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El sueño de monseñor Rómulo Emiliani de construir un albergue para niñas en riesgo social, empieza con las "tardes de reflexión" que realizaba él con su grupo de voluntarias para recaudar fondos. Desde entonces han pasado 25 años.
Atrás quedó la pequeña casita en Heredia que, por seis meses, bondadosamente prestó la familia Zumbado, y los grandes esfuerzos que hubo que hacer para continuar pagando el alquiler de esta.
Las amplias instalaciones actuales del Hogar, con sus zonas verdes, sus árboles frutales, sus cultivos de productos orgánicos e hidropónicos bajo el cuidado de las muchachas es el fruto del esfuerzo de tanta gente que hace de su vida un apostolado en favor de estas chicas.
En este marco de celebraciones, el pasado 5 de julio las invitadas de honor a la tarde de reflexión fueron las exalumnas del Hogar. Llegaron de muchas partes, orgullosas, con sus hijos de la mano, sus risas y sus sueños cumplidos.
Aprendizaje para la vida. Todas coinciden en que lo aprendido en el Hogar, las oportunidades de estudio, los diversos cursos recibidos, las capacitaron para la vida. Hoy trabajan como reposteras, confeccionan piñatas, promocionan productos, ¡aprendieron a ser independientes y autosuficientes!
Este día compartieron alegremente con las 20 jóvenes actualmente albergadas, semejando una enorme y feliz familia.
Algunas de las voluntarias, Hellen, Emilia, Silvia, han vivido la historia desde el inicio. Esa tarde, varias veces, sus ojos se llenaron de lágrimas y parecían evocar los momentos difíciles y los bellos momentos, el triunfo y el fracaso, el logro y lo que no se pudo alcanzar.
En el aire se sentía la fuerza de tantas manos tendidas para ayudar, cada una en el momento oportuno. ¡Seguimos a su lado como cuando eran niñas!, cuando alcanzaron su mayoría de edad y tuvieron que dejar el regazo que significa el Hogar fue cuando más nos necesitaron y saben que seguimos siendo sus “tías”.
El fuerte aguacero en el siempre caluroso San Rafael de Alajuela nos hizo recordar que el agua fresca y purificadora ayudará a que Siembra siga cosechando vidas.
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