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LA REPUBLICA. Sábado 16 de febrero de 1980 11 EI comunista de Centroamérica Dr. Jorge Enrique Guier caballerías, de color dorado, de pan caliente recién sacado del horno, pero activa, joven, llena de impulsos y brava música tropical, de fuertes acentos caribeñ os, donde el indio, el negro y el espan ol, crearon una nueva raza. Cartagena no tiene complejos, ni podria tenerlos, pues enseña al mundo lo que América es.
Pues bien, un dia andaba por la Catedral, masculina, viril, fornida, de piedras vivas y el guia simbiosis de sacristán macilento y canónigo barrigón, me preguntó mi nacionalidad. Al decirle de donde soy, bajó la cabeza, como asustado, se santiguo y dijo entre latines y español de prosapia antigua el trisagio. Volviéndome a ver asustado, a lo que yo no entendi por qué, me espetó como reticente y como amparándose en su jorobilla: Hijo de Dios, de los que están haciendo comunista a Centroamérica.
Ante tal cosa, el brinco que pegué yo fue bien grande.
Luego, atravesé el parque de Bolivar y, bastante amoscado, cai en el Palacio de la Inquisición. Construcción notabilisima de exquisita piedra labrada, maderas voluptuosamente talladas, ladrillos delicadamente trabajados. Alli mi guia fue otro modelo: viejisimo, no podria calculársele la edad. desdentado, amarillento, flaco y desgarbado. También me preguntó de dónde venia y adónde iba, a que me dedicaba, cuál era mi oficio, edad y estado. No en vano, tal vez, esas piedras, ladrillos y mosaicos lancen un tufillo que se le pega a los huesos de los que adentro de ellos viven AI decirle costarricense. dio despaciosamente vuelta, iba adelante mi ensen andome celdas, instrumentos de tortura, con cierto gusto niezclade de an oranza por su abandono actual. Cuando acabó de dar la vuelta y me tenia encarado.
levan o el dedo indice, acusador y enhiesta.
moviéndomelo casi en la nariz: Aja te dijo, ustedes son los que quieren hacer de Centroamérica un pais comunista, Tenemos de eso suficientes jemplos me seguia moviendo el dedo frente a mi nariz ya hicieron a Nicaragua y ahora andan metidos con El Salvador y Panama y no se ia raro que también en Guatemala Le respondí, pero no lo pude convencer.
Para él los hechos eran muy claros y hablaban de una manera más clara de lo que yo podria hacer.
Pues bien, tristón, desesperanzado y abatido, pues no había podido cambiar la imagen según llaman ahora. me dije, man ana será otro dia, tomaré un barco, ire por la bahia azul, verde, cristalina, hasta el Castillo de San Fernando en Bocachica.
Alli entre gente de mar: pescadores, marineros, guías, no me echarán en cara los desaciertos de mi patria.
Vana ilusión! No más que me monté en el barco y cuando por cortesia nos fueron presentando, volvió a nacer la macula: el comunista de Centroamérica.
Aqui la cosa ya no me hizo gracia: disculi abiertamente, ya no era ni con medios curas ni con inquisidores de novela.
sine con el pueblo colombiano, con testigos de toda América. Eso de andarse sintiendo la fuerza de las circunstancias, como un lenincito o un trosquito por toda América ne me hace gracia. Eso de que el mundo crea que Sonios una especie de fideles, disfrazados de hipócritas, tampoco ne gusta. Es un pésimo sintoma. de quién es la culpa? me pregunto yo, Hace unos días, y no haciéndole caso a la regan ada del señ or Presidente, lo cual me hizo sentirme como chiquillo desobedeciéndole al papá lo que muchas veces daba cierta fruición extra a lo que se hacia, me fui a pasear una semanita a Cartagena de Indias, muy chiquitita, para no gastar mucho y que don Rodrigo y don Hernán no me llamaran luego la atención diciéndome botarate, derrochador, etc. porque eso de salir del pais es malo para la economia nacional. Conste, y que quede bien claro, que lo que gaste era mio, sudado por mi y no habia ni un céntimo del erario público No quiero adoptar con mis compatriotas la posición de un dador gratuito de consejos ni colocarme en la cargante posición de un viejo sermoneador, sino que quiero contar, simplemente, mis experiencias, como un tico coniún y corriente, dando vueltas y admirando una de las más bellas ciudades que he visto en el planeta.
En Europa conozco dos ciudades amuralladas: Rothenburg en Alemania y Avila en España. La primera es un sueño medioeval, como dibujada por Durero; la segunda, mistica, guerrera en su heroica santidad. Santa Teresa y San Juan de la Cruz vivieron en ella. Pero ambas son ciudades que ahora están muertas.
Acabada la Edad Media o el Renacimiento, el espiritu huyó de ella, se transformaron en la perfección ordenada y tranquila de un museo. Sin embargo, la amurallada de América, Cartagena de Indias, está enTeramente viva. Es un suen o romántico, perfecto escenario de novela picaresca o de Los cañones de Marx Arturo Uslar Pietri Caracas. ALA. Por la quebrada geografia de Afghanistán, al través de los montes, las estrechas gargantas, los angostos yalles, han entrado tropas y equipos militares de la Unión Soviética.
Aquel viejo pueblo de riscos y desfiladeros, hecho a la guerra y a la lucha desde el origen de su combatida historia, ha visto innumerables veces entrar invasores por todos los rumbos y con los más diversos pretextos.
En un friso retrospectivo, su memoria legendaria debe guardar la visión sucesiva de las penetraciones de ingleses imperiales, de generales del Zar, de reyes de la India, de grandes Mongoles, hasta perderse en el milico tiempo de las tropas de Alejandro y del Imperio seléucida, pasando por la conquista islámica.
El historiado paso Khyber ha sido la via natural de acceso desde el Asia Central hacia la India y el Golfo Pérsico.
Para el más remoto recuerdo de los montañ eses de aquellas aldeas, levantadas de los de la Santa Rusia, sino además en contenido y propósito. Aquellos montañ eses de alma primitiva, muchos de ellos analfabetos, para quien el Islam no ha ido má allá de la oración del almuedano desde el minrete y de algunas nociones elementales de la fe, no van a tener ocasión ni posibilidad de meterse en las profecias de El Capital. en las sutilezas de la plusvalia, ni en los vericuetos y desfiladeros de la acumulación capitalista y de la expropición automática de los textos de Marx, ni en la teoría del Estado y la revolución de Lein. Pero, por lo menos.
empezarán a nombrarlos y a designar en esa forma la ace ón de los nuevos gobernantes que han surgido detrás de los nuevos can ones.
Si alguno de esos hombres simples tuviera la oportunidad de explicarnos lo que como nidos de águila, cada entrada trajo la ha pasado, le seria muy difícil emplear intentona de una nueva creencia. Unas!
otros términos que los que pudieron usar perduraron y otras no. Los escudos de sus antepasados para narrar lo que Alejandro traían la cultura griega, con las trajeron los ingleses o los árabes. No irian falanges llegaba el nombre de Aristóteles.
más allá, y acaso con razón, del hecho de Algo quedó de esa mezcla extraña. Todo fuerza. Ahora son ellos los que están y son ese arte peculiar is y misterioso que ellos los que dicen lo que hay que hacer. Si llamamos de Gándara, o greco budista, es el hecho dura suficientemente terminará la consecuencia estética de ese encuentro y por crear una situación nueva, una Gándara mestizaje. Esos Budas de nariz griega, ojos política, una inextricable mezcla de indos ánicos, y cabellos de efebo, tan acomodaciones que surgirán del hecho, alucinantes, son la traducción de ese como surgen las colonias de pólipos e inchoque fusorios, en el fondo del mar, en torno a las bases de las plataformas ancladas.
Los alfanjes de la cabalgata islámica Los hechos de la política de poder dejaron huella más permanente. Pero siempre se han revestido de razones y de seguramente los especialistas en historia invocaciones ideológicas o religiosas.
de las religiones podrían sen alarnos Napoleón decía, con cinico desengaño, que numerosas peculiaridades que, por el una revolución era una opinión que había hecho mismo de su situación y de sus an contado con bayonelas. Un personaje de tecedentes, han llegado a caracterizar el la Alicia de Lewis Carrl afirmaba, con islamismo de esos pueblos.
penetrante ironía, que para poder saber Ahora llegan los can ones de Marx. Muy exactamente lo que las palabras significan diferentes, no sólo en poderio y efectividad basta con averiguar quién es el que manda.
La palabra revolución no significó nunca para Marx algo parecido, ni remotamente, a lo que acaba de ocurrir en Afghanis án, Es una tipica operación de eal politik entre grandes potencias, Pero para los campesinos de aquel peculiar pueblo de encrucijada, éstos son los can ones de Marx.
Siempre ha habido la posibilidad de considerar los acontecimientos his óricos desde dos puntos de vista diferentes. Que a veces se confunden, pero que son distintos El de las realidades de la lucha de poder el de las proclamaciones ideo ógicas.
Este grave suceso que acaba de ocurrir en aquel cerrado país de n:ontan eses es ciertamente, un audaz movimiento que tiende a alterar el equilibrio geográfica de poder en el largo enfrentamiento entre las dos superpotencias. Pero, también, va a ser considerado por muchos como una moficiación del mapa ideo ógico. Lo que hubiera equivalido a decir, si alguien se hubiera atrevido a tanta simplificación en aquel tiempo, que, con la penetración de los ejércitos de Alejandro, se había extendido al noroeste de la India el área dominada por el aristotelismo Al estratégico territorio de Afghanistan han llegado las tropas soviéticas, pero no ha llegado Marx. Tal vez es una negación del pensamiento de Marx lo que ha ocurrido Porque la verdad es que no puede haber can ones de Marx, como no hubo tampoen guerreros del Evangelio, ni conquistadores del budismo, sino, a lo sumo, creaciones de nuevas realidades o modificación de las existentes por medio de la fuerza, que han terminado generalmente en crear situaciones que poco correspondi an a las ideologias invocadas como pretexto.
Opiniones que, al disponer de bayonetas, dejaron de ser exactamente las mismas opiniones que eran antes. ALA. corbala negra, del escudo a colores pegado en la camisa, por el sol no menos notorio del ambiente circundante.
Mundo de nostalgia perpetuado en el ser liceísta, en la obra de los egresados, es la del Liceo de Costa Rica.
El liceísta y sus recuerdos Es muy justo que asi sea, pues el liceo es una realidad vivida por muchos costarricenses, que gravita con más o menos peso en la linea directriz de nuestras labores y la limita o extiende hacia nuevas posibilidades Sin duda, profundo, arraigado es el recuerdo del Liceo de Costa Rica, de décadas pasadas en la visión de quien estudió en esa institución y transmitida en nuestra vida cotidiana. Liceístas, por relación vital y no por fatalidad como diria Borges, retomamos a partir de los recuerdos: el equipo de baloncesto, el periódico Vértice. el cuerpo de banderas, el grupo de teatro, etc. y de la soledad de nuestro quehacer y en las posturas más comunes en que dicha soledad nos atrapa, un mundo que esos gestos hicieron particularmente una forma de vida y que interiormente cada uno recuerda como pinceladas finas y colores brillantes. Esa soledad se viste del uniforme gris, de la En esta circunstancia, de estudiante del viejo liceo. Realidad lajante, construida con colores propios y en la que los techos, las gruesas paredes inquietan una emotividad que encuentra en la Asociación de Egresados del Liceo un punto de recreación.
Bajo la coordenada de la an oranza, sea de un mundo ya ido, la cual permanece en la interioridad del hombre, que está presente y no deja de imponerse como tal a Lic. Jorge Salazar Solis quienes estudiamos en el Liceo de Costa Rica, hemos renovado, un grupo de egresados, la Asociación de Egresados del Liceo de Costa Rica.
Como liceislas miramos hacia esa realidad como bastión de apoyo para nuestra vida cotidiana y para nuestra vision humana. Esa realidad actúa en aquelles que estudiamos en el Liceo de Costa Rica con energia y es porque las enseñanzas aprendidas son traducibles en nuestra obra Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.