Cartago (Redacción). Sólo ¢5.000 tendrán que pagar los actuales dueños de la casona, que estaba en proceso de declaración de patrimonio arquitectónico por el Ministerio de Cultura, en el centro de Cartago, y que comenzó a ser demolida el sábado anterior, en horas de la noche.
Así lo reveló el presidente municipal de Cartago, Adrián Leandro, quien dijo que así lo estipula el reglamento de construcciones municipales, "por lo que aunque quisiéramos sancionar con más rigurosidad, no podemos, más bien la persona llega, paga el permiso y la multa y puede proseguir la demolición".
Esto, agregó Leandro, porque esta casa de los Torres, estaba en proceso de declaratoria, “ pero todavía no la cobijaba la ley, por lo que nosotros tenemos que atender la solicitud como de cualquier otra demolición”, explicó.
Aceptó que en Cartago, en estos casos, no se pide el permiso con anterioridad, porque los dueños saben que entonces los funcionarios se lo comunicarían al Centro de Investigación y Conservación de dicho ministerio, que agilizaría los trámites de declaratoria.
Leandro, dijo que el acuerdo municipal que ellos tomaron, sobre declarar el casco central de Cartago, como centro histórico, “sólo protege los edificios que ya tienen dicha declaratoria, y control sobre nuevas construcciones, que no se aparten del entorno arquitectónico de este espacio”
Leandro urgió al Ministerio de Cultura, a declarar patrimonio otras edificaciones cartaginesas, que están en el inventario, para que situaciones tan dolorosas no vuelvan a suceder.
Añadió, que ellos han colaborado en el programa de rescate arquitectónico, que impulsa la Junta Administrativa de Servicios Eléctricos de Cartago (Jasec), que con una inversión de ¢400 millones, ha iluminado artísticamente edificios patrimoniales cartagineses, con el fin de rescatar el acerbo histórico y también hacer más atractivo turísticamente, a la antigua capital colonial de Costa Rica.
David Mitta, dirigente juvenil de Cartago, dijo que la comunidad , debía estar muy atento a lo que se va a construir allí, “ojalá no sea una bodega o parqueo, y la nueva construcción guarde el respeto arquitectónico del lugar”.