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LA REPUBLICA, Bar 11 de La conciliación laboral de conflictos, de donde se originó la conciliación en sus diversas formas (arbitrajes, de derecho o de conciencia, y formas similares. En el moderno derecho encontramos, pues, formas de arreglo de conflictos que no son propiamente juicios en que las partes dilucidan por largos, costosos y complejos procedimientos, sus diferencias; el más conocido procedimiento conciliatorio es el arbitraje que puede ser de derecho o de conciencia; en el primer caso los árbitros personas nombradas de común acuerdo por las partes. dictan pronunciamiento obligatorio para ambas partes, acatando las normas jurídicas. En el segundo caso, los árbitros se atienen a su conciencia, por lo cual se han llamado también amigables componedores.
Por: Lic. Oscar Bejarano Coto En el terreno de las diferencias individuales, reclamos que constituyen la parte más común del derecho del trabajo, existen dos etapas de conciliación, una administrativa a cargo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y otro cargo de los tribunales, ya en curso el juicio, antes de que se reciban las pruebas. Si bien ambos son procedimientos conciliatorios, difieren sustancialmente en cuanto a que el primero no es realmente obligatorio, y el segundo si, pero ambos concurren en la necesidad de la conciliación, en el buen éxito, de la misma, y en la atención que merece el conciliar deferencias obreropatronales sin costosos procedimientos judiciales, haciendo bueno el principio de paz social en que se sustenta ese derecho.
En el campo de las diferencias colectivas Namados conflictos de intereses o, usando la forma de nuestro Código de Trabajo, conflictos colectivos de carácter económico social, la conciliación es una verdadera etapa procesal previa a formas más graves y complejas del conflicto, como son la huelga y el arbitraje, y constituyen una etapa obligada en la solución de esos problemas, graves siempre por su naturaleza, y a cargo de tribunales de conciliación que actúan como jueces de conciencia, en la solución de los diferendos propios de los trabajadores en coalición, y las empresas patronos. 1)
Desde que el hombre convive en sociedad se han buscado medios por los cuales zanjar las diferencias que la convivencia en sociedad produce entre los diversos intereses en juego.
En el derecho romano, modelo y ejemplo de ordenamiento juridico coherente que todavía sobrevive a pesar de los dos mil años transcurridos desde que el genio de los romanos mantuvo por ocho siglos intacto el imperio más grande que la humanidad ha conocido, encontramos pocas instituciones relativas a la conciliación de intereses por via no judiciales.
Fue paradójicamente el derecho de los invasores nórdicos, tribus salvajes que hacia el año 7 de nuestra era acabaron con la maravilla del imperio romano, poniendo al mundo occidental a las puertas del oscurantismo de la edad media, principalmente en la llamada Baja Edad Media antes del Renacimiento, el que trajo nuevos elementos que espiritualizaron. por asi decirlo el rígido derecho romano, Esos nuevos elementos, entre otras cosas, trajeron nuevas formas de arreglo Aparte de ese procedimiento. que podriamos llamar clásico. de ventilar las cuestiones en forma simple, rápida y amigable, en el derecho laboral ha aparecido la conciliación como un instrumento jurídico nuevo y muy propio del derecho del trabajo, que dado el éxito que ha alcanzado se ha pensado extenderlo a ciertos juicios civiles.
El procedimiento de conciliación es parte esencial y fundamental del derecho del trabajo. Se da tanto en el campo individual como en el campo colectivo.
El analfabetiismo es uno de esos temas que periódicamente se ponen de moda: por una temporada todo el mundo lo deplora, todo el mundo lo comenta sépase algo del asunto o no. pero, como pasa con el tiempo, después de un aspaviento que otro, nada se hace.
Mengua la inquietud, mengua el interés, y el analfabetismo sigue ahi hasta que la próxima vuelta de la rueda de la moda académica lo enfoca de nuevo, sin duda más robusto que antes. Quién es analfabeto. Por qué será que, a pesar de nuestra genuina inquietud al respecto y de nuestras buenas intenciones seguimos con un indice de analfabetismo lo suficientemente alto para que lo tengamos siempre presente como un serio problema de nuestra realidad educativa nacional? Por, a mi juicio, una razón muy sencilla: porque nadie sabe qué exactamente implica el ser analfabeto. o dicho de otro modo, todavía no hemos logrado definir satisfactoriamente en qué medida, con qué facilidad, y para que fines hemos de dominar las artes de leer y escribir nuestra lengua (y son en efecto dos artes y no una sola)
para poder pasar por alfabetizados.
Dr. Oscar Chavarría Agullar.
por eso alfabetizado? Esas habilidades serán todo lo funcional que se quiera en el cumplimiento del deber: mas la vida no es todo deber y si el uso de las letras no va más allá de lo minimamente práctico y funcional no se aprovecha todo su potencial.
El leer y escribir las letras constituyen en nuestra sociedad contemporánea el instrumento más importante y más eficaz de nuestra total formación intelectual: no fomentar su total explotación, no inculcar un aprecio de su inmenso valor, no es nada menos que negligencia Pero aqui precisamente es donde, a mi juicio, fallan la mayoria de nuestros programas de alfabetización, in clusive los de nuestra educación escolar formal: la alfabetización ss trata como fin en si. Es bueno saber leer y escribir, sin mucho especificar para qué. has que hacerlo correctamcnu. de ahi el reciente revuelo sobre la ortografia. Además su funcionalidad se deline en términos demasiado modestos, demasiado in mediatos. No se fomenta verdaderamente el hal ito de la lectura, y sin este impulso al más amplio cultivo de las letras en la totalidad de nuestro quehacer humano, no es de extrañ ar que nuestro indice de analfabetismo sea alto: si no conocemos ni el verdadero uso de un determinado instrumento, ni su valor, no vamos a poderle sacar su mayor rendimiento.
Si aceptamos que ser alfabetizado es algo más ue leer y escribir un párrafo sencillo. que implica el empleo activo de las letras en nuestra formación intelectual total.
entonces me parece que un indice de analfabetismo de un 50 es más bien optimista. si suponemos que alrededor de un 90 de los niños elegibles en un año dado entran en efecto al primer grado y comienzan el proceso de alfabetización (entre otros. tenemos una discrepancia de por lo menos 0 entre lo ideal y lo real.
La temprana deserción escolar sin duda y en forma significante contribuye a ese porcentaje de diferencia; es dificil saber en cuánto. Pero el mayor porcentaje sin duda se debe al desuso y al mal uso de las letras: y esto es consecuencia de la falta de comprensión entre nosotros de su verdadero valor en nuestra formación total como personas. Un estudio serio y proffundo, y objetivo, sobre el tema es ya cosa de suma urgencia.
miembros de la fuerza pública no sabe completar un parte. Que no puede leer las órdenes escritas relacionadas con sus labores. Que no domina el idioma escrito lo suficiente para escribir un informe inteligible?
Ante la carencia de una definición adecuada y ampliamente aceptable de lo que es el analfabetismo las estadísticas al respecto no nos dicen absolutamente nada.
El alfabetismo es, me parece, algo más que el simple leer y escribir: es además el inteligente empleo de esos instrumentos en la forma más amplia y variada y en la mayor medida posible en nuestro diario quehacer.
Porque el leer y el escribir son instrumentos y no fines en si zde qué nos sirve saber leer si nunca leemos nada? puede aplicárseles el criterio de la funcionalidad. en efecto se oye hablar del (an) alfabetismo funcional. El problema estriba en parte en que la funcionalidad es criterio relativo y en que las más de las veces es minimamente interpretado. Si nuestro agente de tránsito sabe completar un parte, leer sin mucha dificultad las instrucciones pegadas en el fichero, y escribir un párrafo sencillo (criterio de alfabetización que lei recientemente) a manera de informe. se le considera Por esta razón, de paso sea dicho, olas estadísticas que con frecuencia se nos ofrece con respecto al (analfabetismo son simplemente inservibles, cuando no engañ adoras. Que significa, por ejemplo, el que según la UNESCO, Costa Rica goza de un indice de alfabetización del 5. Que más de medio millón de nosotros empleamos común y eficazmente el leer y escribir en nuestra vida cotidiana para nuestro desarrollo intelectual. o simplemente para nuestro deleite (que leemos un libro en vez de vivir pegados al televisor. Poco agradable. Será más réalista la observación del señor Ministro de Seguridad, hecha o o año más atrás, en la que nos decía que el 50 de la fuerza pública, representante de un segmento no insignificante de nuestra sociedad, era analfabeta?
Más probable. Pero en qué consiste ese analfabetismo que preocupa al señor Ministro. Que uno de cada dos Puebla después de Puebla Signos y constructores de la unidad Cristo, a todos y cada uno, pues todos son responsables de sus iglesias particualres y de las otras también como Colegio Episcopal en unión con el obispo de Roma, el Papa. En torno a que se vive, de hecho, esta admirable unidad episcopal? En torno a tres realidades que son fuente y garantia de esta unidad: la Palabra de Dios, la Eucaristia y el Papa, o sea, la misma ſe, proclamada y vivida, la participación en la misma mesa, el común ministerio jerárquico (de servicio) con Pedro en la persona de su sucesor, el Papa. Jesús que jamás abandonará a su Iglesia se hace presente por su Espíritu en esas tres realidades fundamentales que son vida de la Iglesia fundada por él.
UNIDAD CON LOS DEMAS.
Juan Luis Mendoza Los obispos no sólo son los maestros de la verdad; son también signos y constructores de la unidad, y son promotores de la dignidad humana; esto segundo como consecuencia de lo primero.
Los católicos profesamos la misma fe, fruto del magisterio unánime del Episcopado al servicio de la verdad total.
Y, en torno a nuestros respectivos obispos, nos constitui mos en comunidades eclesiales en perfecta unidad. Los obispos son los signos y constructores de esa unidad, entre ellos mismos, y con los sacerdotes, religiosos y pueblo fiel.
Cartago en el Africa (200 5 que ya en su tiempo afirmaba que el Episcopado es uno e indivisible.
Todos los obispos unidos al Papa, el obispo de Roma, constituyen en su condición de sucesores de los apóstoles, el actual Colegio Apostólico de la Iglesia.
El ministerio episcopal, puntualizó Juan Pablo II, viene de lo alto. es de institución divina, es permanente en la Iglesia hasta el final de los tiempos. Es fruto de un sacramento y del Espíritu Santo, no de cálculos y maniobras humanas para servir a intereses contrarios, o distintos al menos, al servicio de un único Señ or que es, dentro de ese ministerio episcopal, cabeza y Señor de la única y misma Iglesia La unidad entre los obispos es una exigencia de la misión a ellos confiada por sino busquen lealmente una indisoluble unidad de miras y de acción con los obispos. No siempre ha sido fácil, ni lo es tampoco hoy, el lograr con los religiosos esa indisoluble unidad de miras y de acción con los obispos. que ha de empezar por los mismos superiores de las Congregaciones religiosas. La misión de los obispos ha de aparecer más clara a los ojos de todos, concretamente de los religiosos: estos a los obispos confió el Sen or la misión de apacentar el rebaño. ellos corresponde trazar los caminos para la evangelización No les puede, no les debe faltar la colaboración a la vez responsable y ac. va.
pero también dócil y confiada. de los religiosos, cuyo carisma hace de ellos agentes tanto más disponibles al servicio del Evangelio.
El obispo es en cada Iglesia particular el maestro, el liturgo y el pastor por excelencia. Es garantia de unidad. Junto a él no caben los llamados magisterios paralelos de los que afirma Juan Pablo II que son eclesialmente inaceptables pastoralmente estériles.
Los laicos. Asistimos hoy a un resurgimiento de increible riqueza apostólica entre los laicos compronietidos de todo el continente: Son ellos, dice el Papa, quienes han de consagrar el mundo a Cristo en medio de las tareas cotidianas y en las diversas funciones familiares y profesionales, en intima unión y obediencia a los legitimos Pastores.
En definitiva, con Juan Pablo II, decimos que la unidad eclesial es un don precioso que debe ser salvaguardado entre todos los que forman parte del pueblo peregrino de Dios. Los demás son los sacerdotes, religiosos y pueblo fiel: la unidad de los obispos entre si se prolonga en la unidad con los presbiteros y pueblo fiel. la Iglesia toda.
La comunión entre obispos y sacerdotes es esencial, fundada en la participación del mismo y único sacerdocio, en la misma misión pastoral que quedaria comprometida sino reinase entre ellos y los obispos esa estrecha unidad. en lo que concierne a los religiosos y religiosas ¿quién puede desconocer su inmensa obra evangelizadora en América Latina? Más de la mitad en muchos países y en otros la casi totalidad de los presbíteros son religiosos. Bastaria esto observa Juan Pablo II para comprender cuánto importa, aqui más que en otras partes del mundo, que los religiosos no sólo acepten, UNIDAD ENTRE LOS OBISPOS Juan Pablo II, en su discurso inaugural de Puebla, citó a San Cipriano, obispo de Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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