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Hamburgo (DPA). Desafiando la nube de ceniza volcánica procedente de Islandia, centenares de hinchas del Atlético de Madrid llegaron hoy a la ciudad alemana de Hamburgo, a la espera de ver a su equipo ganar mañana al Fulham inglés y levantar por segunda vez una Copa europea.
El tercer club de España por palmarés y aficionados anhela recuperar con la Liga Europa el brillo perdido en las últimas décadas y romper el conjuro de tres finales continentales perdidas, en 1963, 1974 y 1986.
Tiene buenos recuerdos de Alemania, donde se adjudicó precisamente el último título europeo, la Recopa de 1962, al superar a la Fiorentina en Stuttgart.
Ahora, el frío Hamburgo -con temperaturas medias de diez grados- servirá de escenario para la primer final de los "colchoneros" después de 24 años. La semana siguiente tendrán otra, la de la Copa del Rey ante el Sevilla en Barcelona.
Para el partido ante los "cottagers" del Fulham, el técnico del Atlético, Quique Sánchez Flores, tiene a todos sus jugadores importantes en perfectas condiciones.
Su ausencia más sensible es la del portugués Tiago, no inscripto en la competición y cuyo hueco en el centro del campo probablemente será cubierto con la presencia de Pablo Assuncao y Raúl García.
En los extremos, José Antonio Reyes y el portugués Simao servirán centros a los delanteros Sergio "Kun" Agero y Diego Forlán, dos jugadores clave que juntos anotaron ocho dianas.
Especialmente Forlán podría desequilibrar al Fulham después de anotar los tantos decisivos contra el Liverpool, el Valencia, el Galatasaray y el Sporting de Lisboa.
Aún así, Sánchez Flores trató hoy de calmar las expectativas en torno a su equipo como favorito. "Respetamos muchísimo al rival. No nos sentimos para nada favoritos".
"Tenemos un rival que no deja jugar, que no maneja demasiadas herramientas, pero las que tiene las maneja bien", advirtió el técnico de los "colchoneros", que disputarán en Hamburgo la quinta final europea de su historia.
"Sabemos que es un partido complicado porque es un gran equipo. Fulham es un rival que tiene jugadores físicamente fuertes, que domina el balón, por algo están en la final", lo secundó el delantero uruguayo Diego Forlán, uno de los artífices del desembarco del Atlético en la final.
"No vamos a subestimar al rival, nos queda apuntillar lo que hemos hecho hasta ahora", previno asimismo el capitán del conjunto rojiblanco, Antonio López.
Para el Fulham, un club a la sombra de los grandes como el Chelsea y el Arsenal, la final es un sueño hecho realidad y la primera oportunidad de conseguir un título en sus 131 años de historia.
"No tenemos el plan de ser los segundos mejores", advirtió en dirección al Atlético, proclamó el técnico del Fulham, Roy Hogdson, que hizo realidad el milagro de poner al modesto equipo inglés en la antesala de la ansiada gloria.
"Les tenemos mucho respeto, pero ellos también nos lo tienen", agregó, para referirse al rival madrileño como "un plantel capaz de competir con los mejores, que tiene mucha confianza, que está jugando bien y con buenos resultados... Con muy buenos jugadores y jugadores famosos".
Hodgson, nombrado esta semana entrenador inglés del año, ya sabe lo que es perder una final porque cayó con el Inter milanés ante el Schalke en 1997, pero ansía el título en Hamburgo: "Esto supera todo lo que he hecho hasta ahora".
El técnico de 62 años inoculó al duodécimo de la Premier League una táctica de contraataque que destruyó las ilusiones de la Juventus y lo catapultó sucesivamente hasta Hamburgo.
Hodgson expresó el deseo de conseguir el título que le fue esquivo cuando perdió con el Inter de Milán en la final de 1997 ante el Schalke alemán.
"Me gustaría terminar mi carrera con un trofeo en la mochila", dijo el entrenador que podría convertirse mañana en una leyenda.
"Es grandioso estar en la final, pero queremos ganar y completar este cuento de hadas", se entusiasmó el capitán del Fulham, Danny Murphy, cuyo plantel dio cuenta previamente del Wolfsburgo y el Hamburgo alemanes.
Para el encuentro en el estadio hamburgués, el Fulham teme por la forma de su gran estrella, el delantero Bobby Zamora, con molestias en el tendón de Aquiles. Zamora anotó los goles decisivos contra el Shakhtar Donetsk, la Juventus y el Wolfsburgo. "Espero que pueda jugar mañana", expresó Hodgson.
El plantel del Atlético llegó el lunes a Hamburgo para evitar problemas derivados de la ceniza del volcán islandés Ejyafjalla y se espera que unos 15.000 aficionados lleguen entre hoy y mañana.
En horas de la tarde habían aterrizado tres aviones procedentes de Madrid y se esperaba la llegada de un cuarto vuelo.
Un hincha del Atlético que se ha propuesto firmemente presenciar el encuentro es el Príncipe Felipe. El Príncipe de Asturias es seguidor de toda la vida de los "colchoneros" y asistió cuando llegaron a la última final europea, la Recopa de 1986 contra el Dínamo de Kiev, ante el que cayeron por 3-0.
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