Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Esta es la mejor respuesta que pude encontrar a la recomendación dada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a las autoridades económicas de nuestro país durante la visita realizada este mes de agosto: si estamos resfriados, mejor no mojarnos más. No sería prudente en estos tiempos tomar medidas fiscales contractivas de la economía. Este sería el peor error que podríamos estar cometiendo actualmente si no queremos enviar a cuidados intensivos una economía con síntomas de resfrío muy fuertes. Esto es especialmente cierto si tomamos en cuenta que en el exterior el clima está bastante complicado y nos puede dar una pulmonía si salimos a experimentar en estas condiciones. Si bien sabemos lo pernicioso que podría ser mantener déficits fiscales elevados y, más aún, dejarles la puerta abierta a las autoridades (hay que reconocer su buen trabajo) en plena entrada al ciclo político electoral para que disparen dicho déficit, es impensable creer que una reforma tributaria para subir los ingresos públicos pueda ayudar a reactivar una economía que está de capa caída.
Disciplina fiscal. Reconocemos que puede haber un efecto crowding out, por medio del cual una disminución en el déficit pueda reducir tasas de interés e incentivar la inversión privada, pero la experiencia nos indica que en épocas de depresión económica, los inversionistas, más que salir a buscar premios, se tornan más adversos al riesgo y prefieren posponer la inversión, razón por la cual este efecto de crowding out es difícil que pueda llegar a ocurrir.
Si, por el contrario, mantenemos una sana disciplina fiscal, aumentamos la eficiencia de la recaudación y no estrujamos más la economía, podríamos estar influyendo de manera más positiva en las expectativas del mercado, dando a entender el interés de las autoridades fiscales por salir de este bache recesivo que enfrenta el mundo entero y generando, a su vez, confianza y optimismo en los mercados.
Muchas veces la receta que nos manda el médico es un buen jarabe para la jaqueca, pero no olvidemos decirle al médico que somos diabéticos y una dosis de su jarabe nos podría traer daños mayores que un dolor de cabeza.
Este documento no posee notas.