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Las consecuencias económicas de la marea negra del Prestige en el litoral atlántico francés, zona de turismo y pesca, ya han empezado, con la prohibición de la recogida y venta de mariscos de la cuenca de Arcachon, famosa por sus ostras.
Una nueva capa de fuel fue detectada ayer a la entrada de la cuenca, tras las dos, muy grandes, avistadas la víspera, dijo el prefecto de la región de Aquitania (suroeste), Christian Frémont, e indicó que van a intentar sacarla del agua.
En las Landas, donde los primeros restos del vertido aparecieron el martes, llegaron ayer placas más grandes, mientras que en Ile d’Yeu (Vendée, oeste), la marea se llevó de noche gran parte de los miles de pegajosas "galletas" llegadas ayer, pero se han localizado varias manchas en el mar, a tan solo 15 kilómetros de la costa.
Con más de 200 kilómetros afectados por los restos del fuel del petrolero que naufragó frente a las costas españolas el pasado mes de noviembre, crece la angustia por el impacto económico que pueda tener la marea negra.
Acciones
La situación tiende a ir para largo, según el Gobierno, que ha dispuesto ya $50 millones. Los primeros $10 millones estarán este lunes en las prefecturas de las zonas afectadas, según la ministra de Ecología, Roselyne Bachelot.
La funcionaria dijo, además, que para hoy estarán llegando 200 militares y más de 100 miembros de seguridad civil para ayudar en las operaciones de limpieza.
Para los productores de ostras de la cuenca de Arcachon, la marea negra es una catástrofe.
Los criaderos producen 12.000 toneladas de ostras al año y en total unas 350 empresas trabajan en el sector.
La Prefectura prohibió antenoche la recogida de ostras y mariscos en la cuenca, y su venta desde ayer en la tarde. El prefecto, que ayer presidió una reunión de crisis, dijo: “Cuando estemos seguros de que ya no hay peligro, la venta se reanudará, pero por ahora estará vedada”.
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