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LA REPUBLICA domingo 22 de abril de 19799 El Seguro Social y las masas Ricardo Blanco Segura Cada dia con mayor frecuencia, hasta el punto de que casi no hay semana en que no aparezca en los diarios un articulo relativo al asunto, se habla de las fallas en que incurren quienes tienen a su cargo los servicios que presta el Seguro Social. Denuncias y críticas severas, entre las que se cuentan las publicadas en esta misma página por Juan Francisco Hemández y algunas de tanta repercusión como la del caso de mi recordado ex alumno Gerardo León Chinchilla.
Hasta donde el Seguro y sus médicos sean culpables, es dificil establecerlo, porque sentar responsabilidades siempre lleva implicito un total conocimiento de causa y es algo muy delicado. Para nosotros, el factor fundamental de todo esto es lo que con mucho acierto definió recientemente don Enrique Benavides como la masificación de los servicios médicos. Esa masificación que en todos los aspectos del quehacer humano ha venido a dar el traste con los valores To trascendentales e individuales, hasta reducir al ser humano a un número, a un camé o a una cédula. Conglomerado en que ya ni el propio nombre individualiza, sino que es el apellido antepuesto el que define dentro del rebaño. Esa es la tónica de esta decadente agonia del siglo veinte, no sólo en carilo relativo a servicios sociales, sino en los más vitales aspectos de la cultura, de la educación, de la economia, de la industria, etc. El propósito de nuestro tiempo no parece ser ya el de suministrar cultura a quienes deben y pueden apreciarla, sino llevarla forzosamente a las masas; utopia vana, porque la apreciación de los valores nace espontáneamente de los individuos que forman élites receptivas.
Inútilmente se ofrecerán conciertos o exposiciones a las multitudes porque nunca irán más allá de algo pasajero. La plebe seguirá prefiriendo la charanga y el cuadro de la nigüenta. Se pretende universalizar la educación y siempre serán unos pocos los que den resultados positivos y así en todos los campos en que la idea masificadora pretende metemos a todos dentro de iguales cánones.
En el caso de los servicios hospitalarios, la idea es en si misma excelente, porque pone al alcance de los menos afortunados lo que no podrían obtener por sus propios medios. Pero la afluencia cada dia mayor de pacientes imposibilita la debida y detenida atención del médico que, en otros tiempos, podia dedicar el tiempo que quisiera a sus clientes. Los propios médicos se han masificado y son seres casi anónimos, entre los que no se dan ya aquellos nombres célebres que formaron la legión de los Quirces, Grillos, Moreños Canas, Valverdes, Peñas Chavarrias, Agüero, Chacón Chacón y otros tantos de los cuales aún quedan López Varela, Trejos Escalante, Aguilar Bonilla, Cordero Zúñiga y, entre los más jóvenes, Gutiérrez Góngora y Edgar de la Cruz. Es algo muy parecido a lo que sucede en educación: miles y miles de maestros y profesores (a cuyo gremio pertenezco) pero entre todos ellos ni un Napoleón Quesada. ni un Gagini, ni un Omar Dengo, ni un Miguel Obregón o un Alejandro Aguilar Machado, último e indiscutible presentante de los grandes educadores costarricenses.
Personalmente y pese a la cotización obligatoria de muchos años, nunca he ocupado los servicios del Seguro Social; pero el año pasado a raíz de una caída en que resulté con un tobillo quebrado, pude experimentar la mortificante presencia de la masificación que estoy comentado. El accidente sucedió a las cuatro de la tarde y de inmediato fui llevado al Hospital San Juan de Dios. La experiencia no pudo ser más deprimente. Después de más de una hora de esperar sentado en unas bancas muy poco acogedoras, se me puso a hacer fila con unos veinte afectados de parecidas lesiones; todo, para darme una orden para que me hiciesen una radiografia. Después de otra larga espera, al cabo de casi dos horas no me daban el resultado. Rabiando del dolor, perdi la paciencia y le pedi a mi hermana que me levase de inmediato a la Clinica Bíblica. Qué diferencia!
Tuve la suerte de que me atendiera el Dr. José Miguel Castro Solano, amigo de la familia; inmediatamente me hizo la radiografia, me dio la triste noticia de que debía ser operado, al día siguiente me interne, me intervinieron a las tres de la tarde y un día después estaba en mi casa, enyesado y dispuesto a casi dos meses de reclusión, pero tranquilo.
Claro está que todo esto cuesta dinero, pero con gusto se paga con tal de no verse y sentirse rebaño, en medio de centenares de personas haciendo fila frente a una puerta, ancianos en sillas de ruedas, rostros compungidos, asistentes y enfermeros que van y vienen por interminables corredores y que lo hacen sentirse a uno parte infima de una masa amorfa. Es aquí donde uno se plantea el triste problema de la gente que, por falta de medios económicos, tiene que verse obligada a recurrir a esos servicios, aguantar el dolor y esperar que le llegue su turno para ser atendida. es aquí también donde surge la obligación del Seguro de atender digna y responsablemente a quienes, pobres o no, pagan obligatoriamente sus cuotas y por lo tanto son acreedores a un examen exhaustivo y a un diagnóstico certero. Para eso pagan y no porque formemos parte de la manada a que las ideas socializantes de nuestro tiempo nos han reducido, dejamos de ser personas.
Por mi parte y mientras mis medios me lo permitan, pese a la cotización obligatoria, seguiré recurriendo en casos de menor importancia a mis médicos particulares, si es que no llega el día en que los propósitos masificadores nos prohiban a quienes podemos disponer de vez en cuando de algunos cinquillos, escoger nuestro propio doctor. Mas como no hay que decir de esta agua no bebere. si alguna vez me veo en la obligación de ser sometido a una operación oa un tratamiento largo, de esos que son muy caros y de los cuales los amigos dicen Pobrecillo Ricardo, lo abrieron y lo volvieron a cerrar porque ya no había nada que hacer. porque generalmente el epílogo está frente a la capilla de Las Animas o en Jardines del Recuerdo, pues no tendré más remedio que aprovechar mis cuotas e ir al Seguro. y que Dios, en su infinita misericordia, me agarre confesado.
bil Les opiniones que contienen los artículos que se publiken en esta página, son las personales de quienes los fino y no colnciden, necesariamente, con las del periódico. El fenómeno contemporáneo de mayor bulto es la sustitución del individuo por la masa, por el número, por la especie. La politica de hoy está hecha también, como la medicina, para las masas.
Lo único es que esa politica no mata, aunque si embrutece.
Enrique Benavides Las golondrinas, el Seguro Social las camas Juan Francisco Hernández Al leer las declaraciones del doctor Alvaro Fernández Salas, presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social últimamente difundidas por la prensa en relación con la muerte de una señora en el Servicio de maternidad del hospital México. no sabemos si tomarlas a manera de hojeada a una tira cómica y reir, o si aceptándolas en serio, lamentarnos. El discípulo de Hipócrates salió a la palestra en defensa de la institución que preside, echó las campanas al vuelo y nos toca replicar. No resistimos al deseo de auscultar en el mare mágnum del doctor Fernández Salas, su nueva concepción del ser humano, diz que inspirada en la justicia social cristiana, con la que trata de enaltecer ahora los servicios del Seguro Social. Deletémonos con los malabarismos del doctor Fernández Salas. Vamos a resumir sus argumentos.
Muchas veces la venda no debe aplicarse a la herida sino a la vista.
Los asegurados no han establecido ningún sistema de publicidad. Unicamente han querido que se les oiga como debe ser. Empero, no hay duda de que dos millones de quejas individuales, constituyen un sistema. Por otra parte. cómo es posible que un país como el nuestro que tiene un poco más de dos millones de habitantes tenga toda la población enferma? Esta es una observación que hacemos según las declaraciones del presidente ejecutivo de la Caja.
Conclusión: Ha sido más importante para la institución manipular tarjetas y clasificar seres humanos que preocuparse por la salud del paciente.
Una prueba palmaria de que el señor presidente ejecutivo de la Caja habló a los periodistas sin meditar en ulteriores apreciaciones es el hecho de que se dejara venir con frases como esta:. el seguro maneja siete mil CAMAS. Que nosotros sepamos, una cama solamente se puede manejar si tuviera un motor, lo cual constituiria un avance tecnológico para cualquier país del mundo. Cómo nos traiciona el subconsciente. o la conciencia!
En una institución que presta servicios a dos millones de habitantes es lógico y normal según palabras de su presidente ejecutivo que se produzcan casos de disconformidad, por lo cual algunas quejas no le restan méritos a su cometido. Salidas de esta naturaleza ofrecen material hasta para una antologia del humor, con frases como una golondrina no hace verano. mal de muchos consuelo de tontos. y no seguimos porque la lista es interminable.
Un maestro de filosofia nos decía que el animal estrena su animalidad todos los dias. Qué gran verdad dic ha en tan pocas palabras. Tendrán en cuenta este concepto los profesores que enseñan en las rescuelas de medicina?
El origen de la desconfianza en los usuarios es más grave de lo que a primera vista parece. Recordemos, por ejemplo, que hace poco tiempo el personal para médico de la Caja, estuvo en huelga, a fin de obtener un aumento de sueldo, pretensión que no logró en su totalidad. la institución mencionada, echó manos, precisamente en contra de su personal, de un recurso que reputa como Docivo: la publicidad abultada.
Nos parece que el doctor Fernández Salas, no habla en serio cuando menciona un crecido número de pacientes y usa una frase tan rara sobre el empleo de la cama. nos faltan unos cuantos dedos de frente o el tiene un cerebro sumamente filosófico. Si partimos de la premisa de que la mayona de los seres humanos nacemos en una cama, pasamos la mitad de la existencia en ella y al final de la vida nos sirve de lecho mortuorio, se puede afirmar que nuestra esencia es nacer, comer, vivir y morir en una cama. Qué fatal destino doctor Fernández Salas, se lamenta de que algunas veces se les de publicidad abultada a ciertas. situaciones desfavorables dentro de la institución, porque ese sistema стса una situación de desconfianza en los usuarios. Dios bendito, que lógica la de los galenos!
En La República del de abril del año en curso leemos las siguientes declaraciones del Presidente de la nación. ahora lo más importante será la persona y después la tarjeta. Se le dará prioridad absoluta a los pacientes, las investigaciones verdrán después. el médico atenderá al ser humano, sin clasificarlo en asegurado o no. los pobres que nacen y mueren en el suelo no les queda derecho a la compensación. Tienen una existencia que es algo asi como una sinfonia inconclusa. Dicho en Véxico tico, lo único de que tal vez lleguen a disfrutar son las camas verdes. los que mueren de pie? Vaya preocupación. Cuál genio ha dicho la última palabra?
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    Omar DengoSeguro SocialStrike
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