Heredia. Su estilo siempre ha sido el de un futbolista con perfil bajo, de esos que no gustan ser perseguidos por los micrófonos. Pero ayer Mario Víquez no pudo evitar convertirse en el centro de atención tras el partido entre florenses y porteños.
El gol olímpico que marcó al minuto 85 del partido, y que representó el 2-1 definitivo de Puntarenas sobre Herediano, lo ubicó como el héroe de un encuentro sumamente intenso.
"Sabía que ese marco ‘chupaba’ un poco –la pelota–, aparte de que había viento, así que en todos los tiros de esquina trataba de pegarle fuerte y le dije a los compañeros que fueran contra el portero", expresó Víquez mientras abandonaba la gramilla del Rosabal Cordero.
Segundos antes del tanto Víquez había enviado un disparo similar, pero este llegó al primero palo y fue despejado.
Mas, la izquierda “mágica” de Víquez volvió a ejecutar el cobro, solo que esta vez la pelota viajó al segundo palo, donde el esfuerzo de Kénneth Vargas no logró detener la anotación.
“El equipo vino a hacer un excelente trabajo, nos paramos bien, tocamos la pelota y desesperamos a Heredia. La estrategia era atacar y agruparnos bien atrás, y por dicha nos salió”.
Esta no es la primera ocasión que Víquez logra una anotación de este tipo, ya que en la temporada 2001-2002 le había marcado una al Saprissa con Liberia.
“Uno se pone metas en la temporada y yo quiero colaborar lo más que pueda con el grupo. Mi prioridad es defender, pero cuando puedo voy al ataque y trato de dar asistencias”.
Hasta la octava jornada Víquez suma ocho pases-gol, cuatro de ellos logrados el sábado 9 de setiembre ante Liberia.
Con tranquilad el lateral comentó que ello no es prioridad y lo único que le interesa ahora es el partido de este miércoles ante la Liga por la Uncaf. En el primer compromiso, disputado el pasado miércoles, en Alajuela, los naranjas vencieron 3-0.