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Eva Marcuschamer: No se nace para un solo oficio

La mexicana Eva Marcuschamer es una reconocida psicóloga y docente especialista en programas que ayudan a los jóvenes a elegir una profesión o carrera.

Nacionalidad: mexicana
Profesión: psicóloga
Grado académico: doctorado
¿Qué hay detrás del concepto "orientación vocacional"?
No basta con colocar a alguien en un trabajo, sino de ayudarlo a saber qué quiere hacer, para qué lo quiere hacer y cómo lo llevará a cabo. “Para lograr este objetivo se necesita una interacción entre lo interno (la personalidad) y lo externo (la sociedad, el mercado laboral).
“Debemos tener un proceso de orientación vocacional que ayude a los muchachos, primero, a conocerse bien y, luego, a facilitarles información para elegir una profesión o carrera”.
¿Cuándo debe empezar eso?
Entre los 16 y 18 años, ofreciendo a los colegiales un programa bien definido para ayudarlos a elegir una carrera. El objetivo final debe ser ayudarlos a descubrir quiénes quieren ser y cómo quiénes quieren ser.
“Esto puede lograrse con una clase de orientación vocacional a la semana, pero debe ser una clase dentro de un programa estructurado con objetivos claros”.
¿Por qué es tan difícil para algunos dar con su vocación?
Del 20% al 30% de los adolescentes tienen graves problemas para elegir una carrera porque están, de alguna manera, detenidos en su desarrollo. Por esta razón, ocupan más tiempo para decidir.
“Los orientadores debemos detectar en una etapa temprana a estos muchachos para darles una ayuda especial que les permita crecer y madurar”.
“Al 70%, que no tiene problemas de desarrollo o madurez, debemos ofrecerles un programa de orientación vocacional basado en el autoconocimiento, el conocimiento de la oferta educativa y del mercado”.
¿Hasta dónde pueden ayudar estos programas?
Nadie puede decirnos para qué estamos hechos, pero sí podemos dar herramientas para que los muchachos busquen, dentro de sí, sus capacidades, fortalezas, habilidades, etcétera.
“La orientación vocacional brinda herramientas, no ofrece la respuesta final. Sin embargo, un buen programa de orientación vocacional logra que los muchachos salgan con metas definidas antes de entrar a la universidad”.
¿Qué pasa si luego de este proceso llega la hora de enviar los papeles de admisión sin una idea clara sobre una carrera?
Quienes pasaron por un buen programa de orientación vocacional toman una decisión o tienen dos buenas opciones.
“Si esto no ocurre, es válido buscar más apoyo y, sobre todo, darse un tiempo para crecer”.
¿Cómo conciliar lo que quiero ser con lo que puedo ser?
No hay una sola vocación o, mejor dicho, la vocación no responde a una sola carrera. Yo soy psicóloga y tengo una vocación de servicio que también hubiera satisfecho, como enfermera, trabajadora social, publicista o educadora.
“No existe esto de ‘Yo nací para...’. Puede ser que tenga un llamado para el cuidado de la gente y una preocupación constante por el bienestar de los demás, pero hay muchas maneras de satisfacer esta vocación. Si no hay cupos en psicología, entonces puedo ser enfermera”.
¿Cómo lograr que las expectativas de los padres y profesores no influyan en la decisión final?
Esto tiene que ver con el desarrollo y madurez de los muchachos. Si un adolecente está muy confundido, tenderá a no asumir la responsabilidad sobre su vida y dejará a otros las soluciones, como la elección de su carrera.
“Por eso, es importante trabajar la parte interior y hacerlo junto a los padres de familia, quienes no pueden pedir a sus hijos que hagan lo que ellos no lograron”.
¿Es válido dejar una visión “romántica” sobre la vocación y elegir en función al mercado?
Es algo completamente válido. Estudiar para no ejercer causa una gran frustración.

  • POR Por Marcela Cantero
  • Vivir
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