Abrir Noticia Guardar

Obras fantasmas sobran en las zonas turísticas

Como gigantes dormidos y abandonados a su suerte se levantan, en localidades costeras de este Pacífico norte, decenas de edificios que en teoría deberían producir riqueza a Guanacaste.
Transitar por estos rumbos es como una broma de mal gusto: torres que nunca terminaron de crecer se alzan hacia el cielo con brazos de hierro sin coronar, en un gris fantasmal que habla de tiempos mejores.
Detrás de cada boquete de ventana sin vidrio, de cada entrada sin portón, de cada propiedad cercada con malla o latas de zinc, de cada grúa paralizada, hay una historia de esfuerzo truncado.
Frustración. "Este era mi sueño, era mi vida. Ahora voy a vender la propiedad en menos plata de lo que me costó para no perder todo y poder pagarle al banco", cuenta con tristeza Marlem Bicky, quien no pudo finalizar su proyecto turístico al que había denominado Hotel Ocarina y que se levantaría en Tamarindo, Santa Cruz.
“He invertido ¢140 millones, pero lo estoy vendiendo en ¢120 millones para poder pagar al banco”, declaró la frustrada empresaria.
“Yo quería hablar con (el prsidente) don Óscar Arias, para ver si me podían ayudar a readecuar la deuda con el Banco Nacional, pero bueno, me ha sido difícil. Voy a ver si mañana puedo hablarle (hoy)”, declaró Bicky.

  • POR Esteban Mata / emata@nacion.com
  • Nacional
Notas

Este documento no posee notas.