muy temperamental Estela Campbell; calidad que ya tiene múltiples antecedentes en nuestro país.
Aunque el manejo de la temporalidad es lineal. la obra en los 35 anos, aproximadamente, que duró la relación de Shaw con Estela Campbell. por tratarse de una acción prolongada durante esta notoria cantidad de tiempo, se requiere gran pericia para ir denotando los diferentes estados por los que atraviesan los personajes, incluso la temporalidad misma exige la acentuación de ciertas etapas, por ejemplo el envejecimiento, la visión del mundo en Shaw a medida que aumenta su fama y se acerca a la senectud, aspectos válidos también para Estela Campbell.
Al inicio del primer acto se pone al espectador en contacto con el mundo de la obra. esto es lógico y palmario. a través de la lectura de las cartas de uno y otro: uno perora y el otro finge leer, acto que establece un buen convencionalismo Si mal no recordamos, y este otro aspecto de singular interés en el acto primero viene muy implicita la creación de lo que nosotros creemos es un microteatro. ya señalado por Víctor Valembois en su articulo sobre esta misma obra.
Hay un juego doble, una reduplicación no repetición un teatro dentro del teatro: personaje actor, lo que no es más que el sentido inverso de la labor del actor dentro del teatro; es como ver las cosas, ya no de frente, sino detrás del espejo, dentro del azogue, lo que nos deja la imagen invertida. También en el último acto o segundo acto, y esto para pecar de específicos. se produce otro microteatro, el que no es más que la vida real trasladada, una imagen palpitante llevada por breves segundos.
Ya en las postrimerias vuelve a retomarse el tono epistolar, no tan marcado como en el principio, pero si bastante evidente, lo que puede considerarse como un fall ya que había sido planteado y no era necesario volver a No pasa por alto ver como Sara Astica, aparte cel vestuario que enuncia el pericitaje de la Campbell, precurs.
y lo logra, que el personaje pierda dinamismo y no vitalidad; luego Gaete sostiene muy bien la acción asta que la obra expira.
En cuanto al manejo del espacio. manejo impuesto por lo epistolar, ya que no hay un espacio definido y la obra se desarrolla más con coordenadas de tiempo que de espacio y que a su vez desecha la ubiquidad está muy bien logrado; el acercamiento, tanto como el distanciamiento, son precisos y no pecan de excesivos; Gaete conoce bien su radio de desplazamiento, lo mismo que Sara Astica, y la fusión de espacialidad. tal y como tiene que ser. adviene sólo cuando es necesaria; téngase en cuenta que ésto puede escapar al control del actor. Aqui no notamos fallos.
La escenografia es justa, no hay elementos que recarguen el lenguaje que debe crear la escenografia para apoyar el ritmo general; así pues no hay desbordes escenográficos que pueden desviar la atención del espectador.
Todo esto y más es Querido Mentiroso, de Jerome Kilty, interpretado magistralmente por Marcelo Gaete, y Sara Astica y con el sello distintivo de Lenin Garrido en la dirección.
Sugerimos se vea esta excelente obra cuanto antes: ya anuncian sus últimas funciones.
NOTA BENE: lo único que de veras nos apena es no haber podido obtener al atractivo afiche de esta obra; será arrancarlo de algún poste.
VALE Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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