8 LA REPUBLICA. Martes 16 de junio de 1981.
EDITORIAL PENTAGRAMA Si nos descuidamos, si patinamos, si mantenemos nuestra tradición de impavidez ante los asuntos que atañen a la sociedad en que vivimos, y dejamos que el hielo y la indiferencia nos sigan corriendo por las venas en lugar de sangre caliente, seremos culpables de que Costa Rica se desmorone.
La acción antiterrorista Ya no podemos hablar de que aquí a las puertas de casa. hay un esbozo de terror.
Tenemos que dejar de ser hipócritas y reconocer que nos estamos zambullendo en las aguas del terrorismo, más rápido de lo que se po.
día prever.
La sangre ha comenzado a correr y aún estamos de brazos cruzados.
Vemos el drama de la violencia al desnudo y hacemos lo imposible para convencernos de que estamos ante un espejismo, Que en este paraíso terrenal no pasan esas cosas, no pueden pasar.
Se trata, quizás, de sueños Sueños como esos que nos hacen despertar con la frente perlada de sudor, cuando antes de ir a la cama nos damos un hartazgo. francamente urge despertar.
Avivarse, abrir las entendederas y aprestarse a repeler la avalancha del horror.
Los hechos terroristas del viernes pasado no son ya un hecho aislado, una ocasional esporádica manifestación de violencia artificialmente provocada en escuelas políticas de extrema y campos de entrenamiento especiales. Los hechos que ocurrieron el viernes forman parte de una sintomatología compleja que comenzó a manifestarse con el atentado que se produjo contra un grupo de infantes de marina en el elegante barrio de Los Yoses. En menos de tres meses, se han producido, por lo menos, cuatro actos terroristas de inusitada violencia; el de los infantes de marina, la voladura de la Embajada de Honduras, el encuentro a tiros en Zapote de un núcleo terrorista con autoridades y los hechos del viernes pasado. No sería difícil que el asalto a la sucursal del Banco Nacional de Costa Rica, en Pavas, formara parte de la misma cadena, pues se sabe que esos grupos de terror realizan ese tipo de asaltos para financiarse. Nos encontramos, pues, frente al surgimiento de una campaña de terrorismo urbano, de origen comunista, que pretende ir rectamente hacia la desestabilización del sistema democrático, y solo viendo la realidad tal y como es, podremos enfrentarla con buen éxito.
Las características de dos de estos golpes, el que se produjo contra los infantes de marina y el del viernes pasado, muestran la deformación sicológica y moral de que han sido objeto los participantes en ellos. La forma de matar, el hecho de que varones dejaran sola a una mujer en momentos de gravísimo peligro para ella, la circunstancia de que la joven participante tratara de lanzar, encontrándose vivo, en el hueco de una alcantarilla a uno de sus compañeros, actuando en contra de todo principio de solidaridad humana, señala que los participantes en esos actos tienen su mentalidad totalmente deformada, que han sido deshumanizados y entrenados en campos que sólo los comunistas tienen. Eso debemos comprenderlo y no dejarnos engañar por las condenatorias verbales que los grupos comunistas hacen de esos atentados, una vez que se han cometido.
Nuestro gobierno abrió las puertas de este país a las escuelas guerrilleras. con el propósito de colaborar, también de esa manera, al derrocamiento de los Somoza. Ahora estamos pagando en carne propia las consecuencias de tamaña imprudencia. Sabemos que muchos de los participantes en actos como los que se comentan son entrenados en Cuba, en esa isla cuya apología cantan todos los días los grupos comunistas que conviven con los partidos democráticos nacionales. Se dice, aunque sin confirmación oficial, que algunos de los terroristas que participaron en los actos del viernes pasado, se entrenaron en Nicaragua, lo que no obsta para que existan algunos empeñados en formar en Centro América un eje San José Managua, a sabiendas de que de Managua sale una conexión, para ese eje, directamente a La Habana. Esta compleja situación debe ser analizada y comprendida para actuar en conformidad con ella, porque solo una actitud colectiva nacional, democrática hasta sus entrañas, puede frenar la avanzada comunista que ya ha asestado varios dolorosos golpes.
puede legislar, que se pueden girar instrucciones más drásticas a las autoridades, pero lo fundamental, lo único que a nuestro juicio puede eliminar la escalada terrorista que surge, es una actitud nacional de combate frontal contra los núcleos terroristas y contra los grupos más amplios, que se lavan las manos después de los hechos que en alguna medida han alentado.
No valen aquí individualismos, ni poses tontas, ni teatralería, ni bobadas.
Los costarricenses tenemos que aprender a jugar en equipo.
Hay que formar un solo bloque de apoyo a las autoridades para combatir el mal, antes de que nos corroa hasta el alma misma.
Claro que se profesionalizar de verdad los cuerpos de seguridad y a los de investigación.
Para que no volvamos a ver a una terrorista presuntamente culpable de colaboración en una matanza, y sospechosa de cometer un asesinato por propia mano, llevada de paseo, sin esposas y al estilo Bartolo, para que almuerce plácidamente en un restaurante chino muy lejos de la celda de seguridad donde el OIJ debió tenerla guardada.
Como invitándola a escapar o a que la recuperaran aquellos que la tienen sujeta a una diabólica célula de crimen y terror.
PRONTO ENTRARAN EN USO DIEZ MODERNÍSIMAS LOCOMOTORAS para que no volvamos a ver policías muriendo por falta de entrenamiento, de apoyo y de respaldo popular.
COMO DICEN AQUÍ HAY QUE JUGARSELA ESTE DIA HAY QUE ESTAR LOCOMOTORA PARA ECHARSE SOBRE ESTOS RIELES IMPOTENCIA Por Enrique Obregón Diariamente ocurren docenas de muertes por accidentes, por atentados o por enfrentamientos entre diferentes grupos políticos.
La prensa nos da la versión de esos hechos y leemos el suceso casi mecánicamente, como parte de la rutina en que se nos ha convertido la tragedia. Entre un sorbo de café y una tostada, apenas tenemos tiempo para enterarnos, a la hora del desayuno, de una muerte más No obstante, algo ha conmovido a la humanidad. Alfredo Rampi, un pequeño niño italiano, cayó en un pozo artesiano abandonado y durante tres días, técnicos, científicos y autoridades, hicieron lo posible por rescatarlo con vida.
Al segundo día, se logró llegar muy cerca de él. El niño estaba aún vivo y pidió un poco de leche. Los hombres que bajaron apenas pudieron tocarlo, pero no lograron sacarlo a la superficie.
Al fin, a sesenta metros de profundidad, con frío, con hambre, con miedo, murió el pequeño Alfredo ante la incapacidad de la técnica, la ciencia y un gobierno dispuesto a todo para salvarlo.
De esta manera, en el fondo del pozo, perdido para siempre, Alfredo Rampi se convierte en un símbolo de la impotencia de sociedades que han sorprendido por sus progresos culturales, pero que se muestran totalmente incapaces de solucionar los más elementales Pray juventud. Soe redos los días.
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