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El empresario español Agustín Font Mas, quien estuvo detenido en Costa Rica durante cuatro meses, cayó nuevamente preso el pasado 10 de agosto en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
Font, de 53 años, fue apresado a su arribo a la capital española en el vuelo NM 842 de Air Madrid, procedente de San José.
Las autoridades madrileñas lo detuvieron al comprobar que portaba una cédula de identidad de su país alterada.
Font es dueño aquí de la compañía Alsa Laboratorios que distribuye pastillas para adelgazar. Tiene su sede en San Francisco de Dos Ríos, San José.
Inicialmente, las autoridades migratorias detuvieron a Font cuando le pidieron que mostrara su cédula de identidad para verificar que era ciudadano español.
De acuerdo con la versión policial, tal documento tenía una fotografía alterada.
Pero la situación se le complicó a Font cuando la Policía Nacional del Aeropuerto de Barajas verificó que se trataba del mismo hombre que la justicia de esa nación buscaba en todo el mundo por un fraude con medicinas baratas y alteradas que se vendían a pacientes de edad avanzada.
Incluso se determinó que Font tenía pendientes cuatro órdenes de captura internacional y que desde el año 2003 se le había declarado como reo rebelde por el Juzgado Penal de Barcelona.
Este despacho le atribuye a Font varias causas por delitos contra la salud pública, falsificación de documentos y fraude.
Font aseguró antes las autoridades españolas que es inocente de los cargos que se le imputan.
Captura anunciada. Los tropiezos de Font con la justicia empezaron en Costa Rica el 24 de noviembre pasado cuando agentes de Interpol y la Fuerza Pública lo detuvieron en el puesto fronterizo de Sixaola ante un pedido de España.
A partir de esa fecha, estuvo recluido en la Unidad de Admisión de San Sebastián, al sur de San José, mientras se tramitaba el proceso de extradición.
El 7 de febrero de este año, el Tribunal Penal de San José rechazó el reclamo del gobierno español.
La jueza Patricia Araya estimó que el delito contra la salud pública por los que se acusó a Font en España estaba prescrito, de acuerdo con la legislación costarricense. Por ese motivo quedó en libertad.
Supuesto fraude. El supuesto fraude con el que se liga a Font en España se relaciona con la entrega a los pacientes de avanzada edad de medicinas ineficaces y baratas. Luego, según la acusación, reclamaba al gobierno el precio de otra más cara para ganarse la diferencia.
Se estima que Font obtuvo ganancias indebidas con la venta de estas medicinas por poco más de $100.000.
Según las autoridades españolas, Font prometía a sus pacientes una mejora en la salud porque el medicamento favorecía la regeneración de los huesos y del cartílago, lo cual era falso.
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