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su primera e fresca color, aquel poco oír, aquel debilitado ver, puestos los ojos a la sombra, aquel hundimiento de boca, aquel caer de dientes, aquel carecer de fuerza, aquel flaco andar, aquel espacioso comer? iay, ay! iseñora. si lo dicho viene acompañado de pobreza, allí verás callar todos los otros trabajos, cuando sobra la gana e falta la provisión; ique jamás senti peor ahíto, que de hambre!
MELIBEA: Bien conozco qué dice cada uno de la feria, según le va en ella así que otra canción cantarán los ricos.
CELESTINA: Señora, hija, a cada cabo hay tres leguas de mal quebranto. los ricos se les va la bienaventuranza, la gloria e descanso por otros albañares de asechanzas, que no se parecen, ladrillados por encima con lisonjas.
MELIBEA: Celestina, amiga, yo he holgado mucho en verte e conocerte. También hasme dado placer con tus razones. Toma tu dinero e vete con Dios, que me parece que no debes haber comido.
CELESTINA: iO angélica imagen! iO perla preciosa, e como te lo dices! Gozo me toma en verte hablar. no sabes que por la divina boca fue dicho contra aquel infernal tentador, que no de sólo pan viviremos? Pues así es que no sólo comer mantiene. Mayormente a mí, que me suelo estar uno e dos días negociando encomiendas ajenas ayuna, salvo hacer por los buenos, morir por ellos. Esto tuve siempre, querer más trabajar sirviendo a otros, que holgar contentando a mi. Pues, si tú me das licencia direte la necesidad causa de mi venida, que es otra que la que hasta ahora has oído e tal, que todos perderíamos en mi tornar en balde sin que lo sepas.
MELIBEA: Di, madre, todas tus necesidades, que, si yo las pudiere remediar, de muy buen grado lo haré por el pasado conocimiento e ve cindad, que pone obligación a los buenos.
CELESTINA. Mías, señora?
Antes ajenas, como tengo dicho; que las mías de mi puerta adentro me las paso, sin que las sienta la tierra, comiendo cuando puedo, bebiendo cuando lo tengo.
MELIBEA: Pide lo que querrás, sea para quien fuere. La Celestina. de Pablo Picasso.
EL LEGITIMO ECONOMICO Tesoro mar Calisto.
esta mujer honrada contigo, que ya me parece que es tarde para ir a visitar a mi hermana, su mujer de Cremes, que desde ayer no la he visto, y también que viene su paje a llamarme, que se le arreció desde un rato acá el mal.
CELESTINA. Aparte. Por aquí anda el diablo aparejando oportunidad, arreciando el mal a la otra.
ALISA. Qué dices amiga?
CELESTINA: Señora, que maldito sea el diablo y mi pecado, porque en tal tiempo hubo de crecer el mal de tu hermana, que no habrá para nuestro negocio oportu.
nidad. qué mal es el suyo?
ALISA: Dolor de costado y tal que, según del mozo supe que quedaba, temo no sea mortal.
Ruega tú, vecina, por amor mío, en tus devociones por su salud a Dios.
CELESTINA: Yo te prometo, señora, en yendo de aquí, me vaya por esos monasterios, donde tengo frailes devotos míos, y les dé el mismo cargo, que tú me das. demás desto, ante que me desayune, de cuatro vueltas a mis cuentas.
ALISA. Pues, Melibea, contenta a la vecina en todo lo que razón fuere darle por el hilado. tú, madre, perdóname, que otro día se vendrá en que más nos veamos.
CELESTINA: Señora, el perdón sobraría donde el yerro falta. De Dios seas perdonada, que buena compañía me queda. Dios la deje gozar su noble juventud e florida mocedad, que es el tiempo en que más placeres e mayores deleites se alcanzarán. Que, a la mi fe, la vejez no es sino mesón de enfermedades, posada de pensamientos, amiga de rencillas, congoja continua, llaga incurable, mancilla de lo pasado, pena de lo presente, cuidado triste de lo porvenir, vecina de la muerte, choza sin rama que se llueve por cada parte, cayado de mimbre que con poca carga se dobla.
MELIBEA. Por qué dices, madre, tanto mal de lo que todo el mundo con tan eficacia gozar e ver desean?
CELESTINA: Desean harto mal para sí, desean harto trabajo.
Desean llegar allá porque llegando viven e el vivir es dulce e viviendo envejecen. Así que el niño desea ser mozo e el mozo viejo e el viejo, más; aunque con dolor. Todo por vivir.
Porque como dicen, viva la gallina con su pepita. Pero ¿quién te podría contar, señora, sus daños, sus inconvenientes, sus fatigas, sus cuidados, sus enfermedades, su frío, su calor, su descontentamiento, su rencilla, su pesadumbre, aquel arrugar de cara, aquel mudar de cabellos DEL ON CONTINUARA MAÑANA 35añosdecalidad Los Rodriguez JLos Rodríguez CALLE 12. DETRAS CINE LIBANO. CENTRAL 22 15. 15 LA MODA: CIPRES EN TABLILLA, TABLONES PIEZAS DE VARIAS MEDIDAS ESPECIAL PARA MUEBLES DECORACION CONSULTENOS TODO PARA LA CONSTRUCCION Celestina, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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