Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Cualquier subsidio a la producción es deplorable pues causa una incorrecta asignación de recursos, al inducir una competitividad artificial de los bienes o servicios favorecidos.
Otorgar un subsidio a un productor local para incentivarlo a exportar es un pésimo negocio, que afecta el bienestar de sus habitantes pues equivale a regalarlo a los consumidores extranjeros.
Costa Rica ha reiterado su posición firme en contra de los subsidios que los países desarrollados otorgan a ciertos productos agrícolas. Hasta los opositores al TLC lo usan como argumento en contra del comercio con dichos países.
Pero, ese planteamiento es inconsistente. Constantemente pecamos de lo que acusamos al resto del mundo. Históricamente, el país ha hecho festín de subsidios discriminatorios a productores de café, arroz, azúcar, frijoles, papas; a actividades pesqueras, turísticas, o a grupos tan imprecisos como pequeños o medianos productores (nada de lo cual es equivalente a que sean pobres).
Hemos sido muy ingeniosos para crear corporaciones, oficinas e institutos para subsidiar grupos de presión y hasta otorgarles la administración, a su mejor conveniencia, de monopolios y regulaciones.
Se otorgan también subsidios encubiertos vía tasas de interés, aranceles, prohibiciones o barreras de entrada a algunas actividades.
La Asamblea Legislativa aprobó un nuevo esquema de subsidios para incentivar la producción orgánica. Eso va en contra de lo que predicamos y se opone a las normas internacionales de comercio. Además es discriminatorio para los demás productores y representa una carga injusta para los contribuyentes.
Este documento no posee notas.