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Luis Alvarado es un comerciante quien se dedica a vender frutas y a moler maíz para obtener masa de chorreadas. Él es uno de los romeros de Tilarán que, tras 10 horas de caminata, completaron ayer la segunda etapa de su viaje hacia la basílica de Los Ángeles.
Luego de trajinar 40 kilómetros de carretera, los devotos provenientes de Tilarán lucían maltratados, pero con el ánimo intacto.
Mientra caminaba cerca de Sardinal, don Luis relató que hace la peregrinación de 217 kilómetros a Cartago en agradecimiento por un hijo que regresó a su casa.
"Se me había venido para Heredia y se había metido en drogas. Entonces yo busqué lo más duro para mí. ¿Qué era lo más difícil de hacer?, y le hice una promesa a la Virgen de los Ángeles: si mi hijo me llama –porque yo no sabía dónde estaba– yo me comprometía a venir.
“Al día siguiente él me llamó y me lo llevé para Tilarán de una vez. Resulta que ya tenemos tres años de viajar (en romería). Si no, yo me hubiera vuelto loco".
Los kilómetros se sienten en el cuerpo y a la mayoría les han salido ampollas en los pies, las cuales son atendidas por el masajista Jorge Navarro mediante una dolorosa curación con yodo.
En esta segunda jornada, la veintena de romeros caminó sobre la Interamericana, desde el cruce de La Irma, en Abangares, hasta el Palenque Garabito, pocos kilómetros antes de la entrada a Miramar.
Los peregrinos pretenden llegar a Cartago el próximo viernes, en la víspera de los festejos.
Sufrimiento. Patricia, una mujer que trabaja en el Ebais de Sardinal, tuvo que recibir una curación con yodo, pero de inmediato se levantó a caminar de nuevo.
Además, a varios muchachos les han salido ampollas. Sin embargo, dicen que al cabo de un rato ya no las sienten.
La segunda etapa comenzó ayer a las 2:30 a. m. El clima favoreció la caminata en las primeras horas de la mañana, pues los rayos del sol fueron tapados por nubes y durante gran parte del trayecto un “túnel” de árboles refrescó el paso. Pero entre las 9 a. m. y la 1 p. m. el sol se despejó implacable.
Durante cierta parte del recorrido también se observaba el mar en el golfo de Nicoya.
Doña Grace Durán es la esposa de José Rafael Cabezas, quien creó la romería desde Tilarán en 1986. Ella viaja con su hija Dayana, de 21 años. Doña Grace sufre de ampollas en un pie, pero a ella nada la detiene. Recuerda que su esposo viajó la primera vez solo, sin asistencia y durmiendo a la vera del camino.
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