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LA REPUBLICĂ. Jueves 11 de diciembre de 1980 CAMPO PAGADO VESCO SOMOCISMO CONTRA CARAZO u.
Os ste da te ar nade OS te La grave denuncia la hace en el periódico El Nacional de Caracas, Venezuela, el conocido comunista Pedro Miranda. El multimillonario Robert Vesco, ha combinado el poder económico de los Somoza para desestabilizar el Gobierno de Rodrigo Carazo y accionar dispositivos bélicos contra Nicaragua, dice la información. Los críticos problemas económicos que las Naciones Centroamericanas han venido confrontando en los últimos años con incidencia en el cuadro político parecían marginar, excepcionalmente, de sus poco edificantes efectos a la tradicional democracia formal de Costa Rica.
Sin embargo, la crisis centroamericana pareciera entrar a una nueva fase generalizada aún más conflictiva y peligrosa de la que difícilmente pueda escapar la Suiza Centroamericana. Rodrigo Carazo aparentemente no está abocado a la inminencia de una explosiva crisis institucional en razón de las tradiciones y vocación democrática de los ticos.
Sin embargo, sus enemigos exteriores piensan de otra manera, en tanto que en el interior de esta idílica nación, los intereses económicos y políticos de sectores antagónicos buscan definiciones que podrían modificar gravemente las relaciones políticas y el juego tradicional de los partidos.
fe а Hica a li una nión mieón elas conmess cheanos Noeza iemperee te Los ejemplos son poco tranquilizantes: en el marco de violencia, de todo signo y magnitud, se desangran El Salvador y Guatemala; en Honduras la situación es confusa y contradictoria; Nicaragua soporta embriones de violencia organizada de origen clandestino que se filtran por las extensas fronteras del Norte inquietando la paz de esta nación entregada a su reconstrucción luego de la guerra civil de magnitud increíble hasta el derrocamiento de la dictadura. Costa Rica, el país de tradicional democracia, de convivencia interna e internacional ejemplares, comienza a sentir los efectos de la intromisión conspirativa de irreconciliables intereses en pugna de toda índole. la opinión pública internacional le resulta increíble que en Costa Rica pudieran producirse graves trastornos. La inexistencia de ejército, lo que constituye una excepción en el continente, pareciera preservar al régimen costarricense del recurso de los cuartelazos pero, por esa misma carencia, también Costa Rica es vulnerable a las conspiraciones externas. Don José Figueres puso esto en evidencia en 1948 cuando desencadenó la guerra civil que impidió gobernar a Calderón Guardia, imponiendo con un pueblo en armas el sistema consagrado en adelante como democracia parlamentaria.
Pero no todo lo que se ve en la superficie de las aguas mansas refleja con claridad lo que se mueve en las profundidades tormentosas.
Aproximadamente hace cuatro meses señalábamos, en un repor.
taje desde San José de Costa Rica, con los elementos recogidos en medios insospechables, que desde el exterior se combinaban los factores de poder económico de Somoza y el prófugo financista de Estados Unidos, el multimillonario Roberto Vesco para desestabilizar al Gobierno de Rodrigo Carazo y accionar dispositivos bélicos contra Nicaragua. Hace unas semanas, una revista norteamericana News World Report consiguió un análisis de su corresponsal en viaje en el cual señala que Costa Rica es la nación en que sin duda se fragua un proceso desestabilizador, confirmando así nuestras primicias. Qué hay en realidad y que en el trasfondo?
tarricenses vieron en las dudosas actividades financieras, comerciales e industriales una competencia que conspiraba contra los factores de poder que les había permitido dominar la escena económica y política.
Cuando estuvo en la presidencia Carazo, éste hizo expulsar a Vesco como lo había prometido en la campaña y se opuso a todas las manio bras jurídicas para que pudiera regresar. Costa Rica sintió un gran alivio y aplaudió la medida sin reservas. Pero Carazo se había ganado un pode.
roso enemigo que en EE. UU. bajo gobierno demócrata difícilmente hu.
biera podido ejercer influencia, a pesar de su inmenso poder económico, errático, en los principales centros financieros internacionales. Ahora las cosas parecen haber cambiado para Vesco en el país que lo mantiene aún bajo orden de arresto. Sus cálculos, sus gestiones de alto nivel entre los futuros gobernantes norteamericanos le abren favorables posibilidades y busca libertad de maniobra en Centro América, región que está en la mira de sus ambiciones económico financieras.
El segundo enemigo fue, igualmente, desde el inicio de su gobierno, su vecino, el dictador Anastasio Somoza. Con su característica tenacidad, Carazo dio apoyo irrestricto a los sandinistas que instalaron en territorio tico sus bases masivas de exiliados, como Panamá, para forjar el derrumbe de la dictadura. con coraje, frente a los críticos, asumió el Presidente toda la responsabilidad, explicándoles a los costarricenses lo que a su juicio significa la dictadura para la pacífica nación afectada, como se encontraba también afectada toda Centroamérica. Fue cuando Carazo dijo: La historia nos enseñó después de la caída del tirano que él y su grupo dominaban más de dos mil unidades empresariales nicaragüenses. Pero el poder del dinero de Somoza no se limitó a dominar su país, se extendió a los vecinos países y en Costa Rica se hizo propietario de miles y miles de hectáreas, de varias empresas y, como consecuencia logró hacer muchos amigos. Amigos de negocios que siempre han combatido y criticado a los antisomocistas.
Pareciera que las afirmaciones del presidente Carazo se confirman hoy nuevamente cuando muchos de esos amigos de negocios de Somoza, incluso ya muerto, se mueven en la oposición para recuperar el terreno perdido.
Carazo debió declarar con crudeza la realidad que prevalecía cuando el somocismo dominaba la escena, expresando. Somoza se sentía a sus anchas en Costa Rica, venía sin visa ni pasaporte a sus fincas. Hubo gobernantes de este país que se reunían con él a pasar buenos ratos. Al llegar nosotros al Gobierno, la situación cambió; no nos interesaba la amistad personal somocista, ni sus buenos ratos. ni la coordinación, ni mucho menos el sometimiento. Habían pasado a la historia las épocas en que la guardia Nacional de Nicaragua podía entrar a nuestro país y matar. conviene que refresquemos la memoria. En septiembre de 1978 los aviones de Somoza atacaron a estudiantes costarricenses; en noviembre la mató guardias civiles costarricenses; en diciembre de 1978 Somoza nos amenazó con una invasión; su propósito era siempre el mismo: atemorizarnos para que nos convirtiéramos en serviles y servidores.
y Como dice Carazo, la memoria está fresca. Las cosas se agravaron en la región, aunque a decir del Presidente tico Costa Rica vivía la paz, pero en las fronteras se vivía la guerra.
Antes de perder el poder, Somoza amenazó a los nicaragüenses, amenaza que involucraba también a Costa Rica:. si me derrocan volveré con una guerrilla.
Ahora muerto el dictador, su heredero político Anastasio Somoza Portocarrero. El Chigüín. al frente de importantes hombres de negocios, de políticos desplazados y jefes militares realizan evidentes es.
fuerzos por hacer realidad las amenazantes frases del último miembro de la dinastía que usufructuó del poder en Nicaragua. como fiel imagen del último dictador, El Chigüín se enfrenta desde las sombras a la situación real existente en el Istmo para alcanzar los propósitos de retorno a Nicaragua a costa de una nueva guerra civil y, pasando por una eventual desestabilización del Gobierno en Costa Rica, aliado al otro poderoso enemigo de Carazo, multimillonario Roberto Vesco, los dispositivos conspirativos de predominio político militar y económico de Centro América.
los neral Rica amá Luis a JuCARAZO ENFRENTA DOS PODERES entes in oniúbli Esuay, de la meri Cuando Rodrigo Carazo asumió el Poder en Costa Rica, un multimillonario financista, perseguido por la justicia norteamericana por problemas de bancos y empresas financieras en quiebra, se había instalado en Costa Rica con ambiciosos proyectos que eran apoyados por el gobierno del presidente Daniel Oduber. Para muchos esa complacencia con Roberto Vesco, el financista con problemas en EE. UU. contribuyó a las causas de la derrota electoral de Luis Alberto Monge, el candidato oficial que se enfrentó al opositor Carazo, aunque Monge nada tuviera que ver con los negocios, buenos o malos, proyectados por Vesco el gobierno de Oduber. Importantes sectores económicos cosEste documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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