Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Dekalb County, (Atlanta). Malos vientos soplaban desde hacía meses en el complejo de apartamentos de Windmont, donde las continuas disputas entre la costarricense Carmen María Salas (41 años) y su hijo de 14 años habían roto la tranquilidad del edificio de clase media. Malos vientos soplaban desde hacía meses en el complejo de apartamentos de Windmont, donde las continuas disputas entre la costarricense Carmen María Salas (41 años) y su hijo de 14 años habían roto la tranquilidad del edificio de clase media.
La violenta historia terminó en tragedia. El adolescente fue arrestado el viernes por su aparente implicación en el asesinato de la mujer, que habría cometido un joven mexicano a quien ella alquilaba un cuarto y era su hombre de confianza en las labores de construcción que ella era dirigía. El supuesto asesino permanece en fuga.
El hijo contó que el hombre la asesinó, y él ayudó al homicida a enterrar el cuerpo. No fue sino hasta un día y medio después de la tragedia que relató lo acontecido a la policía. Mientras tanto, la hermana de la víctima, María Evelina Salas de Hammons, busca ahora ayuda para poder sufragar los elevados costos que tendrá el sepelio de Carmen.
"No me sorprende lo que ocurrió, todos sabíamos que eso terminaría mal, pero nadie se imagino esto. Hasta me duele por el muchacho, no era del todo una mala persona", comentó Gary Piper, quien vive en el apartamento contiguo al de la víctima.
La madre y el niño se habían mudado al edificio hacía solo seis meses, y sus violentas disputas tenían intranquilo a Piper. Según él, la señora era una mujer de temperamento difícil.
Sin embargo, Evelina, la hermana de la mujer asesinada, explicó que el muchacho guardaba un gran resentimiento contra su madre desde que hace varios años viajó a Costa Rica y durante tres años no pudo regresar a Estados Unidos. "El sentía que ella lo había abandonado. Pero no era su culpa, ella no podía salir del país porque si lo hacía no podía regresar. Durante esos años, siempre le envió dinero y buscó cómo traerlo de regreso", agregó.
Carmen era oriunda de Santa Ana, y desde 1992 vivía en Estados Unidos, donde laboraba como subcontratista de construcción, contratando peones, mexicanos en su mayoría. Por eso vivía en un complejo cerca de Buford Highway, calle en la cual se han asentado la mayoría de hispanos que viven en Atlanta.
Según Evelina, el muchacho siempre dio problemas, era rebelde y difícil de manejar, por lo que en los últimos años la situación se había agravado. "Ella no lo podía controlar", aseguró.
Desde el viernes, el adolescente está encerrado en la sección de menores de una prisión para adultos. Según la legislación del estado de Georgia, a pesar de ser menor de edad puede ser juzgado como adulto. Su primera audiencia ante un juez será el 10 de octubre próximo.
Este documento no posee notas.