16 LA REPUBLICA. Miércoles 25 de abril de 1984 Luis Conte Agüero Aislacionismo y liberalismo al servicio del comunismo COMPRO TELEVISORES EN MAL ESTADO.
TEL. 26 60 63 George Washington pensó eń el mundial decisivo. Su actitud no estaba puede creer que aislándose conserva su aislacionismo como la política exterior más determinada por el egoísmo sino por fortuna, de ahí las urbanizaciones, las conveniente a los Estados Unidos de América. incuestionables elementos prácticos.
murallas, las alturas que distancian, los El ilustre virginiano presidió de 7 9 a castillos, el crecimiento de las ciudades hacia 7 97 murió en 1799. cuando los Vuelve el aislacionismo a ponerse de moda. sus exteriores y otras formas de medios de comunicación no eran los actuales, Una filosofía que permanece, sostenida extrañ amiento voluntario.
ni era la misma la vocación internacionalista siempre por sentimientos lógicos y humanos, y la nación naciente no podía jugar un papel hoy enfatiza su importancia. Quien tiene Es natural que ciudadanos de la nación más rica de la tierra piensen que el aislacionismo es la posición más propicia a la preservación y a la continuación del desarrollo. Quien no tiene, busca, procura, se comunica, predica y practica una filosofía de relación. Quien tiene bienes puede inclinarse al aislamiento o, por el contrario, a una mayor integración en las vitalidades del mundo como garantia de prosperidad incesante.
Los norteamericanos realmente aislacionistas abogan por la hegemonia militar para sostener el privilegio de ser los más ricos y crecedores. Si el país se consagrara sibaritamente al goce de sus recursos; comprara a los demás sus productos de acuerdo a la verdad de la oferta y la demanda; no otorgara la condición de país favorecido; vendiera sus productos al mayor precio que el mercado permitiera; no mantuviera planes de asistencia; no contribuyera a organismos regionales ni mundiales; no integrara la OEA, ni la ONU; no hiciera préstamos ni regalos unilaterales, necesitaria de un portentoso poder militar para imponer su aislamiento. Reintegrado a sus fronteras, murallas de superioridad lo protegerían del asalto exterior.
Yo no culpo a quienes asi piensan; son muchas las ingratitudes, incomprensiones y agresiones que malpremian la cooperación y hasta la generosidad. Abundan los vagos que no agradecen y que dispendian la ayuda que le dan los disciplínados y trabajadores, por lo que se hunden cada vez más en la pobreza y en la inepcia vocingleras y demandantes.
Estos aislacionistas han encontrado inesperada compañía en el liberalismo desatado que consciente de su impotencia progresiva se parapeta tras un fingido americanismo o una devoción aparatosa por la paz.
El liberalismo se ha ido desprestigiando de tal modo que procura esconderse tras la falsificación. El liberalismo se ha entregado a la simulación, más que al disimulo. El liberalismo está utilizando el aislacionismo para servir a los comunistas. Ya nadie siente el orgullo legitimo de ser liberal en los Estados Unidos.
Burroughs es la gran compañía de la industria de procesamiento de información que se adapta hasta al más pequeño cliente En otros países llaman liberales a quienes aquí califican de conservadores. Los liberales norteamericanos son tildados de socialistas y de comunistas en otras áreas. De manera que estas líneas son relativas al liberalismo en los Estados Unidos; no a los ticos o a los hondureñ os o a los dominicanos o a los venezolanos.
No debemos caer en la trampa de llamar aislacionistas a los liberales que abogan por el abandono norteamericano de sus deberes internacionales. Yerra el bien intencionado republicano John Esast al referirse a Edward Kennedy y sus pariguales diciendo que son reaccionarios que propugnan una política de aislamiento, lavándose las manos ante lo que ocurre en la América Central.
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Para servicio total. sólo Ted Kennedy es aislacionista sólo para contribuir a que los comunistas se apoderen por la violencia de países que no pueden ganar por el voto ciudadano. Kennedy no es un reaccionario que poseído por el egoísmo quiere que los Estados Unidos no intervengan en asuntos externos. Prueba de ello fueron sus ataques al gobierno del general Anastasio Somoza Debayle. Kennedy predicaba la acción en tiempos de Somoza y predica la inacción en tiempos de los sandinocomunistas. El aislacionismo de esta gentuza no es el de George Washington. No sen or. Washington adoraba esta patria.
BBurro oughs 200 Oeste de la Iglesia de San Francisco de Dos Rios Teléfono: 27 30 88 Estos aislacionistas liberales no quieren la libertad ni el aislamiento sino la integración al totalitarismo.