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Escolares usan robótica contra la contaminación

Niños diseñan ventanas para evitar entrada de polvo que llega desde industria

Quince escolares del centro Juan Vázquez de Coronado, en Agua Caliente de Cartago, buscan soluciones para los residuos de polvo que salen de la fábrica de cemento Holcim hacia esa comunidad.
Los estudiantes están diseñando unas ventanas especiales, como parte de las clases de robótica que coordina la Fundación Omar Dengo (FOD).
En esas clases, los menores ensamblan estructuras que controlan por medio de programas especiales de computadora (sistema Gogoboard).
En el proyecto para solucionar el problema del polvo, los niños proponen unas ventanas especiales.
"Están diseñando unas ventanas móviles que permitirían recoger el polvo en pequeños canales", contó María Isabel Ortiz, experta en informática educativa.
"En las ventanas habría un sistema automático que volcaría los canales, cuando estén llenos de polvo, para botar los residuos que vaya acumulando", añadió Ortiz.
El polvo afecta los cultivos de la zona, y se introduce en las casas provocando mucha suciedad y, en algunos casos, activa las alergias.
"Nuestras madres están cansadas de limpiar , una y otra vez, ese polvo", contó Adriana Arrieta parte del grupo y alumna de sexto.
Por ahora, se trata de un proyecto que requerirá de mucho trabajo, pero los educadores señalan la importancia de que los niños aprendan a utilizar la tecnología.
Herramienta de trabajo. El instrumento que usan ellos y otros estudiantes en el país en sus clases de robótica es el Gogoboard.
Consiste en una tarjeta adaptable a la computadora, la cual permite programarla para que funcione sobre estructuras externas.
Su creador fue Arnan Sipitakist, ingeniero en computación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Estados Unidos).
La tarjeta es muy costosa, por lo que Sipitakist -y su colega, David Cavallo- impartieron a finales del año pasado un taller sobre cómo construir ese dispositivo usando desechos de computadoras.
El taller fue para colegios vocacionales del país, entre ellos, el Colegio Vocacional de Artes y Oficios de Cartago (Covao).
Sus alumnos tuvieron éxito en construir el dispositivo a partir de desechos, y enseñaron el proceso a escuelas de la zona, como el centro Juan Vásquez de Coronado.

  • POR Fernando Gutiérrez
  • Vivir
Omar Dengo
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