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Cañas, guanacaste. De los muchos quejosos del barrio San Martín por el polvoriento estado de su calle, el testimonio de dos vecinos evidencia el problema.
Berny Espinoza y Marco Esquivel se aferran a la vida pues están seguros de que les ha dado una segunda oportunidad y temen que el polvo que tragan a diario afecte su delicado estado.
Berny es un caso especial, ya que recibió un trasplante de riñón por problemas de insuficiencia renal hace varios meses.
Por otra parte, Marco sufre de una perforación en uno de sus pulmones, por lo que cada dos meses debe viajar hasta el Hospital San Juan de Dios para recibir tratamiento y control.
Ambos lamentan que la municipalidad no asfalte los 300 metros de calle y que, por el contrario, aplique materiales que, en su criterio, están afectando la salud.
Aunque poco a poco logran salir adelante, aseguran que lo piensan dos veces para dejar sus casas. Salir para ir al trabajo, hacer un mandado o simplemente asistir a la junta de vecinos, puede convertirse en un tormento diario.
"Soy un paciente de trasplante de riñón y el polvo que se levanta cuando pasan los carros o cuando hace mucho viento me perjudica mucho, pues lo único que le tiran a esta calle es toba y material chopo", reclamó Berny.
Entretanto, Marco comentó que tiene 35 años de vivir en este barrio y ha sido en los últimos años que ha visto cómo ha empeorado su estado de salud.
"El viento y el polvo a mí me afectan mucho. Hay días que paso bien, pero a veces estoy muy mal de salud. Es que no se puede ni respirar", comentó.
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