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El riesgo que corre la salud de los meseros por el humo de segunda mano se reduce sustancialmente si se restringe el fumado en bares y restaurantes.
En espacios libres de humo, los trabajadores no fumadores presentan menos males respiratorios y pulmonares.
Así lo demostró un estudio hecho en bares escoceses que divulga hoy la revista JAMA .
Científicos del hospital Universitario Ninewells, en Escocia, examinaron el efecto de la legislación de espacios libres de humo aplicada en bares y restaurantes de ese país europeo.
El estudio se realizó de febrero a junio del 2006 en meseros.
Ese período abarcó los meses previos y posteriores a la restricción del fumado, que se inició el 26 de marzo del 2006.
Los investigadores siguieron a 77 trabajadores de bares, asmáticos y no asmáticos.
Ninguno de ellos era fumador.
Los médicos evaluaron una serie de síntomas respiratorios, como tos, flemas y capacidad pulmonar y respiratoria.
También evaluaron otros síntomas, como estornudos ojos irritados, dolor y picazón de garganta y nariz mocosa.
Todos los meseros se sometieron a pruebas pulmonares y análisis de sangre antes de la prohibición y al mes y a los dos meses de restringir el tabaco en bares.
Mejora. Antes de la prohibición, un 79% de los trabajadores sufría de problemas respiratorios.
Un mes después la cifra bajó al 53% (una disminución del 26%).
Dos meses después de la política de espacios libres de humo solo un 46,8% manifestó síntomas (una disminución del 32,4%).
Entre los trabajadores asmáticos se reportaron menos casos de inflamación de las vías aéreas y una mejora de su calidad de vida.
En todos los casos hubo una mejora de la función pulmonar y cayeron los niveles de nicotina metabolizada por el organismo.
La exposición al humo de los fumadores es un gran riesgo para la salud, según comprueban múltiples estudios sobre el tema.
Quienes se exponen tienen más riesgo de sufrir enfermedades del corazón, derrames y cánceres de pulmón.
Además, el humo de segunda mano empeora a quienes sufren de asma y alergias respiratorias desde la niñez.
En estos casos los pacientes tienen un control más pobre de su asma y alergias y sufren de más crisis que pueden llevarlos a buscar atención hospitalaria.
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