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Jerusalén. Reuters y EFE. Israel declaró ayer "entidad enemiga" a la franja de Gaza y dijo que iba a realizar cortes al suministro de combustible y otros insumos vitales para el territorio controlado por Hamás, en respuesta a los ataques con cohetes lanzados por militantes palestinos.
Hamás describió la maniobra, que complica una visita a la región de la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, antes de una conferencia de paz por Oriente Medio auspiciada por Washington, como una declaración de guerra.
“El objetivo de matar a la gente de hambre y forzarla a agacharse y aceptar fórmulas humillantes, eso es lo que podría emerger de la llamada conferencia de paz de noviembre”, dijo el portavoz de la organización islámica Hamás, Fawzi Barhoum.
La oficina del primer ministro israelí, Ehud Olmert, dijo que el gabinete de seguridad aprobó la clasificación de “entidad enemiga” y que se limitarían las importaciones a la franja de Gaza y una reducción de los suministros de combustible y electricidad.
No dio una fecha de inicio para las sanciones, que serán puestas en marcha después de que las autoridades israelíes examinen las ramificaciones legales y humanitarias de la medida.
“Vamos a pedir a los estadounidenses que presionen a Israel para que no tome tal decisión”, manifestó el ministro de Información palestino Riyad al-Malki en la ciudad de Ramalá, Cisjordania, en donde Rice se reunirá hoy con el presidente Mahmud Abas.
Abas estableció un gobierno apoyado por Occidente en la ocupada Cisjordania luego de que los islámistas de Hamás vencieron a los combatientes de su facción Fatá y tomaron control de la franja de Gaza en junio.
El grupo Hamás se niega a reconocer a Israel y renunciar a la violencia, tal como demandan las potencias occidentales.
Apoyo. La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, apoyó de forma implícita la decisión de Israel de considerar Gaza como un territorio enemigo controlado por una “organización terrorista”, Hamás.
“También para nosotros Hamás es una entidad hostil” , señaló Rice, quien precisó, no obstante, que su país “no abandonará a los palestinos inocentes” ante las consecuencias de la decisión israelí.
Rice hizo estas declaraciones en una rueda de prensa con su homóloga israelí, Tzipi Livni, tras la reunión que mantuvieron en la sede del ministerio israelí de Exteriores en Jerusalén poco después de que se conociera la determinación del Estado Judío.
Consciente de las implicaciones de las medidas israelíes para el millón y medio de habitantes de la paupérrima franja, Rice se esforzó en subrayar que Israel y EE. UU. comparten “la opinión de que hay que hacer todos los esfuerzos para cubrir las necesidades humanitarias” de la población de ese territorio palestino.
Frente a los ataques con cohetes que los militantes palestinos lanzan a través de la frontera y que el Ejército israelí no ha logrado detener, Olmert ha recibido cada vez más presión de los miembros de derecha de su Gobierno para ordenar una operación terrestre amplia en la franja de Gaza y confrontar a los militantes.
Al definir formalmente a Gaza como una entidad enemiga, Israel puede argumentar que no está obligado, según la ley internacional que gobierna a la administración del territorio ocupado, a proveer bienes a la población de 1,5 millones de habitantes.
Sin embargo, un funcionario de alto rango de la ONU aconsejó a Israel no interrumpir la entrega de servicios esenciales a Gaza.
Israel retiró tropas y asentamientos de la franja de Gaza en el 2005. Los palestinos dicen que aún están bajo ocupación porque Israel controla sus fronteras.
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