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Gonzalo Castellón, defensor de la exfiscal Zulay Rojas, aseguró ayer que su representada no estaba en la obligación de denunciar al exdefensor público Luis Fernando Burgos.
Según la acusación, Burgos le confió a Rojas el martes 11 de julio del 2006, aproximadamente a las 8 p. m., detalles de cómo dio muerte a su esposa, Maureen Hidalgo, en horas de la mañana de ese día en su apartamento.
La exfiscal reconoció el 16 de julio ante los jueces que Burgos le reveló el homicidio, pero adujo que no lo denunció por un miedo insuperable que la paralizó para tomar semejante decisión.
El abogado Castellón argumentó que al recibir la supuesta confesión de Burgos, la exfiscal estaba fuera de su turno laboral y por eso no fungía como funcionaria del Ministerio Público. Así contradijo el criterio del fiscal general, Francisco Dall’Anese, quien aseguró que el cargo se ejerce durante las 24 horas.
Según Castellón, para que los fiscales tengan disponiblidad las 24 horas es indispensable una norma expresa que así lo establezca, como ocurre con las leyes policiales. "El jerarca del Ministerio Público no puede venir a suplantar una norma", dijo.
Al finalizar sus conclusiones, Castellón pidió al Tribunal de Juicio de San José absolver a Rojas del delito de encubrimiento que le atribuyen los fiscales Christian Ulate y Miguel Abarca, quienes pidieron el martes condenar a Rojas a seis años de prisión.
Agente provocador. El defensor rebatió la tesis de la Fiscalía de que Zulay Rojas ejerció actos a favor de Burgos en una reunión –la noche del jueves 13 de julio del 2006– en la sección de homicidios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Castellón atacó a Dall’Anese por mandar a traer a Zulay Rojas a su apartamento en Sabanilla, Montes de Oca, para participar en esa reunión cuando no estaba en horas de trabajo.
“Nada tenía que hacer Zulay ahí; lo que quería Dall’Anese, de acuerdo con su propia versión, era ver la reacción de Zulay cuando él dijera que Burgos había matado a su esposa; Dall’Anese sabía que Burgos y Zulay fueron novios”.
El abogado defensor estimó que la conducta de Dall’Anese fue la de un agente provocador del delito, lo cual no tiene validez legal.
Agregó que el propio Dall’Anese declaró que Zulay Rojas se quedó “como una piedra” cuando le contó sobre la muerte de Maureen Hidalgo y la posibilidad de que Burgos fuera el autor.
Intimidaciones. “Después de que Burgos le confesó el crimen a Zulay y le pidió un carro prestado, ella se negó y por eso él cambió su versión de los hechos y trató de confundirla diciéndole que Maureen estaba desaparecida y que le ayudara a preparar el aniversario del matrimonio”, dijo Castellón al tribunal.
Añadió que ante la negativa de Rojas a prestarle ayuda, Burgos le hizo varias llamadas telefónicas.
“Trató de confundirla; incluso la visitó en su oficina al día siguiente y hasta fue a visitarla a su apartamento en la noche, pero no pudo en trar porque Zulay no se encontraba ahí. Creo que se salvó porque nadie sabe si podía correr igual suerte que Maureen”, arguyó Castellón.
Resalta declaración. Castellón resaltó la declaración de su representada ante el tribunal.
Adujo que la Fiscalía se equivocó al acusar a Rojas porque perdió a su mejor testigo y arriesga la posibilidad de perder el caso.
El testimonio de Rojas –dijo– es el único que acredita la fecha del homicidio de Hidalgo, la conducta agresiva y controladora de Burgos y el hecho de que el acusado separara a la víctima de su familia.
“Zulay es la primera que narra de forma conmovedora cómo Burgos le contó que había matado a Maureen”, aseveró.
Según el abogado, fue tan convincente la declaración de Rojas que es su propio testimonio el que la incrimina. Exhortó a los juezas para que valoren de manera positiva la declaración de su defendida.
“Es una confesión calificada que no puede dividirse creyendo una parte y no creyendo otra parte, como lo hace el Ministerio Público a su conveniencia. O le creen todo o no le creen nada, pero no se puede hacer divisiones de su declaración”, sostuvo el abogado.
“Hubiese sido muy fácil abstenerse, pero Zulay no ha dejado de ser fiscal, sigue pensando como fiscal y está del lado de la verdad; ella siempre quiso venir a declarar la verdad de lo ocurrido asumiendo todos los riesgos”, dijo Castellón. Colaboró Alexandra Hidalgo
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