U ICUI CU 101.
EDITORIAL PENTAGRAMA Nada ni nadie nos es ajeno.
Ocho millones de cruces Encogerse de hombros ante la desigualdad, ante el desempleo, la ignorancia o la seguridad de un costarricense, es aturdir el entendimiento, caer en la inconciencia y anular el espíritu. Es cancelar el futuro Mirar de soslayo el dolor del vecino, dejar que el ebrio se ahogue en la alcantarilla, maltratar al pordiosero, escupir a la prostituta y dejar que atropellen al desvalido, es zambullirse en una mar de in diferencia y cobardía.
El Presidente de Ecuador, Jaime Roldós Aguilera, clamó ante sus gobernados que Ecuador es un pueblo que conoce y comprende el poderío bélico peruano, pero está decidido a que digan que aquí hay ocho millones de cruces, y no ocho millones de cobardes.
Ayer vimos a una mujer agredida por un hampón, ser despojada por el compñaero del delincuente de su bolso y su dinero, a vista y paciencia de una docena de personas que esperaban autobús en una parada céntrica.
Sangrante la anciana, llegamos solo a tiempo de tenderle un pañuelo con que limpiarse.
En los últimos años han venido surgiendo, aquí y allá, en este apasionado continente latinoamericano, las más peligrosas corrientes disociadoras, que envenenan a los hombres contra los hombres, a los pue.
blos contra los pueblos. De esa corriente negadora de la solidaridad humana, es buen exponente la expresión del presidente de Ecuador que hemos tomado del cable. los ciudadanos que estaban a la espera del autobús en la parada. el mejor de los casos, significan solidaridad con un sector del pueblo que está enfrentado a otro sector. En ese campo se debe ser muy cuidadoso para no caer en corrientes intervencionistas que son contrarias a la democracia y a la solidaridad humana. Tal es el caso de Liberación Nacional, partido costarricense que se separó de la línea solidaria de la Internacional Socialista con las guerrillas comunistas salvadoreñas, después de que con ella y dentro de ella había proclamado esa solidaridad. Ahora la Internacional Socialista está convocando a una reunión de emergencia para revisar su política; es de esperar que comprendiendo que esas manifestaciones solidarias son siempre mediatizadas, en la medida en que apoyan a un sector que está enfrentado a otro sector, la mayoría de las veces con las armas en la mano, y que llevan a posturas contradictorias, como la del mismo Liberación Nacional, que a tiempo que proclamaba su separación de la política de la Internacional Socialista en cuanto al apoyo brindado a las guerrillas comunistas de El Salvador, aquí, el secretario general de Liberación y el se. cretario de la Juventud Liberacionista, junto con otros altos dirigentes de esa agrupación, solicitaban un permiso para una marcha en San José, para manifestar solidari.
dad con las guerrillas extremistas salvadore.
ñas. Quedaron como icebergs. Fríos, indiferentes, atemorizados, mirando enfrente de sus narices, a dos delincuentes abatir a una anciana mujer hasta casi matarla. Son éstos los costarricenses de la nueva época. Vamos cayendo en una Costa Rica de hombres y mujeres capaces de presenciar el asesinato de un inocente sin que muevan un dedo?
pretexto de buscar la solidaridad, lo que se ha venido sembrando es la división.
Desde las canciones protesta que azuzan a una clase contra la otra, hasta las declaraciones imprudentes como la que hizo el comandante Edén Pastora, insinuando innecesariamente que Costa Rica había usurpado a Nicaragua las tierras de Guanacaste, pasando por las atrocidades que en Hondu.
ras se publicaron para asegurar que las cometían los salvadoreños en perjuicio de los catrachos, todo lo cual desembocó en la llamada guerra del fútbol. hay una especie de conjura para hacer que los hombres y los pueblos se odien.
Una de las facetas de esta política que niega la unión solidaria de los pueblos son las llamadas reuniones de solidaridad entre los pueblos. tan frecuentes, inclusive, en nuestro pacifico medio, reuniones que, en ¡Por amor de Dios, aterroriza este pensamiento!
Espanta comprobar que cada día somos más ajenos los unos a los otros, y que está en fuga el espíritu de solidaridad humana.
Si no nos cuidamos de esas corrientes disociadoras que pregonan el odio entre los pueblos, este Continente continuará siendo escenario de los mayores y más negativos enfrentamientos entre los hombres.
Egoistamente deambulan los hombres de hoy, pensando solo en su supervivencia y sin importarles un ardite lo que pasa alrededor, que afecte a la sociedad en que viven, al país y a los hijos del país.
Algo pareciera haberse resque brajado en el interior de todos nosotros, y necesitamos reflexionar sobre ello.
NUEVO MINISTRO DE SEGURIDAD AH NO.
YO TE APUESTO QUE DURA MÁS Se impone un examen de conciencia y un cambio de actitud, antes de que nos convirtamos en espantajos deshumanizados.
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