Nueva York. DPA y Reuters. Estados Unidos se disculpó oficialmente por la retención del canciller venezolano, Nicolás Maduro, durante la noche del sábado en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.
El Canciller estaba acompañado por su mujer y una de sus hijas cuando, según sus propias declaraciones, fue retenido alrededor de 90 minutos y se impidió su salida, a pesar de identificarse como miembro de gobierno de alto rango.
Maduro había participado en el debate de la Asamblea General de la ONU y se disponía a volver a Caracas.
El diario estadounidense The New York Times citó en su edición de ayer a un portavoz de la Secretaría de Estado, Gonzo Gallego, que afirma que el organismo lamenta lo sucedido y que "el Gobierno de Estados Unidos se disculpa ante el canciller Maduro y el Gobierno venezolano".
La CNN informó, citando a un trabajador no identificado de la Casa Blanca, que Maduro llegó solo con 30 minutos de antelación antes de la salida de su vuelo, pagó sus billetes en efectivo y después se dispuso a pasar por los controles.
Cuando los trabajadores le pidieron que pasara por segunda vez por el detector de metales, el Canciller se negó y en lugar de ello hizo una llamada por el teléfono móvil, según la emisora.
Maduro fue entonces conducido a una pequeña sala para continuar con su registro y se le pidió que se quitara la ropa.
En una conferencia de prensa, Maduro aseguró que los funcionarios de la seguridad fueron agresivos cuando él reconoció ser el jefe de la diplomacia de Venezuela, y que le insultaron y amenazaron con golpearlo.
Reclamo. Ayer el Movimiento de Países No Alineados (NOAL), cuya presidencia ostenta Cuba, protestó oficialmente por la “retención ilegal” del canciller venezolano.
“El presidente del Movimiento de Países No Alineados emite su más enérgica protesta ante esta burda provocación”, dijo la organización en un comunicado fechado el sábado en Nueva York y distribuido ayer por el Ministerio de Información venezolano.
Maduro anunció que llevará el caso ante la ONU al considerar que EE. UU. violó el protocolo diplomático internacional.