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Washington. DPA. Como es tradicional en la democracia de Estados Unidos, el discurso anual presidencial sobre el estado de la Unión se convirtió, el martes por la noche, en una demostración de unidad nacional.
Solo cuando Bush tocó el tema de Iraq se hizo palpable el desconcierto y la división de la política estadounidense, junto con la creciente soledad del Presidente.
A pesar de la tradición y el orgullo nacional, los demócratas y muchos republicanos escucharon con cara de piedra el llamado de Bush a la "unidad en la guerra contra el terrorismo".
La demócrata Nancy Pelosi presenció el discurso junto al vicepresidente Dick Cheney como primera mujer presidenta de la Cámara de Diputados.
En general, los demócratas salieron decepcionados: “Ningún cambio de dirección en Iraq, nada nuevo y nada que me convenza”, dijo el senador Barack Obama, nueva estrella de oposición.
Lo único nuevo, dijeron, fue la mención al desafío que supone el calentamiento global.
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