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Millonarios lotes de joyas robadas son irrecuperables

Ladrones sustrajeron en el último año ¢1.400 millones en alhajas Varias víctimas quedaron al borde de la quiebra y critican trabajo policial

Si a usted le roban el vehículo, un televisor o una computadora, tiene algunas posibilidades de recuperarlos con ayuda policial.
Pero si le roban joyas, desde oro hasta piedras preciosas como diamantes, esmeraldas, perlas o rubíes, mejor vaya resignándose porque lo más probable es que jamás las recupere.
En este campo delictivo, encabezado por "ladrones especializados en joyas", según las autoridades, los delincuentes llevan por ahora una gran ventaja.
En los últimos 12 meses, los hampones robaron alhajas valoradas en más de ¢1.400 millones, la mayoría mediante asaltos cometidos contra joyerías y lujosas residencias en Alajuela y San José.
Policía contra la pared. Varias de las víctimas, entre ellas prósperos empresarios, quedaron a un paso de la ruina y critican el trabajo policial porque “no han logrado dar con los ladrones ni recuperar una sola joya”.
Tal es el caso de José Rojas Carranza, dueño de la empresa Tiempos Dorados, a quien robaron, el 9 de marzo, esmeraldas, ópalos, topacios, relojes, diamantes, zafiros y rubíes, valorados en ¢300 millones.
El millonario atraco fue cometido por una mujer y tres hombres que alquilaron un local junto a la joyería de Rojas, en Sarchí de Valverde Vega, Alajuela.
Los ladrones aprovecharon una noche para introducirse por el cielo raso, violentar una caja fuerte con equipo de acetileno y huir sin dejar rastro.
Incluso, usaron guantes para no dejar huellas dactilares.
Las joyas no han sido recuperadas y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), al igual que en otros casos similares, no cuenta con pistas para dar con la banda.
“Siento que la Policía a veces logra algo solo por casualidad o por accidente. Me dejaron debilitado económicamente y ahora estoy vendiendo varios de mis negocios”, se quejó Rojas.
Para este hombre, dedicado a la venta de joyas durante los últimos 15 años, la recuperación de algunas de las costosas piezas que le robaron “es casi imposible”.
Situación similar sufre un jubilado argentino de apellido Koper, de 82 años, a quien sustrajeron joyas valoradas en ¢780 millones durante un asalto a su residencia en San Rafael de Escazú, San José.
Las piedras preciosas, también oro, estaban en una caja fuerte que, lo mismo que en Sarchí, fue abierta fácilmente por los delincuentes.
Lo mismo sucedió el 13 de febrero en el centro de Alajuela, donde cuatro hombres, descritos como “muy elegantes” por su forma de vestir, se apoderaron de ¢50 millones en joyas de un local comercial.
Su propietario, de apellido Berrocal, tuvo que cerrar el negocio pocos días después, debido a las cuantiosas pérdidas que sufrió y porque, como en los casos de otras víctimas, no logró recuperar nada.
Entre el 2006 y lo que va del año, las autoridades no han desarticulado ninguna de las, al menos, tres bandas vinculadas con la ola de atracos contra joyerías.
De acuerdo con informes de la Oficina de Planes y Operaciones del OIJ, entre enero del año pasado y abril de este, los delincuentes sustrajeron diversas cantidades de joyas en 1.279 asaltos, la mayoría en San José.
Estos robos son atribuidos a “especialistas”, una nueva “variedad” de delincuente con amplios conocimientos en alhajas y sus amplias posibilidades de mercadeo.
“Saben qué hacer con el oro y las joyas, y también dónde colocarlas o venderlas para deshacerse de ellas”, afirmó el director interino del OIJ, Francisco Segura.
Aunque hay varios sospechosos “en la mira” de las autoridades, rehusó brindar otros detalles para no entorpecer las investigaciones.
Trascendió que entre los hampones hay varios nacionales, algunos con antecedentes penales por delitos similares, y extranjeros.
Las joyas usualmente son sacadas del país para venderlas a coleccionistas internacionales.
Sin embargo, las autoridades sostienen que parte de las piedras preciosas son vendidas en compraventas, en muchas de las cuales no preguntan su procedencia.

  • POR Nicolás Aguilar R.
  • Sucesos
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