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LA REPUBLICA, Jueves 14 de febrero de 1980 11 Don Cristián Marco Retana extrañ os, y curiosos. Un día pedí trabajo en un Dry Cleaning. Mi esposa y mi hijo recién nacido necesitaban comer; yo, necesitaba sobrevvir. Estudiaba en la Universidad por las noches, y la vida era bien dura. El patrón era un hombre joven.
Y, un sábado por la tarde, después de la semana de trabajo, fuimos a la taberna de la esquina a tomarnos una cerveza.
Allí, como siempre, se habló de todo, hasta caer en el racismo. Mi joven patrón se encolerizó cuando defendi a los negros. Yo no sabia quién era mi joven patrón, pero luego supe que era hijo de Cristian Rodríguez, aquel admirado maestro que desde Nueva York me daba lecciones de lenguaje. supe también que algún día fue atacado por unos negros en Harlem, y que desde entonces mi maestro había sufrido una lesión en la columna que lo hizo sufrir el resto de su vida. No cambié de actitud respecto a los negros; bien pudo ser atacado por un blanco, pero comprendí a mi joven patrón.
Muchos años después apareció por Puntarenas, cuando yo empezaba a enseñ ar en el Liceo Marti. Se metía a las aulas; lo mismo daba una lección de matemáticas que de ciencias; lo mismo de españ ol que de filosofía. Como yo no me atrevia a dar la lección delante de él.
aprovechaba, apenas lo veia, para acribillarlo a preguntas y que mis alumnos aprendiesen. Una vez lo visité en su casa de Moravia con un amigo que quería conocer acerca de una especie de patos. Durante dos horas nos habló como de doscientas especies. Una amiga lo visitó para consultas acerca del idioma, y llegó sonrojada a mi casa pues la puso a traducir unos párrafos non sanctos del latin al español.
Al fin y al cabo ella estudiaba filologia, y estaba guapa; además, tenía muy buen palmito, como gustaba afirmar el viejo. Un día escribió auditorio en vez de sala de conferencias; cuando le reclamé, me dijo De por si ahorita la Academia lo acepta. me quedé pensando que iba a hacer yo con todos los anglicismos, el dia que la Academia los aceptase.
Hace unos días supe que murió. No me tomó de sorpresa, porque el sabio viejo se había ido muriendo a poquitos. Sus ojos se le habían ido velando, como al maestro Borges allá en la Argentina de sus milongas. para que la vida, si hay que verla con lupa? Su cuerpo, tieso como una varilla de hierro, buscó la horizontalidad de lo eterno. Al fin logró saber si había Dios.
Al fin halló la verdad que tanto le preocupó.
Me tocó entrar en contacto con este viejo mujeriego y ateo, cuando ya los recuerdos inmediatos se borran para dar paso a la lejana juventud o a la perdida niñ ez. De allí que nunca me recordaba, aunque se dedicaba a relatarme pormenores de sus an os mozos, con una claridad de detalles como si los viviese alli mismo. Secretos que la ciencia no ha explicado. Será esa especie de invaginación que nos regresa al útero, ahora transformado de liquido amniótico en humus. Será cierto lo de la segunda niñ ez, que los que saben tanto ahora, llaman tercera edad? Sea como fuere, este viejo buldog, se las había arreglado para revivir sus buenos tiempos, que en cualquier época, son los de niñ ez y juventud.
Tuve conocimiento de él desde aquellos añ os en que enviaba articulos al Diario de Costa Rica. Desde entonces fue mi maestro por correspondencia. De él fut aprendiendo el respeto por el idioma y el horror al anglicismo. Los caminos de la vida son Apuntes de derecho en el México prehispánico taba, su castigo consistia en reponerla con otra esclava, si enfermaba, debi a pagar sus curaciones.
Se daba mucha importancia al ascetismo y a la abstinencia sexual pues eran muy apreciados, así como la fortaleza fisica, el valor en la guerra para los hombres la obediencia y el cuidado de los ritos de los dioses para todus.
Sin pretender entrar a realizar un estudio profundo sobre el Derecho en México prehispánico, y a titulo de información y divulgación me permito exponer algunos conceptos juridicos.
En materia de derecho penal algunos códigos establecian cuáles eran los delitos y cuáles eran las penas. Teogomia 9. El que cortaba las mazorcas que aún no estaban maduras era ejecutado. Los autores de robo dependi a de lo robado pues el castigo era en convertirlos en esclavos hasta ejecutarlos. El deudor que no pagaba era hecho esclavo. El ſuerte castigo que acarreaba embriagarse estaba plenamente explicado por ellos mismos ya que al hacerlo perdi an el juicio y come ian mayores pecados Sahagún 11. 06. Todos los delitos de orden sexual eran castigados con la muerte. Al padre que viola a la hija y a ella por sofocación. Pena de muerte por garrote al incestuoso con la hermana. Pena de muerte por lapidación a los adulterios. los mentirosos a los escandalosos y a los alcahuetes. los mentirusos Los padres inculcaban a sus hijos e hijas lo valores de la modestia, honradez, castidad y se recomendaba moderac ón en el sexo aun entre casados.
El homosexualismo era castigado ya que ponia en peligro el orden social, Por Lic. Ricardo Mpyap Sanclemente reincidentes se les hundi a un poco el labio. Si un hombre teni a relaciones con una esclava impuber y ésta acepFinalmente cabe recordar lo que decia Zurita Breve Relac ón de los señores de la Nueva Espana) Son muy sulridos y ninguna cosa basta los turba ni los altera. Son de suyo muy sujetos y corregibles; y si les reprenden a se les rin e por algún vicio o descuido están en gran humildad y atene on.
Los chapulines de Chapultec José León Sánchez de la gente ahí donde se inicia Curridabat y termina San Pedro. por eso un dia de tantos a una institución se le ocurrió cambiar el destino de Los Chapulines y asi dar final para siempre a la tuguriada. hasta aqui se hubieren quedado las cosas a no ser que alguien se le ocurrió darle un nuevo nombre al barrio donde la gente de Los Chapulines iban a vivir.
Desde hoy en adelante se ha de llamar CHAPULTEPEC porque, dijeron los que saben era un nombre más bonito y además quería decir lo mismo.
El laureado escritor don Enrique Benavides de inmediato salió en defensa de Las man anas de febrero llegaron los, Los Chapulines y entre otras cosas dijo que políticos, uno tras del otro y todos juntos la palabra era de raíces mayas y que de eomo los chapulines. Pero las cosas todas formas para que cambiarla?
siguieron siendo igual. Nadie tení a in CHAPULIN CHAPULTEPEC no son tención de cambiarlas, palabras mayas y no poseen el mismo significado con el pasar de los años cada CHAPULTEPEC quiere decir en nahuatl alrededor del tugurial se fue convirtiendo el cerro de los chapulines y es que los en un sitio de importancia y la tierra cada antiguos pensadores mejicanos endia iba valiendo más y más hasta que cada contraron la silueta del cerro muy parecido chapulín se fue haciendo como un enorme a la forma de una langosta.
estorbo que ya no tenía cabida en el orgullo Nezahualcoyotl, uno de los grandes poetas del mundo indi gena precolombino y al mismo tiempo uno entre los genios de la humanidad, fue originalmente dueño de lo que es hoy en Ciudad de México el Bosque de Chapultepe. El mismo sembró muchos de sus árboles y desde ese lugar parti a una fuente que permitió mediante un descubrimiento de la ingenieria hidráulica la construcción del acueducto hasta México Tenoctitlán.
El derrumbe de lo que se ha llamado Imperio Azteca se debió, no al valor o coraje de los pocos españoles que asediaban la ciudad, si no ingenio de otro estratega indio, enemigo de los aztecas, que recomendó a Cortés destruir los acueductos y dejar sin agua la ciudad isla.
Moctezuma II hizo entallar sobre las paredes del cerro Chapultepec la imagen de su padre Axayacatl y la suya propia constituyéndose asi la primera escultura monumental que después fue destruida por el celo aragonés.
Asi es de hermosa la palabra que ahora se quiere imponer a cambio de la sabiduria popular que bautizó a la gente pobre que llegó un dia hasta San José y tomó la tierra como si Juera e eso: una chapulinada! una man ana de octubre, como una nube de langosta, vinieron los pobres con su costal de angustia sobre el alma.
Llegaron como suelen llegar los chapulines y por eso los vecinos del cafetal Hos cafetales e encaramaron ese nombre y así fue creciendo el tugurial de los chapulines. En los primeros años no hubo problemas: los cafetales eran asi de enormes y por eso el tugurial crecia en la enorme tristeza de su propia miseria.
BAB 2828 18 NOLD Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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